Es importante perseverar — Entrevista con Martin Mosebach

Original en inglés aquí

Con el amable permiso de Una Voce Korrespondenz, CathWalk publica la siguiente entrevista con el escritor alemán, traducida para Rorate Caeli por Stuart Chessman de la Sociedad de San Hugo de Cluny. La Dra. Angela Kirsch planteó las preguntas.

Una Voce Korrespondenz: Antes de comenzar nuestra conversación usted señaló, casi como dando una pauta de inicio, que casi no podemos guiarnos del pasado, que lo que estamos viviendo hoy no se puede comparar con ninguna de las crisis anteriores, incluso cuando eras anteriores produjeron fenómenos similares. En su opinión, ¿cuáles son los fenómenos similares? ¿Qué áreas se han visto afectadas, qué se ha repetido? ¿Y cuáles son las diferencias decisivas que hacen tan difícil recurrir a la experiencia?

Martin Mosebach: La congruencia de los fenómenos anteriores y actuales es obvia. Grandes sectores de la Iglesia de hoy son arrianos, iconoclastas, protestantes, antisacramentales, secularizados. Pero en contraste con el pasado, falta el pueblo creyente, que siempre obligó a volver a la Tradición. Al menos en Europa Occidental eso es muy fácil de explicar. Después de la ausencia de cincuenta años de cualquier instrucción religiosa ortodoxa, la religión católica se ha vuelto desconocida incluso para aquellos que aún la practican. Muchas de las catástrofes teológicas del pasado nunca alcanzaron a la gente pequeña, el verdadero rebaño de Cristo. Continuaron siendo católicos a pesar de las herejías a las que se adhirieron los estratos sociales superiores.

Hoy la Iglesia se ha amalgamado más íntimamente con los poderes económicos y políticos antirreligiosos dominantes. Ha apostado por cumplir con las demandas demagógicas de fuerzas totalmente ajenas a la Iglesia pero que, sin duda, han conquistado a la mayoría. Es cierto que la Tradición de la iglesia está “fuera de la época”, como lo estaba en la época del Apóstol Pablo. Este pensamiento genera pánico entre sus actuales representantes, en lugar de ser entendido como un gran desafío. Contrarrestar con decisión las tendencias totalitarias de esta época podría incluso significar una gran oportunidad política. En la actualidad, sin embargo, esto todavía no se ha captado en absoluto.

UVK: Una vez más, ¿es este un fenómeno alemán? ¿O solo es especialmente evidente en Alemania debido a la institucionalización del camino sinodal?

MM: Alemania es la tierra de la Reforma, del cisma, de la secularización, de la filosofía atea, de los sistemas totalitarios ateos del comunismo y el nacionalsocialismo. En los últimos 500 años no ha salido mucho bien de Alemania. En el siglo XX, la Iglesia católica aquí se ha sometido totalmente a la teología postluterana neoprotestante. Además, nuestro infeliz país también es rico y puede extender su mala influencia por todas partes comprando países más pobres. Pero esto no puede ocultar que la decadencia actual de la Iglesia Católica se puede encontrar en todos los países de Occidente. En muchos lugares todavía no es tan grave como en Alemania, pero está surgiendo una disminución, un agotamiento de la vitalidad, incluso en los países más tradicionalmente católicos como Irlanda e Italia, por no hablar de Francia, la llamada “hija mayor de la Iglesia.»

UVK: Sospecho que la mayoría de los católicos practicantes y también piadosos, incluido el clero, no conocen la misa antigua. Al mismo tiempo, algunos reconocerán que en el rito tradicional no hay lugar para las atrocidades litúrgicas y que en los círculos de los católicos comprometidos con la Tradición no hay lugar para una sociedad abierta en todas direcciones. ¿Podemos esperar que venga una ola de refugiados sinodales [a la misa antigua], buscando rescate en la roca que resiste las tempestades, buscando sobrevivir en la tradición? Y en este tiempo de confusión sinodal, ¿qué significa que el Santo Padre lance un motu proprio que haga saltar por los aires el acceso a la misa antigua?

MM: Los seguidores de la liturgia tradicional deben reconocer que hubo un movimiento popular contra la nueva liturgia, pero no fue un movimiento a favor de la antigua. Más bien condujo a una salida total de la Iglesia. Esa sabiduría que con tanto cariño se atribuye a la Iglesia Católica la abandonó totalmente en el siglo XX. La iglesia se atrevió a una “reforma de la Misa” que era, en verdad, una revolución desde arriba. No consideró que en una era de democracia de masas una revolución, incluso cuando es impuesta por las acciones de la autoridad, acaba volviéndose inmanejable muy pronto. Debemos aceptar el triste hecho de que una gran parte de los creyentes que han permanecido en la Iglesia han sido reeducados mientras tanto.

Goethe llama la atención sobre el hecho antropológico de que la reverencia no es una característica natural del hombre, sino que debe adquirirla. En la informe sociedad moderna, la antigua liturgia es realmente un cuerpo extraño. Ella atrae a aquellos que tienen una disposición interna para la resistencia. Estos siempre serán solo una pequeña élite, no en el sentido de títulos académicos o poder económico, sino de fuerza espiritual e independencia mental. Una élite que se encuentra en todos los niveles de la sociedad.

La catástrofe en la fe ha creado una paradoja. La antigua liturgia se basa en la reverencia por la jerarquía y el orden, pero sus defensores tienen un temperamento anarquista. Desconfían de toda institución y autoridad que no esté dispuesta a someterse a la Tradición y eso significa la mayoría de los representantes de la Iglesia y el estado. El pontífice gobernante, cuyo objetivo declarado es, después de cincuenta años de desarrollos posconciliares, eliminar los restos de la Tradición de la Iglesia que todavía están presentes, ha reconocido correctamente que su trabajo permanecerá incompleto mientras se el antiguo rito se transmita con éxito a las generaciones futuras. La liturgia antigua contiene todo lo que un católico necesita para ser católico. Incluso es capaz de reemplazar por un tiempo a un Papa que no entiende su misión. El Papa actual lo tiene muy claro y este pensamiento le resulta insoportable.

UVK: Una vez más, respecto a la falta de conocimiento: ¿el hecho de que muchos católicos no sepan la Misa de todos los tiempos tiene cierto potencial para la rebeldía? Especialmente entre católicos piadosos y tal vez conservadores bien informados, aquellos con la capacidad intelectual para informarse sobre la historia de su madre, la Iglesia. ¿No debería uno esperar aquí un cierto conocimiento de la “historia familiar”? ¿Por qué existe esta brecha en la educación?

MM: Mencionas algo que también es un rompecabezas para mí. Conozco a muchos católicos verdaderamente piadosos que sufren bajo la actual decadencia de la doctrina y la liturgia y llenan mis oídos de lamentos por los últimos excesos en las comuniones de niños y misas de Navidad. Pero mi pregunta siempre es: “¿pero por qué sigues yendo allí”? En muchos lugares hay alternativas – una capilla de la FSSSPX o de la FSSP o incluso la misa antigua celebrada por sacerdotes diocesanos – al fin y al cabo es un deber apoyarlos. Y vuelvo a experimentar siempre lo que Nuestro Señor encontró en el joven rico: “se fue triste”. Entre los conservadores alemanes hay un letargo espiritual que todavía logra expresar ira, pero de esta ira no se sacan consecuencias. El compromiso con la Misa antigua les resulta algo extraño, se aleja demasiado de la mayoría. En el Club Rotario, en la Orden de Malta, en los círculos de compañeros de trabajo en las redacciones, se mira con desconfianza: ¿será este un discurso radical? Y, al fin y al cabo, [piensan que] la religión no es nada tan importante como para arriesgarse por ello…

UVK: ¿Y cuál es el papel de los católicos comprometidos con la Tradición? ¿Esperar y aceptar todo con los brazos abiertos o buscar a la oveja perdida? ¿Cómo es una misión tradicional?

MM: Como muchos, estoy convencido de que la Iglesia oficial alemana está al borde del colapso total. Está tan hueca como un nido de termitas. La estupidez y el mal gusto de sus representantes ni siquiera son atractivos para los progresistas modernistas, al menos para los inteligentes de entre ellos. Quedará un pequeño remanente, y los católicos tradicionales ortodoxos ganarán influencia entre ellos. Lo que es crítico en mi opinión es que finalmente desaparezca la Iglesia oficial con su miríada de empleados laicos.

Un tradicionalista no debería tener miedo del cisma de la Iglesia alemana. Más bien, debería anhelarlo, especialmente porque de ninguna manera es un cisma sino la apostasía pública de la Iglesia oficial. Ya no hay base para el aclamado “diálogo”. Además, ya no me preocupa si la Tradición algún día podría ser victoriosa. Nos debe bastar que la Tradición se aproxime más a la religión fundada por Cristo. Quien reconoce eso, se da cuenta de que el pseudo-Sínodo de la Iglesia alemana es simplemente una asamblea de fantasmas.

Un sacerdote estadounidense con el que he discutido a menudo la situación actual de la Iglesia siempre termina nuestra conversación con estas palabras: “es importante perseverar”. No puedo decir nada más.

Teoria de los dogmas (VI): Anexo. ¿Cuándo se jodió Occidente?

1. Introducción

Si algo nos enseña la historia es que toda civilización acaba muriendo. Algunas mueren conquistadas por enemigos más poderosos (este sería el caso de la civilización azteca), pero las civilizaciones poderosas mueren de éxito, carcomidas por dentro por su propia decadencia, como el historiador Will Durant señalaba y Sir John Glubbs explicó.

Esta decadencia tiene causas que se han explicado en escritos anteriores. En breve, la prosperidad que trae una civilización exitosa y poderosa, hace que la civilización pueda permitirse dejar de oprimir a los instintos biológicos humanos  (que están programados para el paleolítico y, por lo tanto, van contra la sociedad, que es neol´ítica). Sin esta represión, la gente acaba tomando comportamientos antisociales, destruyendo lo que la hace exitosa y es conquistada por otras que están pasando por una fase más pro-social. En este escrito, se explica este ciclo con más detalle.

Sin embargo, lo que vemos en la sociedad occidental no es una decadencia típica, como la que tuvo el Imperio Romano. La magnitud de la decadencia y la irracionalidad de la misma son algo sin parangón en la historia de la humanidad.

Comenzando por lo primero, la magnitud de la decadencia occidental se debe a una causa que se ha explicado en este escrito. Las diferentes olas de la Revolución Industrial han producido una cantidad de riqueza inmensamente superior a la del resto de la historia humana. Cuando hay más riqueza, los ciclos ascendentes y descendentes de las culturas son más pronunciados y, por lo tanto, la civilización occidental, después de alcanzar las cotas más altas de la historia humana, debía tener la decadencia más grande.

Pero esto deja sin explicar la completa irracionalidad de la decadencia occidental, donde se producen los comportamientos más locos y se aceptan los absurdos más grandes como verdades reveladas.

Así, por ejemplo, todas las sociedades han tenido una alta autoestima y se han considerado mejor que las demás, lo que no sólo es sano sino que es parte de la naturaleza humana. Por el contrario, la sociedad occidental es la única que se ve como la peor de todas las culturas humanas, como la causa de todo el mal del mundo y como un cáncer sobre el planeta. Es la única sociedad que destruye las estatuas de sus propios héroes del pasado, que mira con desaprobación a sus propios clásicos, la única que piensa que lo mejor es disolverse en una sociedad multicultural usando la inmigración descontrolada. Este impulso suicida no se ha registrado en ninguna otra sociedad de la historia.

Por poner otro ejemplo, un grado menor o mayor de feminismo es un rasgo común de las sociedades en decadencia, pero ninguna cultura ha negado la familia,  la distinción biológica entre hombre y mujer o el hecho de que haya dos sexos. Y se podrían poner más ejemplos.

¿A qué se debe la irracionalidad de esta decadencia occidental? Este escrito intenta responder esta pregunta. Mientras los escritos anteriores se podían aplicar a todas las civilizaciones, aquí estamos interesados en las especificidades de la decadencia occidental, que son muy extrañas desde el punto de vista histórico.

2. ¿Cuál fue el inicio?

Es un hecho famoso que el premio Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa se preguntó una vez: «¿Cu´ando se jodió el Perú?» La pregunta aquí es «¿Cuándo se jodió la civilización occidental?»

Pero cada acontecimiento histórico tiene una causa, la cual tiene otra y así sucesivamente. Si uno intenta seguir estas causas, acaba en el jardín del Edén, lo que no es útil.

De hecho, el triunfo del disparate en Occidente tiene varios precedentes remotos. El San Agustín de los últimos años introdujo una versión exagerada del pecado original, que acabó explotando durante la Reforma protestante. Además, quizás la combinación de Aristóteles con la religión cristiana (que tuvo el tomismo como máximo exponente) no fue la mejor idea, porque acabó fomentando un racionalismo exagerado, que acabó destruyéndolo todo. Como reacción al tomismo, el nominalismo que nació en la Baja Edad Media hace imposible estructurar una visión del mundo de forma racional y subordina la verdad a la voluntad.

Explicar estos precedentes llevaría mucho tiempo, pero considero que estas no son las verdaderas causas del disparate occidental. Mi opinión personal que una civilización cristiana tomista es posible (esto fue la Edad Media) y también  es posible una civilización cristiana nominalista (el islam es algo parecido).

En mi opinión, podemos identificar la causa del disparate occidental en un solo hombre. Y ese hombre es Martín Lutero, al que considero el segundo hombre más influyente en la historia de la civilización occidental, después de Cristo.

Aquí no estamos interesados en el pensamiento religioso de Lutero por sí mismo (muchas personas han hablado de esto y tendrán diferentes opiniones si son católicas, protestantes o no cristianas), sino el efecto de que su pensamiento tuvo sobre la cultura occidental secular.

3. Los cuatro venenos de Lutero

Simplemente, la tesis de este escrito es que, de forma inconsciente, Lutero introdujo en la civilización occidental ideas venenosas que ninguna civilización podría haber soportado. Estos venenos eran letales pero de efecto retardado. La civilización occidental está muriendo de estos venenos y de los efectos que produjeron.

De hecho, ni el mismo Lutero practicó de forma coherente estas ideas (Lutero es un pensador básicamente incoherente, que juega con fuerzas culturales inmensas que no comprende bien: un aprendiz de brujo). Ni tampoco lo hizo la iglesia luterana que él fundó ni muchas iglesias protestantes de hoy en día. Pero resurgieron en los cultos puritanos y, más adelante, se secularizaron en la Ilustración, que conquistó el poder, inundando toda la cultura occidental de hoy.

Los cuatro venenos principales que introdujo Lutero son los siguientes:

1. Sola Fide. La idea de que las obras no importan para la salvación (sino solo la fe) se acabó secularizando en la idea de «libertad» (es decir, uno puede obrar como quiera). Ninguna estructura (incluyendo ninguna sociedad) puede funcionar si las partes deciden hacer lo que quieren y es por eso que toda sociedad se basa en la idea del «deber», que es lo contrario de la libertad.

2. El sacerdocio universal. La idea de que todos los hombres pueden ser sacerdotes se secularizó en la idea de «igualdad», que es el contrario a la jerarquía que toda sociedad (y toda estructura) necesita para funcionar.

3. Sola Scriptura (también llamada «el libre examen»). Quizás es la idea más venenosa. La idea de que cada uno puede interpretar la Biblia como lo considere se seculariza en la idea del «relativismo», que es una idea que se contradice a sí misma y es especialmente perniciosa. Si cada uno tiene su verdad, es imposible estructurar una sociedad, que es algo que se basa en una concepción compartida de la verdad.

4. El rechazo de la tradición. Lutero rechazó la tradición religiosa que tenía 1500 siglos, reemplazándola por la interpretación de la Biblia que cada uno podía tener y que comenzaba desde cero. Esta idea se secularizó en la idea del «progreso», por la cual cualquier tradición que ha funcionado durante milenios se puede desechar rápidamente si se nos ocurre otra cosa que suene bien. Esta es una receta para el desastre para cualquier cultura.

Toda civilización necesita unos mínimos, entre los cuales se encuentra el deber, la jerarquía, la verdad absoluta compartida y la tradición. Sólo con que falte una de estas cosas, la civilización está condenada. Lutero introdujo sus cuatro opuestos, que son la libertad, la igualdad, el relativismo y el progreso. Ninguna civilización, por fuerte que sea, puede sobrevivir esta cantidad de veneno.

4. Matices sobre Lutero y las iglesias protestantes

De nuevo, es importante remarcar que las iglesias protestantes no siguen esas ideas como se han explicado. Por ejemplo, si hablamos de Sola Fide, la práctica totalidad de las iglesias protestantes dicen que las buenas obras no proporcionan la salvación pero hay que hacerlas por otras razones (por amor a Dios, como signo de salvación u otros motivos).

Pero quedó escrita la idea de que Lutero dijo de “Sé un pecador, y peca fuertemente, pero que tu confianza esté aún más fuerte en Cristo… Ningún pecado puede separarnos de Él, incluso si cometemos asesinato o adulterio miles de veces cada día”. Las iglesias protestantes matizaron o interpretaron eso, pero, siendo Lutero la base del mundo protestante, esta frase quedó «canonizada» por  haberla escrito él y a disposición de quien quisiera utilizarla.

De la misma manera, el sacerdocio universal no es seguido por la iglesia luterana, que sigue teniendo una jerarquía parecida a la católica. Sin embargo, los puritanos se basaron en esa idea de Lutero para crear sus iglesias congregacionalistas, donde no hay jerarquía, y esto pasó a la idea de igualdad en la Ilustración y el mundo moderno.

En general,  Lutero escribió mucho y no es un pensador coherente sino más bien un polemista y un pastor (Calvino, que sí era un pensador sistemático, intentó hacer coherentes las ideas de Lutero). De hecho, estoy seguro de que no se daba cuenta de las inmensas consecuencias de las ideas que promulgaba: sólo usaba estas ideas para ganar polémicas o con motivos pastorales.

Las iglesias protestantes, con buen tino, intentaron tomar de Lutero lo que consideraron bueno y dejar lo otro. Sin embargo, las ideas venenosas estaban ahí y fueron retomadas por los puritanos, por la Ilustración y por el mundo actual.

5. ¿Por qué se tardó tanto?

Hemos dicho que ninguna civilización, por fuerte que sea, puede sobrevivir a los cuatro venenos que introdujo Lutero. Esto plantea la pregunta de por qué la civilización occidental ha durado tanto (hasta el momento, 500 años después de Lutero).

Esto se debe a tres causas:

1. Por una parte, como se dijo, la riqueza que produjo la Revolución Industrial es algo sin parangón en la historia de la humanidad. La civilización occidental ha podido financiar las consecuencias de la decadencia con esa riqueza adicional. Por poner un ejemplo, cualquier cultura tradicional hubiera sido incapaz de soportar la cantidad de hijos sin padre que tiene nuestra cultura. Sin embargo, nosotros tenemos riqueza para dar subvenciones a las madres solteras. Esto hace que la decadencia no se vea, pues no se ven muchos de sus efectos.

2. Por otra parte, mucha de la decadencia sí se ve, pero se va asumiendo como natural, siguiendo el ejemplo de la rana que se cuece lentamente. Así, la cantidad de crímenes e infelicidad serían considerados intolerables en otro tipo de sociedad. A finales del siglo XIX, los londineses estaban aterrorizados porque la criminalidad era alta: había un asesinato por mes en Londres. Obviamente considerarían una sociedad apocalíptica si vieran la criminalidad en Londres en nuestros días.

3. Además, las ideas de Lutero tardaron mucho en prosperar y volverse mayoritarias. Al principio, ni las mismas iglesias protestantes tomaron esas ideas o, si lo hicieron, lo hicieron de forma más moderada. Después las iglesias puritanas comenzaron a hacerlo de forma más coherente.

Y después estos venenos se secularizaron con la Ilustración, pero las ideas ilustradas solo tomaron el poder a finales del siglo XVIII (con las revoluciones burguesas) en dos países: Francia y Estados Unidos. De ahí, estas ideas ilustradas se fueron extendiendo de dos maneras. Primero, conquistaron otros países, lo que no estuvo completado hasta 1945, final de la Segunda Guerra Mundial. Segundo, se extendieron dentro de cada país de las élites a la población. Esto fue muy lento y sólo se consiguió hasta los años 60, usando la escolarización obligatoria y los medios de comunicación.

4. Finalmente, las ideas no se han aplicado del todo: es imposible hacerlo sin que la sociedad colapse inmediatamente. Se han asimilado como la verdad evidente, pero la gente se autoengaña pensando que se aplican tal cual.

6. La civilización occidental moderna se basa en el autoengaño

De hecho, la historia de la civilización occidental en los últimos siglos se puede resumir como el intento de autoengañarse para creer que se aplican ideas imposibles de aplicar.

Las ideas de libertad, igualdad y relativismo nunca se aplicaron. No sólo son imposibles de aplicar sino que son disolventes para la sociedad.

El sistema llamado «democracia liberal» se creó para engañar a la población diciendo que tiene libertad, igualdad y relativismo cuando no la tiene.

La gente piensa que tiene libertad porque vota cada cuatro años, pero hay toda una serie de mecanismos explicados en este escrito que hacen que, vote lo que la gente vote, se haga lo que desea la élite. Vean también este estudio.

Además de estas decisiones políticas, están las decisiones administrativas. Un inmenso aparato de funcionariado que nadie elige decide las decisiones que aplican a la población. Entonces, no se tiene libertad, sino la apariencia de libertad.

Esto también se aplica a la idea de igualdad. No sólo se tiene más desigualdad económica que en cualquier momento de la historia, sino que las decisiones se toman por gente que el pueblo ni conoce. Sin embargo, el pueblo cree que hay igualdad porque tiene la posibilidad de elegir a los servidores del poder cada cuatro años.

Lo mismo se aplica para el relativismo. Con la idea del relativismo se destruyeron muchas creencias tradicionales, pero no se aplica a nuevas creencias que favorecen al poder (la igualdad entre sexos y razas no es algo que se pueda discrepar). Toda opinión diferente del discurso oficial es catalogada como «discurso de odio» y se prohíbe, si es que las personas no se autocensuras.

La idea de progreso es la única que se ha aplicado. El progreso significa en la práctica el rechazo de cualquier costumbre tradicional útil para implementar la última innovación desastrosa que nos hace más dependientes del poder.

Si las ideas venenosas no se aplican totalmente, ¿por qué son tan venenosas? ¿No son simplemente una mentira piadosa para una sociedad que funciona como cualquier otra pero jura defender lo contrario?

Son tan venenosas porque son mentira. Es decir, el sistema puede sostenerse por un tiempo basado en la mentira, pero siempre hay alguien que encuentra una incoherencia y tiene la lógica de su lado. Esto hace que el sistema esté continuamente en una huida hacia adelante (cuando no preparando una revolución), intentando aplicar ideas imposibles. Por otra parte, esta incoherencia es utilizada por el poder para destruir el sistema.

ENLAZAR CON EL TEMA DE PORQUÉ SE ALEJA SIEMPRE DE LA LEY NATURAL (TEORÍA DE CAUSAS).

TAMBIÉN ETICA JUGAAD

 

 

 

9. Las dos religiones que no se presentan como tal

La revolución protestante abrió una herida en el alma de la Cristiandad Occidental, que nunca se curó. El libre examen de Lutero (cada uno podía interpretar las Escrituras como considerara conveniente) hizo que:

1. Lo que antes había sido un camino único, una verdad única, una unanimidad social, que podía servir para basar las leyes; ahora se convirtió en una multitud de caminos diferentes y contradictorios. De repente, ya no había unanimidad para decir cuál era la ideología que debía seguir un Estado en sus leyes.

2. Lo que es más: ahora el individuo se sentía con derecho a elegir su propia religión, que podía ser diferente a la del vecino y que podía expresar públicamente. Esto acabó considerándose un derecho inalienable.

¿Qué hacer cuando tienes diferentes religiones públicas en un mismo país y no puedes dejar una como religión oficial y las otras como toleradas? Se intentaron diversas soluciones. La primera fue la guerra para conquistar a los territorios con otra religión (guerra que fue fomentada por la formación del Estado moderno, pero esto es otra historia). Pero al final, después de mucha sangre, se decidió que todo el mundo debería tener libertad de religión y que no podía haber una religión oficial. Este es el origen de la separación de Iglesia y Estado.

Pero siempre hay una religión oficial en un Estado. Las leyes deben fundarse en una noción del bien y el mal, que es una religión. Entonces Occidente había decidido que no debía haber una religión oficial, pero era imposible que no hubiera una religión oficial. ¿Qué hacer ante este conflicto insoluble?

La solución fue el autoengaño. Occidente adoptó una religión oficial (el liberalismo), autoengañándose de que no estaba adoptando ninguna religión oficial. El liberalismo triunfó como religión oficial en parte porque no parecía una religión (o, al menos, no lo parecía a unos occidentales impregnados de cristianismo): no tenía dioses, ni espíritus, ni vida después de la muerte, no tenía escrituras sagradas (las Constituciones y los Derechos Humanos se consideraron documentos legales), ni siquiera tenía nombre. Uno de los problemas de estos escritos es encontrar un nombre para esta religión: a veces lo llamo liberalismo, progresismo o religión de la Ilustración (pero no hay ningún nombre adecuado). El hombre de la calle no ve esto como una religión, ni siquiera como una ideología, sólo tiene su cabeza llena de los conceptos de libertad, igualdad y progreso. Para más inri, estos conceptos son muy vagos, relativos y relativistas, por lo que no parecen parte de una religión. De hecho, como hemos visto, son dogmas que no son dogmas.

Una vez los burgueses adoptaron el liberalismo como una propaganda para sus revoluciones y estas revoluciones vencieron el liberalismo fue consagrado como religión de la sociedad. Sin embargo, una ideología tan relativista y vácua no podía servir como religión oficial. Más allá de la avaricia y la democracia que habían vencido con las revoluciones burguesas, la religión real que inspiraba las leyes no políticas ni económicas era el cristianismo, que seguía siendo mayoritario en la sociedad.

Este es el punto dulce donde los conceptos de neutralidad del Estado y libertad de expresión tienen éxito. En realidad, todas las personas están de acuerdo en los mismos valores (los valores cristianos). Las leyes se hacen siguiendo estos valores, por lo que estos valores son la religión oficial. Hay diferencias entre el culto privado de cada uno (gente de diferentes religiones, gente que no lo es) y otras diferencias que no son importantes (algunos son de izquierdas, otros son de derechas). Pero estas diferencias no son importantes en las leyes. Así que el Estado parece neutral porque gobierna a gusto de todos (pero no es neutral: simplemente la gente tiene valores muy parecidos y el Estado gobierna parcialmente a favor de estos valores).

En España, este momento dulce se dio en la transición y los años 80.

El éxito de las causas cambió eso. Cada causa que ganaba se alejaba de la ley natural y del pasado cristiano. De repente, la religión oficial se había alejado tanto de los cristianos (o de los que había conservado los valores cristianos de forma no religiosa) que ya no había imaginaria neutralidad posible. El Estado (y las multinacionales que cooptó) comenzaron a aplicar la censura a todo aquello que se salía de forma muy pronunciada de la religión oficial.

Una vez la nueva religión oficial fue perfilándose, tampoco se presentó como una religión oficial, sino se justificó como libertad, igualdad y progreso y estos como la libertad y decencia básicas.

 

 

Cada vez más dogmas alejados de la realidad y cada vez más contradicciones entre ellos.

Un frenopático perverso.

Destruyendo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Las sociedades han evolucionado en el sentido de conferir a las personas

de tener propiedad es la no li

 

tomar el poder que antes tenía la aristocracia.

 

Las causas como destrucción de la sociedad y como las religiones tradicionales no lo permitían

 

 

Estos

 

Las causas eran menos dañinas

  • No iban contra la ley natural

Las causas eran menos abundantes

No podían ir contra la ley natural

no tanta necesidad (beneficios en otras partes)

Las causas eran menos minoritarias

Más costo, más beneficio,


Lutero fe.

Calvinismo. Maniqueísmo.

Evangelio social.

Se extienden durante

 

 

Por una parte no todas las causas eran posibles. Dogmas. No violar la ley natural. También esto era fomentado con la falta de dinero. Esto significaba que las únicas causas posibles eran las de reforzar la religión oficial, lo que, de alguna manera, reforzaba la ley natural. Fariseísmo, fundamentalismo, egipto callo en la frente, awakenings.

Por otra parte, las causas necesitaban acción y no sólo palabra, con lo que la relación era peor. Lutero cambió esto.

Por otra parte, la lucha era espiritual y no política y había menos dinero por lo que no había tantos beneficios tangibles. No millones de la población chupando del bote.

Examinar los beneficios intangibles.

El cristianismo puso especial restricción por la doctrina del pecado original.

 

No es hipocresía. Es que no tienes poder

[Original en inglés aquí]
POR NS LYONS
10 DE AGOSTO DE 2022

Hola, amigo,

Vi tu publicación en Internet el otro día sobre esa cosa desagradable que hizo el Equipo A [progresistas], los cuales perderían su colectiva cabeza con indignación moralista si el Equipo B [conservadores] (que entiendo que es tu equipo) incluso se le pasara por la cabeza hacer algo similarDe hecho, todo el tiempo, el Equipo A hace descaradamente cosas que nadie en el Equipo B podría hacer sin que lo condenaran universalmente, le dijeran que es el tipo más inmoral de criminal, le amenazaran abiertamente con la violencia de la chusma, le hicieran perder su trabajo, le congelaran sus activos, el Estado lo detuviera y lo enviara a un sitio oscuro para un cuidado prolongado.

Tal vez las últimas cosas desagradables que el equipo A hizo fueron violar algunas reglas de salud pública muy importantes, o saquear e incendiar edificios gubernamentales por diversión, o publicar tuits maliciosos, o contaminar el planeta con un avión privado, o usar instituciones públicas supuestamente neutrales contra opositores políticos, o simplemente involucrarse en un poco de evasión de impuestos o corrupción mientras se tienen montones de sexo en una habitación de hotel con algunas prostitutas de la capital. Olvidé los detalles. De hecho, olvidé en qué país estás viviendo ahora.

Pero sí vi ese ingenioso video que publicaste en el que pensabas que simplemente afirmando «¡imagina si alguien en el Equipo B hiciera esto!» bastaba para que esta flagrante hipocresía se hiciera evidente, destruyendo así totalmente al Equipo A con hechos y lógica. He notado que publicas muchas cosas como esta, lo cual es bueno, ya que son muy ingeniosas y producen un agradable zumbido de orgullosa superioridad, aunque este sentimiento nunca dura mucho.

Sin embargo, de repente me di cuenta de que es posible que no entiendas la broma, por así decirlo. [Y, como dice un dicho estadounidense, si eres el único que no entiende la broma, es que la broma es sobre ti].  Así que pensé en escribir este breve anuncio como un servicio público para ayudar a explicar qué es realmente la «hipocresía» en la política [actual], en caso de que no lo supieras y estuvieras engañado pensando que tus memes comparativos benefician seriamente al  Equipo B.

Verás, es posible que te equivoques pensando que se quiere ocultar el «doble rasero» entre el comportamiento del Equipo A y el Equipo B. Y que, si señalas este doble rasero, estás frustrando el complot del otro equipo y haciéndolo responsable de él. Esto podría deberse a que, en tu mente, todavía estás en el club de debate del instituto , donde si señalas que tu oponente ha violado las reglas, un árbitro neutral reconocerá esta injusticia y responsabilizará al equipo que las violá, penalizándolo de alguna manera.

Excepto que, en realidad, no estás haciendo responsable  al Equipo A y, de hecho, nunca podrás responsabilizarlos por nada en absoluto. A pesar de que el Equipo A puede hacerte responsable de todo y de cualquier cosa cuando lo desee. Esto se debe a que, lamentablemente, no hay un árbitro neutral que escuche tus quejas. De hecho, actualmente el único árbitro es el Equipo A, porque el Equipo A ha consolidado todo el poder para decidir las reglas y para hacerlas cumplir o no como mejor le parezca.

Como dijo una vez un varón blanco estadounidense muerto: “La esencia del gobierno es el poder; y el poder, como está en manos humanas, siempre estará sujeto a abuso.” Y, si recuerdas que en el pasado hubo un rasero más igualitario y neutral para ambos equipos, eso probablemente no se debía a que ninguno de los dos equipos fuera más simpático en aquel entonces, o que estuviera más limitado por algún poder superior dentro o por encima del sistema. Simplemente es que había un equilibrio de poder más equitativo entre los equipos y, por lo tanto, ambos podrían responsabilizarse mutuamente al castigar al otro si se desviaba demasiado de «las reglas» escritas en un trozo de papel en algún lugar.

Hoy, sin embargo, el Equipo A está funcionando a un nivel muy superior que el Equipo B. Y quizás tu mayor error es que piensas que el Equipo A no quiere que el Equipo B reconozca este hecho y que lo señale para que todo el mundo lo vea. Sí, el equipo A tiene un rasero diferente del equipo B y esto no es un accidente. Sí, hay dos niveles diferentes de comportamiento aceptable; dos niveles de justicia; dos niveles de ciudadano.

De hecho, no hay «Equipo A» o «Equipo B», solo Clase A y Clase B.

Y la Clase A realmente quiere que todos, especialmente la Clase B, entiendan esto, porque piensan que la Clase B necesita seriamente entender el mensaje y aceptar su lugar en el orden de las cosas. La clase B está en la parte inferior, donde pertenece. La clase A está en la cima, y ​​un rasero más indulgente es un privilegio reservado para ellos, en virtud de su natural superioridad moral/educativa/económica/estética y, por lo tanto, de su legítimo dominio. Si a la Clase B no le gusta esto, deben esforzarse por reformar sus vidas sucias, estúpidas y malvadas y algún día convertirse en parte de la Clase A.

Amigo mío, ya no estás en el club de debate del instituto. Eres un campesino en el Japón feudal, y todos los días los samurái denigran, abusan y maltratan a los tuyos tanto como quieren. Pero si alguna vez respondes a un samurái, e incluso tratas de maltratarlo tú mismo, serás decapitado en el acto . Y lejos de ser castigado por esto, el samurái que lo haga será elogiado por cumplir con su deber, ya que los campesinos engreídos son peligrosos e inmorales y deben ser castigados de inmediato, antes de que amenacen la jerarquía social establecida. Ese samurái solo está protegiendo la democracia el shogunato. Si el campesino señala que hay un doble rasero para samuráis y para campesinos, sólo recibirá una respuesta del samurái: “sí, es así, qué bueno que ahora lo entiendes por fin.”

Espero que ahora veas que, [lo que tu consideras como] «hipocresía» es, en realidad, una demostración de poder , así que, cuanto más evidente sea, mejor. La hipocresía es una demostración de que la clase superior puede vivir sin tener que temer las consecuencias. Y a la Clase A le encanta cuando la Clase B se da cuenta de esto y se queja, porque quejarse de esta «hipocresía» es solo otra forma de decir «La Clase A tiene un estatus más alto que yo» y «Yo soy el perdedor». Esa es la broma.

Al igual que el Gran Khan, la Clase A ha decidido que la mayor felicidad en la vida es aplastar a sus enemigos de clase, verlos expulsados ​​y escuchar los lamentos de sus expertos.

Fundamentalmente, la Clase A cree que el propósito del poder es recompensar a sus amigos y castigar a sus enemigos. Y eso es lo que hace. De esa manera, puede mantener a raya a sus enemigos al mismo tiempo que atrae a más amigos al ofrecer grandes ventajas por ser miembro de una clase. Y como dijo una vez un controvertido líder intelectual árabe: todo el mundo prefiere un caballo fuerte a uno débil.

Si tú, siervo de Clase B, no disfrutas de este arreglo, tus lamentaciones sobre la hipocresía no lo cambiarán, no importa cuán fuertes y estridentes sean. Solo  podrás cambiarlo si recuperas el control de las palancas del poder y luego usas ese poder para infundir el miedo a rendir cuentas en los corazones de la clase A.

 

Teoría de los dogmas (IV): Cómo funciona una causa

0. Introducción

En otro escrito, habíamos visto que el cambio cultural en la cultura occidental, se produce mediante el mecanismo de causa. Una causa es un movimiento de masas político que intenta cambiar la sociedad para que, supuestamente, esta sociedad sea moral.

También habíamos visto que las causas siempre van en una misma dirección: hacia una destrucción de las estructuras intermedias tradicionales que hay entre el Estado y el individuo y a una mayor degeneración (es decir, a un alejamiento de la ley natural)

Habían quedado estas preguntas por responder:

  • 1. ¿Cómo funciona una causa en la cultura occidental?
  • 2. ¿Por qué las causas tienen éxito en la cultura occidental?
  • 3. ¿Por qué las causas no existen en otras culturas?
  • 4. ¿Por qué todas las causas van en una misma dirección? (Más individidualismo, más Estado y alejándose de la ley natural)
  • 5. ¿Cómo las causas producen el cambio en la religión progresista?

En este escrito, se responderán las dos primeras preguntas, dejando las tres últimas preguntas para el escrito final.

1. Cómo funciona una causa

¿Cómo evoluciona una causa en la civilización occidental moderna? Tomemos por ejemplo la legalización del divorcio «sin culpa» que fue una causa en el pasado (y una subcausa de la causa de la promiscuidad).

En toda sociedad, hay gente infeliz. Parte de esta gente infeliz lo está por un aspecto de las convenciones sociales, que están basadas en la ley natural. En este ejemplo, la gente infeliz es la gente que es infeliz en sus matrimonios y quisiera divorciarse, pero el divorcio está prohibido. Entre ellos, pueden discutir que debería permitirse el divorcio «sin culpa».

La causa se hace pública cuando un grupo de poder adopta esta posición y la ve como una forma de extender su poder. Así, el divorcio reduce la natalidad, aumenta la recaudación tributaria, disminuye el costo de la mano de obra y hace más dependientes a los individuos del Estado y de las grandes empresas.

Este grupo de poder se pone como objetivo derribar esta parte de la ley natural. En este caso, legalizar el divorcio.

Lo primero que hay que buscar es presentar este cambio como un aumento de libertad, igualdad y progreso. Esto es fácil pues, como se vio en un escrito anterior, cualquier cambio en cualquier dirección se puede presentar como un aumento de libertad, igualdad y progreso. En el caso del divorcio, se puede decir que los que viven en matrimonios infelices tienen libertad de rehacer sus vidas (a los esposos e hijos abandonados nadie les pregunta), que son iguales a los solteros en buscar su felicidad y que esto es un progreso de la sociedad al hacer a la gente más feliz y más libre.

La causa de legalizar el divorcio comienza a impulsarse en la educación y en los medios de comunicación de forma progresiva y mostrando sólo las ventajas y nunca sus inconvenientes hasta que la causa se impone en toda la sociedad (ver las transparencias de la ventana de Overton para detalles de cómo se consigue esto).

Así, la adopción de una causa pasa por diferentes fases:

Fase 0. Inexistente. La causa no existe para los ciudadanos. A nadie se le ha ocurrido. Imaginemos el movimiento LGBTQ en la Edad Media.

Fase 1. Marginal. Grupos marginales de beneficiarios especialmente motivados adoptan la causa como propia pero es considerada una aberración por la inmensa mayoría de la sociedad. En el ejemplo anterior, grupos de homosexuales especialmente motivados durante los años 60.

Fase 2. En crecimiento. La causa va conquistando la sociedad y acumulando cada vez más partidarios. Este es un proceso que pasa de una causa que sólo es adoptada públicamente por una minoría muy minoritaria de la población a ser contestada sólo por una minoría muy minoritaria de la población. Esta fase puede ser larga y las características dependerán del porcentaje de la población que apoya la causa. La forma con la que una causa crece se explica en las transparencias sobre la ventana de Overton.

Fase 3. Indiscutible. La causa es adoptada por toda la sociedad. No quiere decir que todos la apoyen, sino que los que no la apoyan se ven obligados a guardar silencio, por temor de ser marginados o represaliados. Teóricamente, los partidarios son el 100% de la sociedad. En la práctica, los que no la apoyan pueden ser una minoría o bien una mayoría silenciosa (en estos casos, se dan los fenómenos de «la ley del silencio», también llamada «preference falsification»). De todas maneras, la causa es indiscutible: nadie puede discutirla sin que le marginen, le tachen de mala persona o tomen represalias contra él.

Sin embargo, que una causa sea indiscutible, no quiere decir que haya conseguido sus objetivos. Hay causas indiscutibles que están en progreso y aún no ha conseguido sus objetivos. Además hay causas que van contra la realidad (bien la realidad fáctica o la realidad moral, es decir, la ley natural) y, por lo tanto, nunca pueden conseguir sus objetivos. Esto nos permite dividir las causas indiscutibles en tres subtipos:

Fase 3a. En implementación. Una causa indiscutible que está en el proceso de implementar todos sus objetivos, pero estos objetivos son posibles y se conseguirán con el tiempo.

Fase 3b. Crónica. Una causa indiscutible y que no ha conseguido todos sus objetivos porque estos objetivos son imposibles. Por ejemplo, la igualdad entre hombres y mujeres, porque la ciencia demuestra que son biológicamente distintos.

Fase 3c. Finalizada. Una causa indiscutible y que ha conseguido todos sus objetivos. La legalización del divorcio es una de estas causas. En este caso, la causa se olvida porque ya forma parte de la vida normal de la sociedad.

Las sociedades no suelen reconocer que las causas crónicas lo son (por ejemplo, la igualdad entre hombres y mujeres). Como son indiscutibles, se supone que se pueden alcanzar y, por lo tanto, que están en implementación. Además, la psicología moderna desde el nominalismo está basanda en el triunfo de la voluntad, por lo que el moderno piensa que todo se puede si uno lucha lo suficiente.

El hecho de que algunos avances temporales en causas crónicas se puedan conseguir mientras se invierten crecientes cantidades de dinero proporciona una coartada que la sociedad usa para autoengañarse sobre la posibilidad de obtener los objetivos de esta causa.

Para más detalle sobre la evolución de una causa, consultar las transparencias de la ventana de Overton y el blog de white fragility.

2. Por qué las causas tienen éxito en la sociedad occidental

Las causas funcionan en la sociedad occidental porque su relación costo/beneficio es bajísima. Así grandes capas de la población occidental (especialmente, a los poderosos y a la gente de izquierda) reciben una variedad de beneficios a un costo muy bajo.

Como se verá, este es un beneficio a corto y medio plazo que produce desastre a largo plazo. No es diferente a una persona que tiene una casa de madera y se calienta quemándola porque es más barato que comprar leña. Sin embargo, a corto plazo, los beneficios son reales y palpables. El hombre moderno, que ya no cree en Dios, ya no le importa el largo plazo (mañana todos estaremos muertos) y siempre puede tener excusas para negar las consecuencias a largo plazo.

Las causas son impulsadas por aquellos que se benefician de ellas y, triunfan como consecuencia de este impulso por partes de amplias capas de la población.

Más concretamente, el costo de apoyar una causa es muy bajo. No hay que donar dinero o hacer voluntariado para apoyar una causa. No hace falta incluso seguir esa causa en la vida privada. Millones de hombres y mujeres «feministas» siguen los roles de género en sus relaciones de pareja, izquierdistas famosos viven en barrios de lujo, gente que defiende la inmigración ilegal vive en barrios de blancos con pureza étnica y lleva a sus hijos a escuelas de blancos.

Lo único que hace falta para apoyar a la causa es decir que uno la apoya. Esto lo puede decir de forma oral, proclamarlo por las redes sociales o ponerse todo tipo de símbolos (signos en el auto o en las casas y, en el propio cuerpo, camisetas, lazos, pines, etc.). Como máximo uno puede ir a una manifestación apoyando la causa. En total, el costo de apoyar una causa y ser considerado partidario de ella es prácticamente cero.

Sin embargo los beneficios que se consiguen pueden ser muy sustanciales y es lo que nos vamos a centrar ahora.

Con más detalle, vamos a ver dos cosas:

2a. Qué tipos de personas se benefician de una causa

2b. Qué tipo de beneficios reciben esas personas de una causa.

2a. Qué tipos de personas se benefician de una causa

Mucha gente obtiene beneficios materiales y psicológicos de una causa. En concreto, estos beneficios pueden recibirlos  los que apoyan a una causa (llamados «partidarios») o bien sólo sus beneficiarios directos u oficiales (llamados «beneficiarios directos» o, simplemente, «beneficiarios» )

Los beneficiarios directos son aquellos que son el objetivo de una causa y que, por lo tanto, se supone que se beneficiaran de forma especial si la causa triunfa (se supone que se benefician, pero muchas veces no se benefician de verdad). Así, los beneficiarios directos de una causa feminista serían las mujeres, los de una causa gay los homosexuales, los de una causa a favor de la inmigración serían los inmigrantes, los beneficiarios directos de una causa de «fat acceptance» los obesos mórbidos, etc.

Los partidarios son, simplemente, aquellos que apoyan a una causa. Las categorías de beneficiarios y partidarios son ortogonales.  Tomemos de ejemplo la causa feminista. Hay partidarios que son beneficiarios (las mujeres feministas) y partidarios que no son beneficiarios (los hombres feministas). Hay también beneficiarios que no son partidarios (las mujeres no feministas) y no beneficiarios que no son partidarios (los hombres no feministas).

Los partidarios pueden clasificarse de esta manera, según el grado de progreso de la causa (se incluyen en cursiva algunos comentarios sarcásticos de este blog):

  • Los formuladores. Intelectuales que formulan los fundamentos teóricos de una causa. Suelen ser intelectuales en universidades y think tanks.
  • Los iniciadores. Aquellos que deciden que debe impulsarse una causa. Son gente poderosa que decide que el tiempo de una causa ha llegado.
  • Los impulsores. Aquellos que tienen como objetivo principal impulsar causas. Están los profesionales que trabajan para causas (por ejemplo, trabajadores sociales o gente de los medios) y aquellos que han hecho de defender las causas el centro de su vida psicológica. Esta gente no puede vivir sin una causa y, si no existieran, se las inventarían.
  • Los seguidores. Aquellos que se benefician de las causas porque están en el ambiente, pero sólo son oportunistas que quieren obtener beneficios de lo que sea.

Esta clasificación es similar a la de adopción de innovaciones, pues una causa es una tipo de innovación.

Otra forma de clasificar a los partidarios es por su clase social:

  • 1. La élite es la que decide qué causa se debe impulsar en un momento dado (son los iniciadores). Puede ser élite financiera o élite de organismos internacionales. Clase alta y super alta.
  • 2. Los intelectuales son aquellos que desarrollan los fundamentos teóricos (son los formuladores). Clase media alta.
  • 3. Los difusores son aquellos que difunden la causa entre la población. Políticos y gente de los medios (una parte de los impulsores). Clase media alta. (Las figuras de los medios de comunicación, los artistas y los políticos que se hacen famosos por adoptar ideales igualitarios y, por lo tanto, se hacen populares entre las muchas personas desencantadas que, porque existe la autoridad, culpan a esa autoridad de sus propios problemas. Este grupo manipula a la manada como directores de una vasta sinfonía de compensación, culpa, miedo y duda.)
  • 4. Los administradores son aquellos que administran la causa (son los funcionarios, una parte de los impulsores). Clase de media alta a media baja. (Una vez que la mafia izquierdista ha ganado el control, los contadores de frijoles entran y deciden quién debe morir para que los subsidios sigan fluyendo.)
  • 5. Los creyentes de base son aquellos que hacen de las causas el centro de su vida psicológica: reciben beneficios psicológicos pero no tangibles  (son otra parte de los impulsores). Clase de media alta a baja. (creen o se han convencido a sí mismos para creer que el igualitarismo es el progreso hacia la utopía y no la ruptura del orden social orgánico en la anarquía subsidiada.)
  • 6. Los seguidores o tontos útiles son aquellos que se apuntan a la causa porque está en el ambiente. Clase de media alta a baja (la gran mayoría de los izquierdistas son personas que simplemente no tienen un propósito en la vida y no tienen explicación para su sensación de no ser tan importantes como creen que deberían ser, o que quieren más cosas gratis del gobierno. Crédulos, se puede contar con este grupo para evitar revisar los hechos o tener una memoria más allá de la ventana de 14 días de un período de cheque de pago, y nunca se dan cuenta de que a pesar de todas las cosas gratis siguen siendo relativamente pobres.)

Como vemos, esta clasificación es la misma que la anterior (s´ólo que se divide a los impulsores de forma más detallada), pero, en vez de centrarse en el progreso de desarrollo de una causa, se centra en los roles de cada uno.

2b. Beneficios que produce una causa

Se describen a continuación los beneficios que reciben los beneficiarios y partidarios de la causa. Para cada beneficio, se indica si es recibido por los beneficiarios directos (se indica adelante como «[Beneficiarios]») o por los partidarios (se indica más adelante como «[Partidarios]») .

Algunos beneficios requieren que la causa no está finalizada. Otros requieren que la causa no sea indiscutible (lo que es un criterio aún más estricto). En cada beneficio se explica cada uno de esos requerimientos.

Los beneficios que proporciona una causa se dividen entre beneficios tangibles (materiales y legales) y beneficios intangibles (psicológicos).

Los beneficios tangibles (materiales y legales) que se derivan son obvios:

1. [Partidarios] [No indiscutible] En la clase alta, está el deseo de poder y dinero. Esto incluye a políticos que defienden la causa, empresarios que se benefician de ella, élites que la usan para aumentar su poder. Para esto, estas personas deben presentarse como los que luchan por que una causa triunfe, por lo que esta no puede ser indiscutible.

2. [Partidarios] [No finalizada] En las clases media y baja, está el deseo de subvenciones, ayudas económicas y puestos de trabajo justificados por la causa (por ejemplo, como Director General de la Mujer o trabajadora social para mujeres inmigrantes). También se incluyen aquí los beneficios de audiencia obtenidos por los medios de comunicación, aunque estos últimamente son más aparatos ideológicos que empresariales. Esta causa no puede estar finalizada para que esto sea posible, pues si se han conseguido los objetivos ya no hay motivo para invertir más dinero en intentar implementar la causa.

3. [Beneficiarios] [No finalizada] Obviamente, los beneficiarios directos reciben beneficios materiales y legales de una causa, como beneficiarios. Así, las mujeres pueden recibir ayudas de una causa feminista u obtener leyes que las benefician. Obviamente, sólo puede darse si la causa no está finalizada. Una causa finalizada (por ejemplo, la legalización del divorcio) no puede obtener estos beneficios, pues no se ve la necesidad de impulsarla. De hecho, ya no se ve como una causa sino como un hecho de la vida.

Pero tan importantes como los beneficios materiales son los beneficios psicológicos, que se detallan a continuación. 

4. [Beneficiarios] [No indiscutible] Lo más obvio: los beneficiarios reciben lo que estaban buscando: una relajación de las convenciones sociales que permita que la sociedad acepte su estilo de vida. Estas convenciones sociales suelen estar basadas en la ley natural, por lo que suele pasar que lo que se acepta es una violación de la ley natural (caso de la promiscuidad sexual) o, incluso de la realidad fáctica (caso de los trans).

Se trata de usar la aprobación social para luchar contra el sentimiento de vergüenza o deshonor (que es social) así como intentar apagar el sentimiento de culpa o de reconocimiento de la realidad (que son individuales).

(El hecho de que la conciencia (la culpa) y el reconocimiento de la realidad no se puedan apagar definitivamente, hará que los beneficiarios busquen la aprobación social y eviten la desaprobación más y más, como formas de apagarlas temporalmente. Si tienen acceso al poder, los beneficiarios acabarán implantado un estado de cosas totalitario, en el que la aprobación de su conducta contraria a la ley natural o la realidad fáctica es obligatoria y la desaprobación está prohibida, como se explica en otro escrito.)

Los beneficios de los puntos 3 y 4  los llamaremos «beneficios oficiales» pues son los que se usan para impulsar una causa. Los otros beneficios (del punto 1 al 2 y del 5 al 12) se llamarán «beneficios ocultos», pues no suelen considerarse al defender o atacar una causa.

5. [Beneficiarios] [No indiscutible] Validar la trayectoria vital. Muchos de los que apoyan las causas son gente que no le ha ido bien en la vida, a veces por las circunstancias, pero, la mayoría de las veces, por sus propias decisiones. La izquierda fomenta esas malas decisiones y las justifica una vez se han tomado. La responsabilidad de los errores personales se transfiere a la sociedad y la persona queda libre de culpa (esto viene directamente de Rousseau).

Así, esta gente no se siente culpable por sus errores ni toma la responsabilidad de enmendarlos o intentar no volverlos a cometer. Es la responsabilidad por los propios errores lo que define la adultez, por lo que las masas de la izquierda se encuentran infantilizadas, en un estado de desarrollo detenido. Se trata de luchar contra el sentimiento de responsabilidad: reconocer los propios errores y luchar para no volverlos a cometer.

Es decir, las causas son los medios por los que la izquierda transmite a la sociedad  la culpa de los fracasos personales. Veamos, por ejemplo, la causa de «fat acceptance». Si uno no tiene una enfermedad rara, para ser un obeso mórbido (en comparación a un gordo normal), uno se lo ha tenido que trabajar durante años con una falta de autocontrol que lleva a unos patrones de alimentación insanos. La causa de «fat acceptance» hace que la persona piense que la culpable es la sociedad por no acceptar los cuerpos obesos mórbidos como atractivos, en vez de aceptar su responsabilidad e intentar adelgazar para tener una buena salud.

De nuevo, es una forma de escapar de la culpa, del sentimiento doloroso de que uno lo ha hecho mal. De nuevo, la causa es útil mientras no es universalmente aceptada. En un caso de una persona que se sienta mal por un divorcio, la causa no es útil, pues todo el mundo acepta el divorcio, así que uno no puede decir que el problema del divorcio es que hay gente divorciofóbica.

También esto permite conllevar una baja autoestima que tienen estas personas que han fracasado en algún aspecto de la vida (en este caso, el control de peso).

6. [Partidarios] [No indiscutible] La causa permite sentirse buena persona ante uno mismo. El objetivo es eliminar la culpa (parte de la conciencia) de comportarse mal en la vida privada (en otras áreas), justificándose ante uno mismo que uno es bueno, porque apoya una causa supuestamente noble (uno es bueno porque es antirracista, antifascista, etc.).

7. [Partidarios] [No indiscutible] La causa permite sentirse a uno mejor que los demás. En este caso, no se trata de evitar el sentimiento de culpa (como en el punto 6), sino que es un sentimiento de orgullo. El orgullo es una de las drogas más adictivas para el hombre y, aunque se puede conseguir de diversas formas, el orgullo porque uno apoya una causa es una de las formas más fáciles de conseguirlo. Este orgullo se debe a dos motivos. Primero, apoyando la causa uno se siente «especial», diferente a los demás (autoexpresión, como ponerse un tatuaje). Segundo, apoyando la causa uno experimenta ese sentimiento de ser mejor que los otros que se da en la parábola del fariseo y el publicano.

8. [Partidarios] [No indiscutible] La causa permite presumir de buena persona ante los demás. Esto se llama «señalar virtud», «postureo moral» y es lo que los fariseos hacían en el Nuevo Testamento (por ejemplo, dando limosna en público). Esto aumenta el estatus social ante la comunidad (siendo la búsqueda del estatus) y también elimina la «vergüenza», el estigma social, en el caso de la conducta privada. Mientras los puntos 6 y 7 son interiores y privados, el punto 8 se refiere a la imagen público del individuo.

(A los puntos 6, 7 y 8 podemos darle el nombre común de «fariseísmo». Estos beneficios psicológicos están prohibidos en el Nuevo Testamento. Sin embargo, Lutero progresó hacia la desactivación de esta prohibición, diciendo que la gente se justificaba por la fe y no por las obras. Lo importante no es lo que hagas, sino que tengas las opiniones correctas, lo que hizo el costo del fariseísmo prácticamente nulo y muy difícil de combatir. La opinión calvinista de distinguir entre gente que ya sabe que está salvada y gente que está condenada potencia el fariseísmo. La modernidad deriva de esta postura calvinista a través de los movimientos puritanos de Estados Unidos).

9. [Partidarios] [No indiscutible] La causa permite descargar las frustraciones de la vida dirigiendo el odio y la indignación contra los no partidarios, que se conceptualizan como los enemigos. El hombre moderno tiene pocas ocasiones socialmente aprobadas de descargar sus frustraciones con ira de forma catártica, lo que se ha demostrado de forma científica que es bueno para su bienestar psicológico. La causa proporciona un motivo aceptable para comportarse con odio e indignación, descargando toda esa ira acumulada por las frustraciones de la vida contra un enemigo que se conceptualiza como el mal. Las manifestaciones que acaban en vandalismo público son un ejemplo de esto, así como gente gritando violentamente en nombre de la tolerancia y la paz.

10. [Partidarios] [No indiscutible] La causa permite alimentar la necesidad de trascendencia. El hombre tiene un deseo de trascendencia, de buscar algo superior a uno mismo. Esto tiene un aspecto religioso (buscar el bien) y comunitario (buscar ser parte de una comunidad donde todos se ayudan). Estos dos aspectos se dan frecuentemente unidos y están cubiertos con las religiones tradicionales.

Con la decadencia de la religión tradicional, el liberalismo o progresismo se ha convertido en la nueva religión. Sin embargo, el liberalismo es todo lo contrario al sentido de trascendencia: es radicalmente individualista y tiende a arrastrar al hombre al egoísmo más feroz. En realidad, la máquina que hace moverse al liberalismo es el egoísmo humano.

El hombre moderno está inundado de liberalismo: no puede concebir otra cosa, ni puede concebir renunciar a su egoísmo, pero necesita la trascendencia. Las causas son, en realidad, partes del liberalismo y, por lo tanto, avanzan el egoísmo. Sin embargo, el hecho de que se expresan con lenguaje noble y que se conciben como una lucha por el bien y contra el mal permite usarlas como sustituto de la verdadera trascendencia.

Así, las causas permiten dedicarse al egoísmo mientras uno siente que está luchando por algo justo. No estamos hablando aquí de un sustituto de sentirse bueno (puntos 6 y 7) o de una forma de presumir de bueno sin serlo (el punto 8) sino de un sustituto de buscar el bien y buscar al prójimo.

De nuevo, este beneficio sólo se produce si la causa no es indiscutible. Si la causa es aceptada por todos, no hay manera de imaginar una comunidad en torno a ella y no se puede conceptualizar como la lucha del bien contra el mal.

Obviamente, los beneficios del 5 al 10 sólo se producen si la causa no es indiscutible. Uno no puede sentirse más bueno que los demás o presumir de bueno ante los demás con una causa indiscutible (como la igualdad de hombres y mujeres), porque todos la comparten y uno no sería mejor que los demás. Sería alguien normal.

11. [Beneficiarios] [Partidarios] [No indiscutible] Finalmente, las causas permiten servir de vía para el resentimiento (entendido de la forma que lo definió Nietzsche y lo analizó Scheler en su libro «Ressentiment»). El resentimiento forma muy enquistada de envidia, con características propias.

El resentido siente que le podía haber ido mejor en la vida o en un área de la vida, pero no es su culpa. Se siente injustamente tratado por la sociedad. A veces, tiene una buena posición pero envidia a aquellos que están todavía mejor.

En suma, siente que él debería estar mejor en el juego social. Si no lo está, es porque la sociedad lo oprime.

La sociedad moderna fomenta el resentimiento, pues nos dice que todos somos iguales. Con este dogma de la igualdad, las desigualdades en la vida son injusticias, fruto de la opresión. Es una injusticia que los negros tengan más dinero que los blancos, que los hombres tengan más dinero que las mujeres, que los nativos tengan más dinero que los inmigrantes, que los heterosexuales tengan una vida más fácil que los homosexuales, que los hombres prefieran a las guapas que a las feas…. La sociedad moderna es una máquina de crear resentimiento.

El resentimiento produce dos tipos de acciones:

a. [Beneficiarios] [No finalizada] El resentido aboga por cambiar los valores sociales. Para ello apoya una causa que intenta invertir los valores, de forma que los ganadores sean los perdedores y al revés. Si la causa triunfa completamente, el resentido mejoraría su posición en el juego social. Por ello, el resentido sería uno de los beneficiarios de esta causa. Así una mujer que se le conoce como promiscua, intenta cambiar los valores sociales para que la promiscuidad se vea bien y, por lo tanto, ella ascienda en la escala social.

b. [Partidarios] El resentido descarga su frustración con la sociedad apoyando otras causas de las que él no es beneficiario, como forma de rebeldía. Esta causa no debe ser indiscutible.

En cuanto a la primera acción, que es la que requiere más explicación, el ejemplo tradicional del resentido es el del intelectual que se dedica a la política de izquierdas clásica porque está resentido de no ser rico. El piensa que es superior a los ricos, porque es más inteligente y debería ganar más que los ricos, pero gana mucho menos. (El chiste del 10 por ciento). Apoya la causa de redistribución de la riqueza con el fin de obtener más dinero para él. Es el típico que siempre está clamando con que se aumenten los impuestos a los ricos. La causa de redistribución de la riqueza es una inversión de valores: no deben obtener dinero los miembros más productivos de la sociedad sino los menos productivos.

Otro ejemplo es la mujer obesa mórbida que está clamando porque las revistas de moda acepten modelos obesas, dentro de la causa de «fat acceptance». Se siente resentida porque la mujer delgada obtiene todo tipo de atención y beneficios. Ella piensa que es injusto y que la sociedad debería darle ese reconocimiento. Piensa que los cuerpos bellos y sanos son los obesos mórbidos y que los cuerpos delgados son  insanos, feos y que la gente sólo le considera bello porque ese modelo de cuerpo es impuesto de forma opresiva por los poderosos a través de los medios de comunicación. Lucha para que los cuerpos obesos estén cada vez más presentes en la vida pública.

Vemos aquí también la inversión de valores: lo obeso es bello y sano mientras lo bello y sano es feo e insano.

Es decir, el beneficiario resentido es un (relativo) perdedor que quisiera ser el ganador en el juego social y aboga por invertir los valores sociales, de forma que él sea el ganador.

Los puntos 10 al 22 de este escrito de Ted Kaczynski analizan con más detalle los aspectos psicológicos del resentimiento.

El resentimiento es un estado psicológico que lo impregna todo. No sólo requiere lo que acabamos de ver en este punto, sino que requiere varios puntos que ya se han visto. Por ejemplo, la necesidad de validar la trayectoria vital puede ser un efecto del resentimiento, así como la necesidad de expresar ira de forma catártica. El resentido siente ira por la sociedad por tratarlo injustamente.

12. [Beneficiarios][Partidarios][No indiscutible] Identidad. Cada ser humano debe preguntarse «¿Quién soy?» y debe responder a esa pregunta ante sí y ante los demás.

Definir la identidad de uno es siempre definirse como parte de una comunidad.  En el pasado, esta respuesta se basaba en las comunidades de la familia, el pueblo, la nación y la religión. Soy un católico español, de Artana, un Rodríguez, el hijo del maestro, el padre de Juanito.

Sin embargo, conforme el individualismo avanza, este tipo de respuestas dejan de ser factibles para todo el mundo. Con la destrucción de la familia, mucha gente ya no tiene familia o está distanciada de ella. Mucha gente considera la nación como una rémora y se proclama «ciudadano del mundo». Mucha gente se proclama sin religión y esto es algo común.

Una causa da un sentido de identidad: soy una lesbiana antifascista trekkie que está interesada en los gatos y en el vino.

Fíjense como la identidad ya no está basada en las comunidades de religión, nación y familia sino que está basada en falsas comunidades de orientación sexual (forma parte de las comunidades de lesbianas), falsa comunidades de las causas (comunidades de antifascistas) y falsas comunidades de los hobbies (amantes del vino, gato y Star Trek).

(Se dice que estas son falsas comunidades porque no son como las comunidades tradicionales, en qué la gente se conocía entre ellos y creaba estructuras de relación. Son simplemente grupos de personas atomizadas que tienen los mismos gustos. La comunidad de Artana es una comunidad: es más grande que los individuos porque tiene relaciones sólidas entre ellos. La comunidad LGBTI o de trekkies son gente que ni se conoce entre ellos. Es una falsa comunidad).

La parte de esta autodefinición que nos interesa aquí es la de las causas, que se aplica tanto a los partidarios de la causa. Los partidarios pueden sentirse que su identidad es luchar por el bien, contra el fascismo, a favor de la inmigración, etc.

En los partidarios que también son beneficiarios, esto puede llegar al extremo. Por ejemplo, hay homosexuales que han hecho de la lucha a favor de la causa gay todo el centro de su vida y se definen antes que todo como gays.

Pero prácticas homosexuales las ha habido toda la vida y nunca alguien se ha definido por sus prácticas sexuales. Si hubieras preguntado al Emperador Adriano quién era, no hubiera dicho que era un homosexual, aunque tuvo un amante homosexual durante años. Si le hubieras dicho «Tú eres un homosexual», no lo hubiera entendido, de la misma forma que una persona que está sola y se masturba continuamente no se define como «Yo soy un masturbador».

3. Por qué hay necesidad continua de nuevas causas

En resumen, las causas dan una serie de beneficios muy variados a amplias capas de la población a un costo muy bajo. Sin embargo, como se ha visto más arriba, sólo pueden proporcionar esos beneficios si no son causas finalizadas. En algunos casos, deben además no ser indiscutibles.

Para los beneficios que se han marcado como [No finalizada] (los puntos 2 y 3, es decir, los beneficios tangibles para beneficiarios y partidarios de clase media y baja), las mejores causas son aquellas que no pueden conseguir sus objetivos (es decir, que acaban convirtiéndose en crónicas) porque nunca pueden finalizarse. La igualdad entre el hombre y la mujer es un ejemplo claro. Estas causas pueden crear subcausas para expandir los beneficios: así la igualdad entre hombre y mujer puede extenderse a la educación, al funcionariado, a la política, a las empresas, a la autoestima del cuerpo femenino, etc. Esto crea una lluvia de trabajos, subvenciones, paguitas, etc.

Por el contrario, para los beneficios que se han marcado como [No indiscutible] (los beneficios para los poderosos – punto 1- y todos los psicológicos – del 4 al 12) hay que buscar continuamente nuevas causas que sean polémicas, pues la victoria de las causas antiguas las hace indiscutibles y, por lo tanto, inservibles para obtener esos beneficios.

Los beneficios psicológicos (y los de los poderosos) se basan en dividir las personas entre los partidarios y beneficiarios (gente buena y víctimas) y los que no son partidarios ni beneficiarios (gente mala y opresores), planteando la causa  como una lucha maniquea entre el bien y el mal. Así uno recibe los beneficios psicológicos de sentirse parte de los buenos (y los poderosos pueden impulsar cambios justificando que luchan contra el bien) Si la causa es indiscutible, todos apoyan la causa por lo que la categoría de gente mala está vacía y también la de los buenos. No hay buenos y malos, sino que todos son normales.

Así, conforme las causas se hacen indiscutibles, hay una gran ansia en encontrar nuevas causas. Esto llega al paroxismo entre el grupo de personas que, más arriba, hemos llamado «los impulsores» que han hecho del centro de su vida apoyar a una causa. Así, en Estados Unidos, nada más la Corte Suprema de Justicia aceptó el llamado matrimonio homosexual, la causa trans comenzó a ser la más importante del mundo. Toda la energía en la causa del llamado matrimonio homosexual se transfirió a la nueva causa que no había vencido todavía.

Este es también el motivo por el cual las causas son cada vez más poco razonables. En esa necesidad continua de millones de personas de buscar cada vez nuevas causas que obtengan beneficios a un costo bajo, ya se han agotado las causas que son más razonables  (pues triunfaron en el pasado) y se necesitan nuevas causas. Sólo quedan las causas más irrazonables y alocadas.

4. Porque las causas pueden ser contradictorias

Los partidarios de una causa, la defienden alegando que conseguirá beneficios oficiales para los beneficiarios (los puntos 3 y 4 que se han visto anteriormente). Por ejemplo, en la causa de violencia de género (parte del feminismo), se alega que las mujeres víctimas de violencia doméstica serán menos abundantes y estarán más protegidas.

Sin embargo, hemos visto más arriba que en cualquier causa hay muchos más beneficios que los oficiales. Hay 12 beneficios diferentes y sólo dos son los beneficios oficiales.

Hay todo tipo de trabajos relacionados con la violencia de género (desde funcionarios a gente que trabaja en ONGs o hace proyectos de género). Todo tipo de políticos utilizan la violencia de género para sus carreras políticas. La mayoría de beneficios tangibles no van a los beneficiarios directos y a los beneficios oficiales. Hace unos años salió la noticia de que el Instituto Andaluz de la Mujer sólo destinaba el 3% de su presupuesto a las víctimas de violencia.

Pero estos beneficios tangibles palidecen comparados a los beneficios psicológicos. Millones y millones de personas reciben beneficios psicológicos de decir que está en contra de la violencia de género (estatus, autoestima, sentimiento de virtud, catarsis, etc.) y de considerar a los que se oponen como Satanás reencarnado.

Esta es la razón porque se adoptan causas que son contradictorias con respecto a  los beneficios directos.

Así, un progresista puede adoptar la causa del feminismo y del movimiento LGBTI y, al mismo tiempo, favorecer la inmigración musulmana en España. Esto parecería una contradicción pues la cultura musulmana es más contraria al feminismo y al movimiento LGBTI que la cultura occidental. Los supuestos beneficios que se obtienen para las mujeres con el movimiento feminista se verían deshechos con la inmigración musulmana.

Esto parece contradictorio porque sólo estamos considerando los beneficios oficiales (puntos 3 y 4). Si consideramos todos los beneficios (los beneficios oficiales y los beneficios ocultos) vemos que combinar las dos causas contradictorias da más beneficios que adoptar sólo una de ellas (por ejemplo, adoptar sólo el feminismo). Hay más posibilidades de poder y éxito, trabajos, subvenciones y beneficios psicológicos.

Es por ello que las feministas no protestan contra la inmigración musulmana (y los musulmanes contra las leyes feministas) porque esto les impediría obtener esos beneficios ocultos (que son más bien tangibles para los musulmanes y de todo tipo -tangibles y psicológicos- para las feministas).

Esto requiere justificar ante la opinión pública que estos beneficios no son contradictorios, lo que se hace con todo tipo de razonamientos incorrectos y falacias, excusas y racionalizaciones, cuando no evitando la lógica directamente.

En el caso anterior, se puede afirmar que «el verdadero islam es feminista», que «la educación pública hará que los hijos de los musulmanes se harán feministas» o que «opresión de la mujer hay en todas partes: mira como estaban nuestras madres bajo el cristianismo». También se usa mucho la filosofía posmodernista «esa es tu verdad pero no es mi verdad», lo que hace imposible refutar nada. En los casos extremos, si un progresista se ve confrontado con una contradicción y no puede encontrar una excusa, abandonará el diálogo, lo censurará, actuará de forma agresiva o usará cualquier tipo de trampas para hacer callar al otro.

No importa que este comportamiento no se mantenga desde el punto de vista lógico porque se trata sólo de excusas para conseguir los beneficios tangibles e intangibles que tanto se desean y que son mayores combinando dos causas contradictorias que siendo coherente y teniendo una sola causa.

5. Conclusión

En el escrito anterior, habían quedado estas preguntas por responder:

  • 1. ¿Cómo funciona una causa en la cultura occidental?
  • 2. ¿Por qué las causas tienen éxito en la cultura occidental?
  • 3. ¿Por qué las causas no existen en otras culturas?
  • 4. ¿Por qué todas las causas van en una misma dirección? (Más individidualismo, más Estado y alejándose de la ley natural)
  • 5. ¿Cómo las causas producen el cambio en la religión progresista?

Hemos contestado las dos primeras preguntas y el escrito final de esta serie responderá las tres últimas.

Teoría de los dogmas (III): La causa como mecanismo de cambio cultural

0. Introducción

Habíamos visto en un escrito anterior, que toda sociedad tradicional tiene una religión oficial, con unos dogmas que limitan su evolución y que coinciden en la religión natural, porque, en caso, contrario, no sobrevivirían.

Como se vio en otro escrito anterior, en lo que se refiere a la sociedad occidental moderna (que tiene como religión oficial el progresismo derivado de la Ilustración), los dogmas son la libertad, la igualdad y el progreso. Sin embargo, un análisis sencillo nos muestra que estos dogmas no lo son en realidad y que no limitan la evolución en la sociedad.

Se esperaría, por lo tanto, que la sociedad occidental evolucionara de forma caótica, pero vemos que siempre evoluciona en la misma dirección: hacia una mayor atomización e individualismo de los ciudadanos, un mayor poder del Estado y las multinacionales asociadas a él y una mayor degeneración en el ámbito moral (es decir, un alejamiento de la ley natural).

¿Por qué se produce esto? Explicarlo es el objetivo de los escritos siguientes.

1. El mecanismo de causa

En realidad, el cambio cultural en la sociedad occidental moderna es producido por el mecanismo de «causa pol´ítica» (que llamaremos, simplemente, «causa»).

«Causa» es cualquier movimiento de masas que pretende un cambio político, del cual se afirma que hará la sociedad más moral. Un ejemplo podría ser la causa del feminismo, que propone que su victoria hará que las mujeres sean tratadas con más justicia.

No quiere decir que este cambio haga la sociedad más moral (de hecho, suele ser lo contrario), sino que la causa se vende como un aumento de la moralidad de la sociedad, como una lucha por el bien en la sociedad.

Por motivos que se explicarán más adelante, esta causa, para funcionar, tiene que alejarse de la ley natural y destruir las estructuras intermedias tradicionales que hay entre el individuo y el Estado (la Iglesia, la parroquia, el pueblo, el vecindario, la família extendida, la familia nuclear, la pareja, la nación cultural, etc.).

Cada causa puede contar con subcausas, que son causas más específicas que están englobadas en la causa global (así la causa del feminismo puede tener la legalización del aborto como subcausa).

Adelantamos que una causa es, simplemente, un intento de romper las convenciones sociales en un aspecto (lo que casi siempre implica romper la ley natural en un aspecto, pues esta es la base de las convenciones sociales) con el fin de obtener beneficios a corto plazo de este aumento en entropía, aunque ello traiga desastres a largo plazo.

Una causa puede tener éxito o fracasar al implantarse en la sociedad occidental (una causa fracasada en Estados Unidos es la prohibición del alcohol, la ley seca). Pero lo más probable es que tenga éxito. Una vez una causa triunfa en la sociedad, la sociedad adopta sus valores, por lo que la cultura cambia.

Se afirma aquí que el mecanismo por el que se produce el cambio cultural en la sociedad occidental (y, por lo tanto, en la religión progresista que es la oficial de esta sociedad) es el triunfo de las causas. Cualquier cambio cultural importante que se ha producido en Occidente se debe al triunfo de una causa.

2. Causas principales de la civilización occidental

Unos ejemplos harán más entendible este concepto. Explicamos, aquí, las causas principales de la civilización occidental en orden temático que se acerca al orden cronológico. También explicamos por qué estas causas se alejan de la ley natural y destruyen las estructuras intermedias tradicionales que hay entre el Estado y el individuo.

Las causas principales de la civilización occidental son:

A. La causa de la avaricia, que intenta conseguir la mayor cantidad de dinero para uno mismo.

Esta es la causa más antigua y la que produjo las otras. Comienza con el ascenso económico de la burguesía en el Antiguo Régimen. Tiene dos subcausas que se contradicen:

A1. La causa de la desregulación de actividades económicas. Es la causa original, que promueve la usura y la libertad de los capitales. Destroza las estructuras intermedias con las que se hacían negocios antiguamente (los gremios, las familias extendidas y los pueblos) así como las normas morales que limitaban el abuso económico (como la usura, que está prohibida en la mayoría de religiones). Es lo que se entiende como capitalista o neoliberal.

A2. Como reacción a la anterior, está la causa de la regulación de las actividades económicas, como forma de quitar dinero a los que más tienen y dárselo a los que menos tienen, con el Estado como instrumento de esta redistribución de la riqueza. De nuevo, no se tiene cuenta las estructuras tradicionales en las que se redistribuía la riqueza (como la familia, la parroquia o las comunidades locales) sino que cada persona se trata como un individuo y es el Estado el que hace la redistribución. Es lo que se entiende como comunista o socialista.

Las dos subcausas nacen de la Ilustración y tienen en común, además del individualismo y la destrucción de las estructuras económicas tradicionales, el hecho de que sitúan el dinero como centro de la existencia humana, una idea que sería muy extraña a nuestros antepasados y de la que hoy nos resulta imposible de escapar, pues es el aire que respiramos.

Estas causas se oponen a la ley natural que prohíbe la usura (por una parte) y el robo (por la otra).

En nuestro tiempo, las dos causas han encontrado un compromiso: el Estado quita el dinero a la clase media productiva para dárselo a la clase baja y a la clase media improductiva, mientras que desregula la actividad económica para la clase alta, que se escapa de los controles del Estado por diversos agujeros de las leyes.

B. La causa de la democracia, que intenta que el poder político esté cada vez más extendido.

Algunas de sus subcausas son la secularización (el apartamiento de las religiones tradicionales del poder político), el sufragio universal, el sufragio femenino, el sufragio de los inmigrantes y, en un futuro, el sufragio de los menores de edad.

Esta causa va contra dos principios de la ley natural: el deber (pues  una sociedad puede zafarse del deber si decide por mayoría que un deber no es tal) y la jerarquía (que dice que hay personas que están más capacitadas para ejercer el poder que otras).

También destruye todas las estructuras intermedias y va a un mayor individualismo, porque cada individuo tiene un voto. La democracia es la máxima expresión del individualismo y del Estado como forma de regular este individualismo.

Se ha experimentado con versiones de la democracia que no eran individualistas pero hoy se ven con extremo desagrado. Ejemplo: la votación por tribus de los romanos, la votación por estamentos del Antiguo Régimen, la votación por familias del régimen franquista, etc.

C. La causa de la promiscuidad, que intenta que la persona no tenga ninguna restricción para actuar según sus impulsos sexuales más básicos.

Algunas de sus subcausas son la normalización del divorcio, del uso de anticonceptivos, del aborto, del sexo fuera del matrimonio, de la procreación fuera de la familia (madres solteras, adopción por parte de parejas gays, etc).

Obviamente, esta causa destruye la familia nuclear al quitarle todo el sentido como único lugar donde se permiten las relaciones sexuales y la crianza de los hijos, apoyado por un régimen económico común.

D. La causa del género, que intenta que la persona se independicen de los roles sexuales que define la biología y convenciones sociales basadas en la biología.

Algunas de sus subcausas son la igualdad entre hombres y mujeres en sus roles legales y sociales, los movimientos de gays, lesbianas y transexuales y, en el futuro, la legalización de matrimonios poliamorosos.

La principal estructura que destruye esta causa es la pareja heterosexual, como unidad biológicamente normal y fundamento de la familia, por lo que se puede considerar una profundización de la causa de la promiscuidad, que se acaba de explicar.

En algunos casos, como el de los trans, la estructura que destruye esta causa es simplemente la unión de la biología y autopercepción de una persona. El individualismo ha ido tan lejos que ya está destrozando a los mismos individuos (por lo que ya no cabe hablar de «individualismo» sino de destrucción de estructuras), que se dividen en partes en conflicto (biología y autopercepción) y llaman al Estado para que intente resolver los conflictos que esto genera (por ejemplo, emitiendo un carnet a un hombre que diga que es una mujer)

E. La causa de la multiculturalidad, que intenta que la persona se independice de la nación, la raza y el grupo étnico.

Algunas de sus subcausas son las fronteras abiertas, las subvenciones a immigrantes ilegales, la prohibición de la civilización occidental de normar su cultura mayoritaria y tradicional en el espacio público (todas las culturas deben ser iguales en los países de Occidente), la secularización (que también está comprendida en otras causas de las que se ha visto anteriormente), la negación del concepto de raza, la teoría de que la supuesta opresión pasada de ciertos grupos étnicos les da derecho a compensaciones a sus descendientes, etc.

Las estructuras que se destruyen en esta causa son la nación, la raza, el grupo religioso y el grupo étnico. Va contra la ley natural, porque la ley natural dice que estas son formas naturales que tienen organizarse los grupos humanos.

E. La causa del ecologismo, que intenta que el Estado regule el acceso de los ciudadanos a la naturaleza.

Se resiste aquí la tendencia a definir el ecologismo como «protección de la naturaleza». La protección de la naturaleza ha sido una constante en la historia humana, pues el hombre ha vivido de la naturaleza y la ha protegido. Ya en la Edad Media se cuidaban los bosques para que no se quemaran.

El ecologismo se define como la regulación del acceso a la naturaleza por parte del Estado. Ahora quien decide cómo se protege la naturaleza no son las comunidades locales, que siguen técnicas tradicionales, sino un funcionario o un legislador que está a cientos de kilómetros y quizás nunca ha salido de un ambiente urbano. De nuevo vemos la destrucción de estructuras intermedias (como comunidades locales) y el aumento de poder del Estado, lo que también favorece el individualismo.

A parte de esto, esta causa va contra un pilar de la ley natural: que el hombre es más importante que los vegetales o los animales. Al contrario, se considera al hombre como una plaga que está arruinando el planeta.

Algunas de las subcausas son la lucha contra el supuesto cambio climático, la lucha por que no haya presencia humana en entornos naturales, el hombre no se mezcle con la naturaleza, los movimientos de derechos de los animales, la lucha contra la contaminación, la reducción de la población (la antinatalidad) y también todos los estilos no reproductivos que esta causa comparte con las causa sde la promiscuidad y del género.

3. Incógnitas a despejar

En conclusión, vemos que todas las causas de la civilización occidental (que se acaban de describir) van en una misma dirección: mayor atomización, mayor Estado, destrucción de estructuras tradicionales intermedias y alejamiento de la ley natural. Es normal que la civilización occidental vaya en esta dirección conforme se vayan implementando estas causas, lo que cambia los valores de la cultura en esa dirección.

Sin embargo, esta es una explicación incompleta. Ahora ya sabemos que la civilización occidental va en la misma dirección porque todas las causas van en una misma dirección. Sin embargo, esto plantea una pregunta obvia, ¿por qué todas las causas occidentales van en la misma dirección? ¿Por qué no hay causas que van en favor del fortalecimiento de la familia, por ejemplo?

Es claro que hay un mecanismo cultural en la sociedad occidental que sólo selecciona causas que van en esa dirección y descarta causas que van en dirección contraria. ¿Cómo funciona este mecanismo cultural?

Con más detalle, si recapitulamos todas las incógnitas que tenemos pendientes, podemos resumirlas en las siguientes preguntas:

1. ¿Cómo funciona una causa en la cultura occidental?

2. ¿Por qué las causas tienen éxito en la cultura occidental?

3. ¿Por qué las causas no existen en otras culturas?

4. ¿Por qué todas las causas van en una misma dirección? (Más individidualismo, más Estado y alejándose de la ley natural)

5. ¿Cómo las causas producen el cambio en la religión progresista?

Estas incógnitas se despejarán en los siguientes escritos.

Teoría: el sentido del cambio en la sociedad moderna

7. Otra forma de ver el cambio cultural

Dado que la ley natural mantiene la estructura de la sociedad y una causa destruye parte de esta estructura, podemos ver el triunfo de una causa como una destrucción de estructura (un aumento de entropía) que produce energía a corto plazo, dejando desastres a largo plazo.

Así, por ejemplo, la prohibición del divorcio «sin culpa» tenía como función proteger la estructura del matrimonio, con el fin de que la sociedad se reprodujera y la siguiente generación creciera en un entorno estable.

Romper esta parte de la ley natural y permitir el divorcio «sin culpa» creó una cantidad de energía al romper la estructura del matrimonio y aumentar la entropía. Esta energía se aprovechó a corto plazo (como vemos más arriba), creando todo tipo de beneficios materiales y psicológicos, creando desastres a largo plazo.

Así, una causa exitosa se parece a hacer una hoguera, que crea energía de la estructura química de la leña, dejando cenizas.  Como una hoguera, es un proceso que aumenta la entropía, destruyendo la estructura y dejando un sistema más desordenado y menos estructurado al final.

(Esta comparación es más adecuada de lo que parece. Como se ha visto en otro escrito, las estructuras son entidades de baja entropía y, cuando se destruyen, producen energía y dejan un estado de alta entropía. Esto se produce para todo tipo de estructuras, ya sean químicas o sociales).

Si la civilización occidental fuera un pueblo, su evolución en los últimos siglos puede compararse a un incendio que va quemando progresivamente las casas de este pueblo. Alguna gente sufre mucho, otra prende fuego o se aprovecha del calor del fuego y el pueblo está cada vez peor económicamente, pero puede disimularse mientras aún quede riqueza suficiente o los bancos den préstamos. La gente baila alegre alrededor del fuego, sin saber que se está destruyendo su vida y su futuro.

—–

2. La sociedad moderna sólo evoluciona en una dirección (mayor entropía, alejándose de la ley natural)

Cualquiera que sea un poco observador puede comprobar que, desde que la religión progresista se impuso en las revoluciones burguesas, las sociedades han evolucionado siempre en un único sentido.

Este sentido puede resumirse en que la sociedad moderna evoluciona en sentido contrario a la ley natural o, dicho de otra manera, en sentido de una mayor entropía (es decir, a una simplificación de la sociedad, al destruir sus estructuras).

Como se vio otro escrito, la sociedad humana oscila entre la baja y la alta entropía, es decir, entre la baja estructura y la alta estructura. La ley natural son los mínimos requisitos a largo plazo para conseguir la estructura necesaria para tener una sociedad sedentaria.

Por lo tanto, se puede decir que la sociedad moderna va en una dirección hacia una mayor entropía (menor estructura). Es decir, lo que estamos viendo es que la sociedad está destruyendo las estructuras que la componen y va a un nivel más sencillo, lo que pasa en periodos de decadencia.

Podemos ver ejemplos, sin ánimo de ser exhaustivos:

1. Las sociedades modernas han evolucionado en el sentido de conferir cada vez más poder al estado y de destruir las estructuras naturales que rivalizaban con el estado (la comunidad religiosa, el vecindario, la família extendida, la familia nuclear, la pareja).

Como resultado, las sociedades han evolucionado en el sentido de una atomización creciente. La gente está cada vez más sola y las redes humanas son cada vez más débiles

Esto es claramente una simplificaci´ón de estructuras y una baja entropía. Va alejándose de la ley natural, que  se basa en que el hombre es un animal social y necesita relaciones sociales y comunidades locales para florecer. Además, la ley natural se basa en el principio de subsidiariedad: el estado es la última instancia. La mayoría de problemas se deben resolver de forma local.

2. Las sociedades han evolucionado en dar supuestos derechos políticos iguales cada vez a más personas (primero los no ricos, después las mujeres, después los inmigrantes).

Esto quiere decir que hay una simplificación de los mecanismos de poder, una mayor entropía. Pero la ley natural se basa en el principio de jerarquía: las decisiones son tomadas por personas específicas, que tienen el derecho de decidir, pero también tienen la responsabilidad ante sus subordinados.

3.  Las sociedades han evolucionado para eliminar la responsabilidad de los que se comportan mal. A nivel político, los gobernantes no tienen mayor responsabilidad que ganar en las urnas y evitar las penas de juzgados que controlan. A nivel económico, los bancos y poderes financieros (y sus ejecutivos) que estafan a la población no reciben ningún castigo. A nivel personal, una persona que rompe un matrimonio es frecuentemente recompensado, en vez de penalizado. Las sociedades se preocupan del okupa, pero no del propietario. Se preocupan de los inmigrantes ilegales, pero no de la clase social depauperada. Se da totas las facilidades a quien quebranta la ley, pero no al ciudadano honrado.

Esta falta de responsabilidad impide mantener las estructuras morales que ayudaban a la sociedad y hace evolucionarla a una mayor entropía. Se aleja de la ley natural, que penaliza a los que se comportan mal, como forma de proteger a los que se comportan bien.

4. Las sociedades han evolucionado en el sentido de una mayor promiscuidad. En tiempos de mi abuela, una mujer que hubiera tenido un novio ya nadie quería casarse con ella. Hoy en día sería considerada una puritana horrible, por no haber tenido sexo antes del matrimonio.

Esta promiscuidad disuelve estructuras como el matrimonio y la familia. Además, se aleja de la ley natural, que pone restricciones fuertes a la sexualidad. En la inmensa mayoría de las sociedades, el sexo está restringido al matrimonio y el adulterio es castigado. Unwin demostró que una sociedad promiscua se desintegra en tres generaciones.

5. Las sociedades han evolucionado en el sentido de una menor natalidad. Todas las modas modernas apoyan a una menor natalidad. Esto incluye la incorporación de las mujeres al trabajo, la extensión de la educación a edades cada vez más avanzadas, el materialismo y consumismo creciente, la promoción de divorcio, aborto, reproducción fuera del matrimonio (madres solteras) y de estilos de vida no reproductivos (LGBTI).

Esto es alejarse de la ley natural, que fomenta la natalidad, como forma de expandir la sociedad. Este es uno de los aspectos en que se ve que la ley natural es aquello que garantiza la supervivencia de la sociedad a largo plazo. Las sociedades que no fomentan la natalidad son conquistadas por las sociedades que sí la fomentan por pura demografía.

5. Las sociedades han evolucionado a una menor religiosidad de las religiones tradicionales. La ley natural dice que las sociedades deben ser religiosas. Lo más frecuente es que la religión tradicional sea lo más importante de cada sociedad, el centro de la cultura y la base de todo. Esto destruye las estructuras de la sociedad, porque la religión tradicional promulga una serie de reglas y prohibiciones que mantienen las estructuras sociales. De nuevo, se evoluciona a un estado de mayor entropía.

6. Las sociedades han evolucionado en el sentido de una mayor usura. Se llama usura a los préstamos bancarios cuando no se pueden descargar en caso de quiebra del deudor (en España, el préstamo hipotecario de una casa entra en esa categoría). Las sociedades modernas están inundadas de usura. No sólo los gobiernos, las empresas y particulares están hasta el cuello de deudas, sino que el poder del sector financiero domina el mundo, robando a los ciudadanos de su trabajo. La mayoría del dinero moderno es ficticio.

La usura sirve para que una clase parasitaria se beneficie de la destrucción de la sociedad y sus estructuras. Va en dirección de una mayor entropía. Es también alejarse de la ley natural, que pone fuertes restricciones a la usura, si no la prohíbe completamente. Las religiones tradicionales suelen prohibir la usura (es pecado en el catolicismo y prohibida en el islam, por ejemplo) y por muy buenas razones que se explicarán en un escrito futuro.

En general, las sociedades se han alejado de la realidad. Ya se niega hasta algo tan obvio como las diferencias entre hombres y mujeres.

El sentido del cambio es siempre el mismo. Nunca verás un cambio dedicado a proteger a la familia tradicional o a hacer el estado más pequeño. Como Nicolás Gómez Dávila observa en uno de sus aforismos:

«El moderno llama cambio caminar más rápidamente por el mismo camino en la misma dirección. El mundo en los últimos trescientos años, no ha cambiado sino en ese sentido. La simple propuesta de un verdadero cambio escandaliza y aterra al moderno.»

Los creyentes y propagandistas de la religión actual justifican esa única dirección en el sentido de que se avanza a una mayor libertad, igualdad y progreso, pero ya hemos visto que, por cada libertad o igualdad que se aumenta, hay una libertad o igualdad que se pierde, por lo que este no puede ser el motivo.

Lo que esperaríamos en una sociedad realmente basada en la libertad, igualdad  y progreso sería un comportamiento errático de la sociedad. Sin dogmas verdaderos, la sociedad evoluciona en cualquier dirección, de forma errática, dependiendo de las modas. Sin embargo, vemos una dirección muy marcada.

—–

(La prohibición o grave restricción del divorcio es parte de la ley natural y se da en todas las sociedades tradicionales. Cuando más restringe el divorcio una sociedad, más próspera es, por motivos que se explicarán en otro escrito. Además, el divorcio destruye una de las estructuras intermedias más básicas: la familia.

La civilización católica ha prohibido el divorcio de forma total mientras que, en la protestante, estaba restringido a supuestos muy minoritarios de abusos. Es muy raro en otras culturas, como la japonesa o la islámica. Todo esto duró hasta que se legalizó el divorcio «sin culpa» y, de repente, cientos de millones de matrimonios se divorciaron en la cultura occidental.)

¿Cómo funciona  una causa? Tomemos como ejemplo esta legalización del divorcio «sin culpa».

 

Cómo hablar con un progresista

por Brett Stevens

[Original en inglés aquí]

Si cree que lo peor en televisión es la interminable propaganda de las noticias por cable, está equivocado. Con mucho, el espectáculo más vergonzoso que se puede presenciar, el que revuelve el estómago y que induce a la desesperanza, se da cuando el Partido Republicano intenta comunicarse con los progresistas. .

Los conservadores parecen creer que pueden razonar con la izquierda y, de alguna manera, hacerles ver que las políticas progresistas contradicen las intenciones progresistas. Dice mucho de nuestros conservadores que parece que nunca se han parado a considerar que, mientras la izquierda siga ganando, obviamente no le molesta ser lógicamente incoherente.

Esto no molesta a los conservadores, ni a los conservadores mayoritarios ni a los que tienen un nicho, ya que todos ellos no son más que empresarios. Se preocupan por vender clics en sitios web, reproducciones de videos, libros y donaciones al Partido Republicano. Nuestros conservadores más destacados, como el propio Partido Republicano, evitan pensar en el futuro; quieren el dinero y la fama ahora, y su único objetivo es promocionarse como individuos.

Para estas figuras de los medios, comunicarse con los progresistas es un medio de comunicarse con la audiencia conservadora. Siguen el formato de «estilo pornográfico» promovido por Fox News y National Review, en el que el objetivo es excitar a su audiencia con una justa indignación e ira para que agiten sus puños ante la pantalla del televisor hasta que no puedan soportarlo más y se desplomen de cansancio, para volver al trabajo el día siguiente.

Los conservadores de los medios se especializan en el enfoque de «te pillé» por esta razón, y les gusta tratar de hacer que su audiencia se enfurezca y se desaliente cuando señalan que los progresistas son inconsistentes.

Conservador: ¿Se dio cuenta de que, en realidad, usted es racista cuando usa la teoría crítica de la raza para discriminar a los blancos?

Progresista: ¡Por supuesto que sí! El racismo implica poder y discriminación, así que, si elimino el poder, termino con el racismo.

Los conservadores tienden a ver el izquierdismo como una ideología o un sistema de creencias sobre lo que es mejor para la sociedad. Nada puede estar más lejos de la verdad; El izquierdismo es más como un culto, o una patología, y se basa en los deseos del individuo.

El tipo de persona atraída por el progresismo (es decir, la relajación de las reglas, las costumbres, los comportamientos y los estándares que busca el izquierdismo) no quiere nada más que destruir la civilización para que aumente su propio poder. Podemos recordar la raíz del mal como se describe en Génesis:

4 Y dijo la serpiente a la mujer: “No, no moriréis;’

5 es que sabe Elohim que el día en que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Elohim, conocedores del bien y del mal.”

6 Vio, pues, la mujer que el árbol era bueno al gusto y hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él la sabiduría, y tomó de su fruto y comió, y dio de él también a su marido, que también con ella comió. (Genesis 3, 4-6)

Consideran que es supremo el poder del individuo sobre la realidad, la cual refleja las necesidades objetivas de la existencia. Quieren derribar el marco objetivo que hace posible la existencia y reemplazarlo con el ego humano.

Saben que su grupo social los apoyará si declaran “igualdad para todos”, y el mismo grupo aplaudirá cada cosa sucia, solapada, hipócrita, engañosa, sádica y corrupta que se haga para lograr la igualdad. Estas personas solo se preocupan por sentir la sensación de poder y no piensan en las consecuencias de sus acciones. A las que no comenzaron siendo así, se les lavó el cerebro rápidamente.

En pocas palabras, la igualdad es egoísmo. El individuo quiere liberarse de las normas sociales y, dado que éstas reflejan un intento de adaptarse a la realidad con gracia, quiere rechazar tanto la realidad como la gracia. Para ellos, la igualdad significa que “nadie puede decirme que estoy equivocado”, y mucho menos hablar de algo tan prosaico y poco guay como la realidad. Isaac Asimov  diagnosticó esto de forma correcta:

El antiintelectualismo ha sido un hilo conductor constante en nuestra vida política y cultural. Ha sido alimentado por la falsa noción de que democracia significa que ‘mi ignorancia es tan buena como tu conocimiento’.

En cualquier otro aspecto, interpretaríamos “mi ignorancia es igual a tu conocimiento” como una declaración tanto de igualitarismo típico como de narcisismo típico. La raíz de la corriente izquierdista en Occidente es el solipsismo de Dunning-Kruger de las clases medias y  bajas. [El efecto Dunning-Kruger indica que los ignorantes no saben que lo son, pues carecen del conocimiento para evaluar su ignorancia]

Desean ser independientes de cualquier tipo de normas de comportamiento social. Todo lo que les importa son ellos mismos, y están dispuestos a unirse a una turba enfurecida para obligarte a aceptar esto. El colectivista tiene un deseo de individualismo en su corazón, y utiliza la multitud como una herramienta para imponer esto sobre ti y sobre cualquier otra persona que vea que esto es estúpido.

No se puede comunicar con los progresistas exigiendo que eviten la hipocresía o la paradoja. Para ellos, esas también son herramientas. Si les señalas que están siendo injustos, se deleitan mucho en ello, porque para ellos, toda injusticia utilizada como medio para conseguir la igualdad no solo es buena, sino mejor que cualquier método más lento.

Los republicanos siguen tratando de comunicarse con ellos utilizando un lenguaje republicano, pero al mismo tiempo, afirman las creencias izquierdistas:

Conservador: Ustedes creen en la igualdad, ¿verdad? ¿Cómo es que la igualdad acaba con las clases para estudiantes avanzados sólo porque no todo el mundo puede sacar buenas notas en ellas?

Progresista: Solo tendremos igualdad cuando todos tengan la misma nota. Dejemos de dar preferencia a las personas que, por accidente de nacimiento, son más inteligentes y más trabajadores.

Ni siquiera les afectará que se apele a la conservación de Estados Unidos, la humanidad, la civilización o la historia. Solo se preocupan por ellos mismos, y realmente no les importa nada si el resto del mundo arde. Tu progresista promedio cambiaría el mundo por su sofá, su bar hipster y su perfil de Instagram.

En otras palabras, no funcionará esa vieja táctica de “encontrar puntos en común” que te enseñaron en tu clase de “Introducción a la Administración de Empresas”. Solo hay una forma de hablar con los izquierdistas:

Progresista: Y este nuevo plan extenderá aún más la igualdad.

Conservador: No me importa.

Progresista: ¿Qué?

Conservador: Soy conservador. No nos interesa la igualdad. Nos gusta la estabilidad, el orden, la función y la moralidad. En ese entorno, a la gente buena le va bien y a la gente mala fracasa.

Progresista: ¿Cómo puedes decir eso?

Conservador: Puedo decir esto porque Dios, Sócrates y Darwin están de acuerdo en este principio. “Bueno a los buenos y malo a los malos”.

Progresista: ¿Pero qué pasa con la igualdad?

Conservador: ¿Qué pasa con el ratoncito Pérez? ¿El conejo de Pascua? Todas esas son solo proyecciones humanas.

Al final, solo hay una forma de comunicarse con los progresistas: señalar que nos necesitan. Sus vidas disfuncionales solo pueden existir si se basan en una sociedad funcional. Y para tener una sociedad funcional no podemos tener igualdad. Necesitamos jerarquía social, cultura, lógica, raza, fe, etnicidad y aristocracia.

Si observas esas voces conservadoras mencionadas anteriormente, verás que ese es el Rubicón que temen cruzar. Rechazar la igualdad significa rechazar todo el progresismo y, de hecho, decir que nos oponemos al progresismo. Así es: nuestro objetivo no es comprometernos con ellos, apaciguarlos o hacerlos felices. Es salvar al mundo de ellos.