Echenique: la cigarra y la hormiga

[Comentario aquí ]

Esta gente vive una realidad paralela, ven sexismo en los cuentos infantiles y xenofobia en las fábulas, están tan cegados por la ideología del odio y el miedo que asusta pensar que ya han parasitado las instituciones, con el beneplácito de sus lobotomizados votantes, a los que se han ganado con falsas promesas, cuatro pancartas y unos esloganes pegadizos y simplistas. Predican una cosa y hacen lo contrario, mientras sus hooligans enfervorecidos les aplauden y los justifican.

A quién le extraña que este personaje vividor del cuento [Echenique], que no tenía dada de alta a su asistenta según publicaron algunos medios, diga esas sandeces? Es obvio, los comunistas quieren una sociedad de cigarras, de holgazanes y parásitos que se la pasen al sol tocando la guitarra y los timbales y luego pongan el cazo para malvivir con las subvenciones que les quiera dar papá Estado, para tenerlos bien cogidos y que se vayan ahogando en su mediocridad y falta de aspiraciones. Quieren dilapidar los valores como el esfuerzo, el trabajo y el sacrificio. Quieren una sociedad de indigentes mientras ellos viven como marqueses

El león y el buey

26 Marzo 2016

[Original en inglés aquí]

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Cuando le digo a la gente que no creo en la igualdad, su respuesta siempre es  una que combina horror con incomprensión. La gente pregunta: «¿Cómo es posible que no estés a favor de la igualdad?» Al fin y al cabo, como Tocqueville ilustra hábilmente, «¡la igualdad es de lo que se tratan los Estados Unidos! «¿Cómo es posible que no pienses que la igualdad es el estado más deseable al que puede aspirar la humanidad, y aquel objetivo que todos debemos trabajar juntos para alcanzar? «¿Cómo es posible que no quieras que el gobierno apruebe leyes para darnos más igualdad y que no desees que la igualdad sea un valor que se  implante en el  corazón de cada persona?»

Mi respuesta es que me han entendido mal. No digo «no creo en la igualdad» en el mismo sentido que digo que no creo en el objetivismo o el comunismo o la ideología de Sendero Luminoso. [Es decir, cuando digo «no creo en la igualdad» no quiero decir «no pienso que la igualdad sea buena«]. Digo «No creo en la igualdad» en el mismo sentido de que podría decir que no creo en los unicornios, o el ratoncito Pérez, o Papá Noel. [Es decir, cuando digo «no creo en la igualdad» lo que quiero decir es «no pienso que la igualdad exista»] . Quiero decir que no veo evidencia convincente de que lo que se discute realmente exista, ya sea a nivel individual o grupal.

Por lo tanto, es irrelevante si apoyo la igualdad, si la deseo o si creo que sería una gran idea si tuviéramos más igualdad. Quizás si realmente existiera la igualdad sería lo más maravilloso en todo el mundo , y quizás no pueda pensar en una sola razón por la que la igualdad no sería lo más maravilloso del mundo si existiera. Del mismo modo, me atrevería a decir que sería lo más maravilloso del mundo si el Papá Noel realmente existiera, y ciertamente no puedo pensar en una sola razón por la que no sería así. Y, sin embargo, la realidad sigue siendo lo que es.

Esto, por supuesto, va en contra de dos de las tendencias más antirrealistas de la izquierda. La primera tendencia es su incapacidad constante para comprender la diferencia entre lo descriptivo y lo normativo, entre lo que «es» y lo que «debe ser» [el autor se refiere a la famosa distinción «is-ought» del filósofo David Hume]. Para la izquierda, si algo debería ser de una cierta manera, entonces es de esa manera o, dicho de manera más clara, si algo debe ser verdadero para que sus creencias sean válidas, entonces es verdadero, y cuestionarlo es totalmente inaceptable [es decir, es racista, sexista, discriminatorio, intolerante, retrógrado, homófobo, transfobo, etc].

La segunda tendencia es su creencia que las leyes aprobadas por los gobiernos tienen el poder de reestructurar la realidad. Suelen protestar: “¡Pero hemos aprobado leyes para garantizar la igualdad! ¡El Tribunal Supremo ha fallado varias veces en favor de la igualdad! ¡La ley es clara!» Quizás lo sea, pero tampoco puede hacer nada frente a una realidad implacable.

Así que les contaré algo real: no se puede aprobar una ley que iguale a los seres humanos. Se puede aprobar una ley que obliga a todos a actuar como si los seres humanos fueran iguales, pero no es lo mismo. El gobierno podría aprobar una ley que obligue a todos a actuar como si existieran unicornios y aplicarla con sanciones tan duras que prácticamente nadie estaría dispuesto a desobedecerla. De hecho, se puede ir incluso más allá. El gobierno podría ordenar la enseñanza sobre unicornios en las escuelas y universidades, y de hecho, incluso podría establecer departamentos completos de estudios de unicornios. Podría asegurarse de que las películas y la televisión tuvieran cuidado de nunca cuestionar la existencia de los unicornios. Se podría echar a la gente de las redes sociales por burlarse de la creencia en  los unicornios. Se podría conseguir que los que se atreven a no creer en los unicornios fueran despedidos de sus trabajos, incluidos en listas negras en profesiones enteras y no pudieran ganar suficiente dinero para alimentar a sus hijos.

Se podría hacer todo eso, y, aún así, ello no haría que existieran los unicornios.

Es en este punto que me imagino que los conservadores y los neoliberales responden:Muy bien, aceptamos que los individuos no son inherentemente iguales. ¡Pero al menos deberíamos otorgar a las personas el mismo trato bajo la ley! ¡Esa [la igualdad ante la ley] es la piedra angular de la libertad! ¡Es el principio clave al que se suscriben los hombres libres! ¡Es por lo que lucharon los Padres Fundadores [de Estados Unidos]!

Me temo que, sobre este asunto, los molestaré, no sólo por estar en desacuerdo con la premisa de igualdad ante la ley, sino por ilustrar mi punto con algo que estoy seguro que no les gustará: una defensa del Islam.

Para ello, comencemos observando la epidemia de violación que arrasa Europa, incidentes que van desde el escándalo de Rotherham hasta los ataques sexuales de Colonia, y preguntémonos por qué sucedió. Específicamente, ¿por qué la llegada de oleadas de hombres jóvenes de países musulmanes a las sociedades del norte de Europa esta relacionada automáticamente con una ola de delitos sexuales en esos países? La respuesta obvia es que se sienten que pueden cometer estos crímenes sexuales, pero en el fondo de ello, está  la cruda realidad: la razón por la que, de repente, los jóvenes musulmanes  sienten que pueden hacer en Europa lo que no harían en sus países es porque el sistema de restricciones (estatutarias, religiosas y culturales) que es suficiente para evitar que suecos, daneses e ingleses hagan estas cosas, no es suficiente para evitar que sirios, somalíes y pakistaníes las hagan. En sus propios países, probablemente serían azotados, decapitados o enfrentarían castigos por estos actos, castigos que los occidentales considerarían crueles, y serían sometidos a ellos después de un proceso legal mucho menos garantista al que están acostumbrados los occidentales. Y a esto se añaden todas las restricciones preventivas [de los delitos sexuales] que se encuentran en las sociedades musulmanas, como, por ejemplo, un sistema de control patriarcal sobre las esposas o las hijas solteras todavía intacto, que las mujeres se cubren con ropa que no revela nada y un código de honor que considera la indecencia sexual como algo serio que requiere castigo (que muchas veces lo aplica personalmente la familia de la mujer violada).

Este es un sistema serio de restricciones. ¿Tú o yo queremos vivir bajo este sistema? ¿Nos gustaría envolver a nuestras mujeres en tela negra de pies a cabeza  y padecer latigazos  (o linchamientos) por indiscreciones sexuales? Por supuesto que no. Pero somos europeos (genéticamente o por ciudadanía) , y estas restricciones serían innecesariamente severas si se nos impusieran. Por lo tanto, al criticar al Islam con respecto a estos casos, podemos estar confundiendo causa con efecto. Es probable que el Islam (y el conjunto de restricciones que representa), en lugar de causar incidentes como estos, es lo único que impide que sean tan comunes entre los jóvenes musulmanes en países musulmanes como lo son entre los jóvenes musulmanes en Europa. 

(Nota: Voy a dejar constancia de que pienso que, en Occidente, no le damos al Islam el crédito que merece. Se las arregla para mantener una apariencia básica de orden en muchos lugares muy difíciles (y entre muchos pueblos muy duros), la cual, sin duda, sería mucho peor sin él. Por lo tanto, no cuestiono en absoluto la utilidad del Islam cuando se practica en esos lugares. Solo cuestiono 1) su validez como revelación genuina de Dios, y 2) su compatibilidad con otras culturas, especialmente con las culturas cristiano-europeas.)

(Señalaré aquí que, durante mucho tiempo, el sistema de justicia estadounidense ha aplicado el grado de dureza necesario para hacer frente a la criminalidad desproporcionada de los negros. Esto significa que, en general, [el sistema de justicia estadounidense] es mucho más duro y estricto que los sistemas de justicia que hay en lugares como Suecia, los cuales se crearon básicamente para restringir sociedades totalmente blancas. Dejaré que mis lectores decidan si este nivel más alto de dureza tiene algo que ver con el hecho de que los musulmanes estadounidenses no han producido oleadas importantes de violación en Estados Unidos.)

La respuesta obvia para los países del norte de Europa afectados [por esa oleada de violaciones] (además de no permitir la inmigración de tierras musulmanas) sería establecer diferentes conjuntos de restricciones para los pakistaníes que para los ingleses y para los sirios que para los alemanes. De hecho, muchas comunidades musulmanas lo han solicitado abiertamente, al pedir que se les permita establecer tribunales de justicia basados ​​en la sharia [ley islámica] para tratar las infracciones en sus comunidades ubicadas en naciones europeas. Y sin embargo, sus anfitriones europeos se oponen constantemente a ello. La fe inquebrantable de estos anfitriones en la teoría de la tabula rasa, la igualdad humana y la igualdad ante la ley no les permite dar una respuesta tan obvia que la aceptarían con entusiasmo incluso las supuestas «víctimas» de esta desigualdad.

(Vale la pena señalar que los musulmanes de estas comunidades estaban tan frustrados por la negativa de las autoridades europeas a permitirles sus propios tribunales que, en ciudades de Gran Bretaña y Alemania, llegaron a implementar «Patrullas de la Sharia» (grupos privados de justicieros)  para mantener el orden en sus vecindarios. Las autoridades tomaron medidas enérgicas contra estas ofensas contra la igualdad con una rapidez y seguridad que uno desearía que se reservara para organizaciones como Al-Qaeda o ISIS).

Y aquí nos enfrentamos a la trampa de la que Blake nos advirtió. Si bien es imposible promulgar un código legal separado para tratar con cada individuo diferente, es posible (y, si hay justicia verdadera, es necesario) promulgar un código legal separado para tratar con cada grupo que pueda identificarse como diferente.

¿Qué pasa si no lo hacemos? Entonces debemos tener una ley para todos. Pero si hacemos eso, ¿a qué nivel establecemos la dureza de sus restricciones? Si lo establecemos al nivel de aquellos que necesitan menos dureza, entonces tendremos un caos interminable causado por aquellos que necesitan más. Si lo establecemos al nivel de aquellos que necesitan más dureza, tiranizaremos innecesariamente a aquellos que necesiten menos dureza. Si chapoteamos entre los dos extremos en un intento desesperado de dividir de alguna manera la diferencia, obtenemos lo que Sam Francis llamó anarco-tiranía [el Estado crea una ley que está a medio camino entre la que se necesita para los grupos más rebeldes y más pacíficos. Para estos últimos, es un control insoportable, por lo que se siente tiránica. Para los que necesitan mayor dureza, es ineficiente, por lo que no sirve para nada y estos grupos se comportan con una total anarquía]

Esta es la razón por la cual el sistema [de segregación racial] llamado «Jim Crow», [en que los blancos y los negros estaban separados y que acabó con los movimientos de derechos civiles en los años 60], que  ahora es vilipendiado universalmente en el sur de los Estados Unidos, era de hecho sensato y necesario. Y oh, sí, ¡está vilipendiado! ¡Una marca nacional de vergüenza! ¡Pensar que alguna vez exigimos que los negros se sentaran en la parte trasera del autobús, lejos de todos los demás! ¡Qué barbarie!

Y sin embargo … ¿cuáles han sido los resultados de la abolición de este sistema? Consideremos el caso de los autobuses. Medio siglo después de la desegregación, ¿cómo son? La triste verdad es que nuestras carreteras están llenas de automóviles, muchos de ellos viejos, oxidados y eructamdo humo, porque, en este país, nadie que pueda evitar tomar el transporte público lo toma. Y si bien hay varias razones para eso, una que no se puede ignorar es el deseo de evitar los enjambres de negros ruidosos y atemorizantes que son omnipresentes en el transporte público en cualquier gran ciudad de Estados Unidos. Al fin y al cabo, es por eso que [el humorista] Jay Leno una vez se refirió a los autobuses como «malos barrios sobre ruedas».

Ello tiene un efecto de bola de nieve. Mantiene baja la cantidad de pasajeros, lo que evita la expansión. Hace que las rutas existentes fuera de las zonas pobres negras  sean económicamente difíciles de mantener, y que las nuevas rutas fuera de ellas sean políticamente difíciles de crear

(¿Por qué el MetroLink [enlace metropolitano] de St. Louis, conocido por los lugareños como «CrimeLink» [enlace del crimen], nunca se expandió a los suburbios ricos al oeste de la ciudad? ¿Por qué el sistema de trenes de cercanías BART del área de la Bahía de San Francisco nunca se expandió al condado de Marin (rico, blanco y progresista), a pesar de los planes iniciales para hacerlo? La razón es obvia y rara vez se menciona).

¡Menudo chasco con el sueño progresista de que todos nosotros renunciemos a nuestros autos para usar el transporte público! Hay más autos en la carretera, más tráfico, más gastos para los trabajadores pobres, más contaminación. Todo esto son consecuencias no deseadas del ideal de igualdad ante la ley.

Consideremos otro ejemplo: la izquierda tiene toda la razón de que las leyes [policiales] de «detener y registrar» [a los sospechosos de delito] se han dirigido desproporcionadamente a las minorías visibles, especialmente a los negros, en muchas ciudades (quizás de forma especial en Nueva York). Y cuando lo hicieron, el crimen cayó drásticamente. Como resultado, los barrios negros se volvieron drásticamente más seguros. Muchos no delincuentes que vivían en estos vecindarios aumentaron su nivel real de libertad, porque ya no estaban encarcelados en sus casas por miedo a caminar por las calles. Los blancos llegaron y gastaron dinero en esos barrios, pues ya no tenían miedo. Las empresas comenzaron a prosperar nuevamente. Las cosas mejoraron.

Y luego apareció [el movimiento negro de protesta] Black Lives Matter y exigió la igualdad ante la ley, o de lo contrario, que se atuvieran a las consecuencias. Las ciudades ardieron y los policías fueron juzgados por hacer su trabajo (después de una intensa presión de Black Lives Matters o sus aliados en la izquierda) . El nuevo alcalde de Nueva York declaró su apoyo a los manifestantes y su antipatía hacia la policía. Como resultado, los policías comenzaron a quedarse en sus autos en lugar de patrullar, y comenzaron a hacer la vista gorda ante lo que antes habrían detenido. Como era de esperar, el crimen comenzó a aumentar de nuevo. Esto no terminará bien para nadie.

En Europa, una ley para los blancos nativos y para los musulmanes es un desastre. En Estados Unidos, una ley para blancos y negros es un desastre. Es obvio por qué. Los orientales no son ingleses; los negros no son blancos. Tampoco hay dos grupos distintos de personas que sean iguales entre sí. Por ejemplo: los judíos no son árabes (un hecho reflejado en la ley de repatriación de los judíos) ni son blancos. Las mujeres no son hombres. Los aristócratas no son artesanos, los artesanos no son campesinos y los campesinos no son esclavos (**). Sí, existen excepciones a casi cualquier observación mayoritariamente cierta. Pero no podemos hacer una ley sensata basada en excepciones y casos extremos.

El 10% más talentoso de un grupo puede verse incomodado por leyes como la de Jim Crow, pero el problema de qué hacer con el 90% sin talento debe abordarse de manera realista. Además de lo cual, las autoridades pueden aplicar el discernimiento y el juicio para tratar adecuadamente con las excepciones y casos extremos. (Aunque esto es excepcionalmente difícil bajo el sistema actual, porque los modernos tienen un horror a juzgar y discernir [lo llaman «discriminar»]. Prefieren creer que un liderazgo justo y sabio será producido por sistemas impersonales, automáticos y universales en la ley y la Administración pública.

En nuestro mundo,  o bien la gente acepta impotente la anarco-tiranía que inevitablemente acompaña a la igualdad ante la ley, o bien se aplican planes que tratan de manera diferente a diferentes grupos de personas sin que se note demasiado  (por ejemplo, encarecer artificialmente los precios [de la vivienda o de las escuelas en ciertos barrios] para hacer que ciertos grupos [étnicos] de gente no puedan acceder a ellos, con lo que el costo de vida se dispara para todos).

Entonces, ¿por qué no aplicamos abiertamente de la solución obvia, que es tratar de manera diferente a diferentes grupos de personas que tienen atributos claramente diferentes ? La respuesta a esta pregunta es bastante sencilla: porque eso sería una solución basada en en la verdad, y somos una sociedad que teme y odia la verdad.

Pero la ley que no se basa en la verdad no puede ser justa ni puede durar mucho tiempo. Los leones no son bueyes, es un engaño pretender que lo son y es realmente opresivo tener una sola ley para los dos. Esta es la verdad, y al final, la verdad no puede ser ignorada por siempre. Como dice el viejo refrán: «Naturam expellas furca, tamen usque recurret»  [«puedes expulsar a la naturaleza con una horca, pero la naturaleza sigue regresando» (frase del escritor romano Horacio)]

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(**) Nota: Hay algunas personas que son aristócratas naturales del alma, y ​​hay otras personas que, como señaló Aristóteles, son esclavos naturales.

Es básicamente imposible evitar que un aristócrata natural se convierta en parte de la élite de la sociedad que lo rodea. De la misma manera, también es  básicamente imposible liberar a los esclavos naturales, porque «esclavo» no describe su empleo o su estatus legal, sino que simplemente describe su carácter. Los esclavos naturales no pueden evitar convertirse en alguna variedad de esclavos dentro de la sociedad que los rodea.

Un ejemplo [en Estados Unidos] son los descendientes de los esclavos de hace 150 años, que hoy forman parte de una clase social que vive de las ayudas del Estado. Estos descendientes de esclavos son totalmente dependientes de sus amos [políticos y funcionariales],  los cuales les piden que trabajen sólo un día al año (pues el el trabajo tradicional de los esclavos se ha vuelto obsoleto en nuestra época postindustrial) . Este único día de trabajo es el día de las elecciones, en el que se necesita que estos descendientes de esclavos dediquen tiempo y esfuerzo para votar con el fin de que sus amos mantengan el poder sobre ellos. Ellos proporcionan este tiempo y esfuerzo con mucho gusto.

Los ofendiditos

 

The Objective. 11 de mayo de 2017

[Tomado de aquí ]

Solía contar el filósofo Gustavo Bueno el siguiente chiste. Cierto vasco, hombre de pocas palabras, asiste a un sermón dominical en que el sacerdote se prolonga perorando durante más de una hora. Al volver a casa, su esposa le inquiere acerca de cuál fue el contenido de un sermón tan prolijo. “Habló sobre el pecado”, contesta nuestro vasco. “¿Y qué dijo el señor cura?” le repregunta su mujer. “Que no es partidario”.

Las universidades occidentales resulta que tampoco son partidarias del pecado y últimamente se afanan en dejárnoslo claro. Hace unos días le tocó a la Universidad de Oxford, que difundió entre sus miembros un pormenorizado “listado de microagresiones”. Consisten tales listados en recopilaciones de mandamientos morales que habrás de obedecer si no quieres ser tachado de racista, machista, especista, homófobo, tránsfobo, animalófobo y demás pecados hodiernos. Las nuevas tablas de mandamientos de la Universidad de Oxford incluían, entre las formas de “racismo sutil, cotidiano” que denunciaban, el no mirar directamente a los ojos de la persona con que estés hablando. Ahora bien, inmediatamente se alzaron voces protestando porque este precepto ofendía a los autistas: muchos de ellos encuentran difícil mirar a los ojos de su interlocutor, pero ello no implica que sean reos de racismo. Intentando evitar las ofensas a las personas con otro color de piel, la Universidad de Oxford les había ofendido. De modo que esta hubo de pedir perdón a los autistas. La moraleja es que en este tipo de asuntos uno camina siempre por terreno resbaladizo: si te esfuerzas por no ofender nunca la gente de Guatemala, a veces acabas ofendiendo a la de Guatapeor.

(Nota aclaratoria: en mi párrafo anterior no pretendo identificar a los autistas como algo “peor” que los guatemaltecos, sino que solo hago un juego de palabras bastante tópico. Aprovecho, por cierto, el paréntesis para aclarar asimismo que en el párrafo primero de este artículo ni don Gustavo Bueno ni un servidor pretendíamos ofender a los vascos poco locuaces).

Permítaseme narrar ahora una anécdota más personal. El pasado fin de semana yo mismo asistí a unas jornadas universitarias sobre transexualidad, bien sustanciosas. En un momento determinado me pareció oportuno preguntar a un conferenciante si había algún modo de diagnosticar la transexualidad a edades tempranas. El ponente, en primer lugar, me reprochó que utilizara el verbo “diagnosticar” para algo como la transexualidad, pues le parecía ofensivo. Dijo que “la patologizaba”. En segundo lugar, me preguntó que cómo sabía yo mismo que yo era un varón y no una mujer. Cuando le fui a responder, el hombre me interrumpió para reconocerme que se había dado cuenta de acababa de cometer un grave error. Y me pidió encarecidamente perdón por haber dado por supuesto que yo era un varón, fundándose solo en cosas tan superficiales como mi aspecto físico o mi tono de voz, cuando en realidad yo podría poseer una rica interioridad de mujer que era a la postre, según él, lo único importante. Al final no tuve muy claro si era él o era yo quien más cosas supuestamente ofensivas había dicho en tan breve diálogo. Mas sí capté nítido que mi pregunta originaria había quedado sin contestar, sepultada bajo un grueso follaje de posibles ofensas mutuas.

Estos ejemplos que ofrezco seguramente hayan traído a la mente del lector un variopinto elenco de casos similares. Vivimos, caben escasas dudas, en una época en que abunda la gente que se siente ofendida por cosas. Hay quien piensa que toda esa gente tiene siempre la razón, que si se ofenden es porque alguien habrá cometido la fechoría de ofenderles y debe ser castigado. Otros pensamos, sin embargo, que la actitud filosófica correcta reside en ponerse a distinguir entre ofensas reales y ofensas meramente imaginarias, dado que, al menos desde Platón, lo sensato es diferenciar siempre entre la verdad y lo engañoso.

Pero también cabe otra pregunta filosófica acerca de todo esto: ¿por qué vivimos en una época en que tanta gente se siente cada vez más ofendida por cada vez más cosas? Antes nunca ocurrió así.

Se ha dado una respuesta de tipo, digamos, “psicológico” a tal interrogante. Vivimos en un mundo en que los adultos de hoy empiezan a ser cada vez más los antiguos críos de familias en que los padres pasaban poco tiempo con ellos. A veces por motivos laborales, a veces por divorcio, a veces porque los niños estaban sobrecargados de tareas extraescolares. Como consecuencia, esos padres han tratado a tales niños, en el escaso tiempo que podían pasar con ellos, con excesiva laxitud. Meredith Haaf, en su libro Dejad de lloriquear, explica que cada vez más padres ven como un deber dar siempre la razón a sus hijos, preservarles de todo problema y contarles continuamente cuánto les gusta todo lo que hacen. Por consiguiente, esos niños, que hoy van siendo ya jóvenes adultos o simplemente adultos, no han aprendido cómo reaccionar ante gente que piensa o actúa de modo diferente al que ellos querrían. Y se ofenden.

Existe también una respuesta política a nuestra pregunta. Ya en 1983, el sociólogo Alain Touraine explicó que nos adentrábamos en una época que él denominó “postsocialismo”. Durante tal postsocialismo la izquierda dejaría de defender solo a los trabajadores o a las partes más depauperadas de la sociedad y trataría de mostrarse como la principal defensora de cualquier minoría social (mujeres, gais, jóvenes, grupos étnicos o nacionales minoritarios…). Dado que esos grupos a menudo pueden sentirse ofendidos por lo que la mayoría de la sociedad dice con respecto a ellos (las mayorías son así, no conocen todo lo que les molesta a las minorías), la nueva misión de la izquierda, según el análisis de Touraine, bien puede ser la de fomentar esos sentimientos de ofensa para, inmediatamente después, erigirse como el único paladín que librará a los ofendiditos de las garras de los pérfidos ofensores. Y, cuantos más sean tales ofendidos, más votos irán al regazo de esa izquierda postsocialista que los quiere acurrucar. Alguien estaría sacando prósperos beneficios, pues, del actual incremento del número de ofendidos.

Con todo y con eso, creo que ni la respuesta psicológica ni la respuesta política son capaces de explicar completamente por qué nos vamos sumergiendo en un mundo repleto de ofendidos. Y voy a proponer, para terminar, el esbozo de una respuesta más histórico-filosófica a todo este asunto.

Occidente, que es la sociedad donde están sucediendo estas cosas, es desde hace unos 1.700 años una civilización marcada por el cristianismo. Y el cristianismo se caracteriza por dar una respuesta muy peculiar al problema del sufrimiento humano. En vez de echarle la culpa a la persona que sufre, como hacen algunas morales, o a las vidas anteriores que tuvo esa persona que sufre, como hacen otras religiones, el cristianismo aquí hace una afirmación atrevidísima: Dios mismo sufrió. Fue crucificado. Y, por tanto, el sufrimiento, por intolerable que parezca a veces, tiene siempre un sentido (divino). El Dios cristiano acompaña al que sufre, pero no como un cireneo que echa la mano por el hombro al sufriente, sino padeciendo Dios mismo también. Cualquier persona que sufre, pues, debería merecer de un cristiano su atención: Dios mismo está en ella. Mientras que, en otras culturas, podría merecer más fácilmente condenas, desprecio o indiferencia.

Ahora bien, hoy nuestra sociedad ha olvidado estas nociones cristianas sobre lo divino del sufrimiento, pero parece haber conservado el empeño cristiano por fijarse en los que sufren. Así, no sabemos muy bien cómo tratar a todo el que dice que sufre, aunque tampoco aceptemos volver a la mentalidad romana o helénica, que invitaba a simplemente ignorarlos. Ya no creemos en un Dios que acompañe a todo el que padezca algún daño, de modo que intentamos sustituirle y ser nosotros los que prestemos atención a cualquiera que diga sufrirlo. Sin fijarnos mucho en si, a menudo, la causa de su dolor puede ser solo una ofensa nimia. Entramos así en un mercadeo en que, si queremos recibir la atención de los demás, lo más fácil es mostrarnos como víctimas (el cristianismo apostaba por la víctima), pero sin tener ya muy claro cuál es el criterio para ser una verdadera víctima (hemos perdido al Dios cristiano, que sí lo tenía). Pensando habernos librado de un Dios crucificado y sus mandamientos, nos vemos ahora rodeados de cientos de diosecillos que exhiben sus cruces y nos reclaman miles de nuevos preceptos para no hacérselas más pesadas.

Resulta poco sorprendente, pues, que ante todo esto Nietzsche pensara que nuestra sociedad es la sociedad de “los últimos hombres”. Donde, naturalmente, ni la palabra “hombres” pretende ofender a las mujeres (Nietzsche no las excluía de tal decadencia), ni la palabra “últimos” pretende hacer daño a quienes preferimos no ir los primeros a algunos sitios. Como, pongamos por caso, en una carrera por la estupidez.

 

Sobre democràcia contra dictadura, tirania contra bon govern

Sé que, de vegades, pareix que em contradic quan dic que estic a favor de les dictadures militars i en contra del règim totalitari que vol imposar el govern.

Però, en realitat, no em contradic, el que passa és que la nostra visió està viciada. Les categories conceptuals que ens posen des de l’escola manipulen la nostra visió de la realitat perquè no puguem pensar clarament. En concret:

1) Un pot estar a favor de la democràcia per als europeus i la dictadura per als latinoamericans, perquè són pobles diferents

Els europeus han tingut una història d’Estats forts, per la qual cosa, els gens violents s’han purgat de la població en castigar als criminals. Els latinoamericans no han tingut tanta sort i són més violents i anàrquics i necessiten més control per evitar que es facen mal a ells mateixos

Així, lo millor que podia passar a Iraq era una dictadura com la de Saddam Hussein. Sí, va matar a alguns, però molt menys dels que moren ara, les xiquetes anaven a l’escola, hi havia pau i ordre. Quan Estats Units va matar a Saddam o a Gadafi va desatar el caos, encara que estos dos dictadors eren assassins

2) La categoria mental correcta no és democràcia – bona, dictadura-roina. La veritat és tirania -roina, bon govern-bo

Si només la democràcia fora un govern bo, tota la història ha estat plena de mal governants

Què dir de Carlemany? va inventar la lletra minúscula, va rescatar el saber de la barbàrie, va fundar les universitats (que encara tenim), va restaurar el llatí i imposar un pla d’estudis molt bo per a l’època (el trivium i el quadrivium), va instaurar la pau en el seu país, va lluitar contra els invasors, va reformar el sistema legal i organitzar la societat de forma més justa i estable

Es roí eixe govern, només perquè siga una monarquia absoluta (és a dir, una dictadura hereditària)? Durant segles es va recordar el seu regnat com una Edat d’Or.

Un govern és bo si segueix la llei natural (la llei moral que és comú a totes les cultures). Si no, és tirania. Per això, dins de les dictadures, el regnat de Carlemany és bo i la Unió Soviètica es roina

Carlemany va lluitar per fer coses bones pel seu poble. Les lleis que va posar van ser justes i morals. La Unió Soviètica posava lleis que eren roines al seu poble

No es tracta que un poble siga més lliure que un altre. La llibertat és com l’energia, no es crea ni es destrueix, sinó es transforma

Quan la Unió Soviètica, feia que els fills pugueren denunciar als pares per no ser lo suficient comunistes, no era una falta de llibertat. La llibertat que perdia el pare la guanyava el fill

El problema és que la llibertat d’un fill per denunciar a son pare per no ser comunista és una llibertat que va contra la llei natural.  I la llibertat del pare de pensar el que vulga és una llibertat que va a favor de la llei natural

Al final, el debat està viciat. No es tracta del sistema de govern, sinó de si el govern fa el bé o no fa el bé. Hi ha democràcies que són tiranies i dictadures que són bon govern.

¿Qué tan inteligentes son? Muy inteligentes, pero solo para destruir.

[Por Bruce Charlton. Original en inglés aquí]

La élite global es, en cierto modo, inteligente, pero su inteligencia es principalmente destructiva.

Por ejemplo, han sido muy inteligentes para subvertir y luego invertir la moral cristiana en Occidente, de modo que (por ejemplo) el matrimonio monógamo y la familia natural primero se debilitaron y se erosionaron, y luego se consideraron malos (promoverlos está prohibido en el Reino Unido). Pero esto es solamente destructivo, porque lo que reemplazó a la moral tradicional no funciona.

Políticamente, han sido muy inteligentes al preparar el terreno para la reciente y totalitaria toma del poder a nivel global, y lo han vinculado ingeniosamente a la emoción negativa del miedo [a una pandemia]. Su sistema favorito de gobierno burocrático transnacional impersonal e inhumano se ha construido sobre las ruinas de millones de formas de vivir pequeñas, locales, espontáneas y autónomas. Pero esto es meramente destructivo, porque lo que se ha implementado no funciona.

Los medios de comunicación se basan en la naturaleza adictiva de los estímulos que atraen la atención a corto plazo, se basan en la pasividad y en que la gente siente que necesita de distracción continua. Pero los medios de comunicación simplemente han degradado la calidad y el valor de la comunicación.

La ideología de la élite global es la nueva izquierda (también conocida como «corrección política»). La ideología de los «progres», de los llamados «Guerreros de la Justicia Social». Esta ideología ha evolucionado desde la política originalmente utópica del marxismo revolucionario y el socialismo fabiano burocrático, para convertirse en un sistema de creencias casi totalmente negativo, deshonesto y destructivo: una guerra hobbesiana de todos contra todos.

Así pues, nuestras élites son muy inteligentes cuando se trata de negar y destruir. Pero son muy inútiles para afirmar y crear. Lo mejor que pueden lograr es robar ideas de la religión y tradición, seleccionarlas y distorsionarlas.

Su capacidad de crear es saboteada por la deshonestidad generalizada y que crece cada día más; ya que para ellos la verdad es lo que les interese más en cada momento.

Lo más parecido que tienen a una moral es favorecer las acciones a largo plazo sobre la gratificación inmediata; pero no tienen justificación para practicar esto cuando no les interesa. La deshonestidad se alimenta de sí misma como la hiperinflación monetaria, a la que se parece mucho en términos de destrucción de valor.

En consecuencia, no saben lo que está sucediendo porque todos, en todas partes del Sistema, mienten, giran y exageran la verdad, todo el tiempo. Todo su conocimiento es así contaminado, sesgado, poco confiable y ahogado por el ruido.

Por lo tanto, toda su acción basada en este conocimiento es, en el mejor de los casos, ineficiente, y la mayoría de las veces,  simplemente no logra su objetivo. Sus habilidades para hacer algo positivo se ven socavadas por información falsa, analizada erróneamente.

No tienen idea de cómo hacer nada. Y, por lo tanto, dependen cada vez más de los medios de comunicación, las relaciones públicas y la propaganda para llenar el vacío entre el mundo virtual de fantasía de la burocracia y el mundo real de la verdad. Sin embargo, los mismos impulsos y tendencias negativas que crean este vacío subvierten y tergiversan continuamente la efectividad de los medios de comunicación.

¿Qué significa esto? Significa que la Elite Global ha sido muy efectiva en la tarea destructiva de crear un gobierno mundial totalitario invisible y disimulado que ha impuesto de manera muy efectiva la destrucción en todo el mundo, donde en el que  casi nadie está haciendo nada útil o productivo.

Pero no tienen idea de cuáles son y serán las consecuencias de lo que han hecho en el mundo real, porque toda su información se basa en las mentiras y la incompetencia de personas incapaces, egoístas y cobardes. Todos sus «expertos» son falsos; y no pueden distinguir entre la habilidad real y su propia propaganda.

Se han apoderado del mundo, destruido la economía y el comercio, y destruido la sociedad civil y la organización. Parecen creer que ahora pueden utilizar la tecnología punta y la inteligencia artificial para crear un gobierno mundial centralizado que lo vea todo y que lo controle todo.

Sin embargo, esto no sucederá .

Han destruido mucho más de lo que creen. Construir el mundo que quieren es mucho más difícil de lo que piensan , y está más allá de sus capacidades.

Es muy fácil romper sistemas complejos: cualquier tonto puede arrojar arena a una maquinaria de precisión. Pero es muy difícil  inventar, construir y mantener sistemas funcionales múltiples e interactivos, incluso para personas honestas, competentes y bien motivadas. Para los miembros de la élite, será absolutamente imposible.

Su información es incorrecta. Su gente es incompetente, deshonesta y poco confiable. Sus intereses a corto plazo sabotearán en cada paso su capacidad de crear .

Mi conclusión es que son muy inteligentes para destruir, muy tontos para crear; muy inteligentes para destrozar cosas, completamente incapaces de hacer que las cosas funcionen.

Pueden tener planes , pero estos serán inútiles. Han roto el mundo inteligentemente, pero no podrán reconstruirlo.

De hecho, carecen incluso de cualquier deseo sostenido de reconstruir a largo plazo. Cuando las cosas se pongan feas; apenas intentarán reconstruir las cosas. En cambio, continuarán una y otra vez con su trabajo de destrucción paso a paso, que tanto disfrutan, siempre que esto los beneficie a corto plazo.

… mientras presumen todo el tiempo de su propia inteligencia y se regodean con nuestra estupidez.

La Parábola del Hijo Pródigo

[Traducido de aquí. En inglés hay palabras diferentes para arrepentirse de los pecados por el mal que han hecho a Dios y al prójimo («repent», que aquí se traducirá como «arrepentirse»)  y para arrepentirse de lo que uno ha hecho de forma egoísta porque uno no ha conseguido lo que quería («regret», que aquí se traducirá como «lamentarse»)]

El hijo [de la parábola del Hijo Pródigo] nunca se arrepiente. No me di cuenta de esto hasta que escuché por la radio un sermón sobre esta parábola que hizo un obispo nicaragüense, durante el cual trató este tema (entre otros).

El hijo nunca dice: «He sido desagradecido e injusto con mi padre. Mi padre ha sufrido mucho por mi culpa. Lo he insultado (en las costumbres de esa época, pedir tu parte de la herencia era equivalente a decir que preferías que tu padre estuviera muerto). Lo he deshonrado y avergonzado. Lo he hecho sufrir inmensamente ». Esto es arrepentimiento

El hijo nunca dice: «He hecho mal. He sido malvado. Me he dedicado al placer y no al deber. He violado la ley de Dios al cometer pecados, tanto con mi padre como durante la vida pecaminosa que he vivido después de dejar a mi padre ». Esto es arrepentimiento.

El hijo dice: «“¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre!». En otras palabras: «No tengo comida. ¿Dónde puedo conseguir comida? Mi padre tiene comida incluso para sus jornaleros. Si puedo manipular al viejo, obtendré un suministro constante de alimentos ». Esto no es arrepentimiento, sino egoísmo. El hijo solo piensa en sí mismo, no en el padre, en Dios, en no ser malo. Sólo piensa en su egoísmo.

El hijo puede haberse LAMENTADO de haber tomado una decisión que tuvo malas consecuencias (aunque la parábola nunca lo dice) pero nunca se ARREPIENTE. El motivo de sus acciones es completamente materialista: la búsqueda de comida. Las motivaciones para volver con su padre son exactamente las mismas que para dejar a su padre: buscar el placer y evitar el dolor. Son completamente utilitarias. El hijo no ha cambiado. No ha nacido de nuevo. No tiene un corazón nuevo. El es el mismo de siempre.

Después de esto, el hijo no va al padre y le habla con sinceridad y honestidad. Por el contrario, ensaya un discurso para manipular al anciano para conseguir que le dé comida: «Volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco que me llames hijo; trátame como a uno de tus jornaleros”.»

Es importante tener en cuenta que esta nunca ha sido la verdadera motivación del hijo. El hijo solo quiere comida. Nunca ha pensado en el dolor del padre o la violación de la Ley de Dios. Solo sabe que puede obtener comida al decir estas palabras. Como no es sincero, tiene que ensayar las palabras que ha elegido cuidadosamente para manipular al anciano, como un vendedor barato que ensaya su discurso de ventas.

Luego llega a la casa de su padre. En lugar de hablar desde el corazón, repite su discurso ensayado palabra por palabra, como un vendedor barato: “Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco que me llames hijo”.

A pesar de eso, el padre se apresura a perdonarlo. Esto me parece inmensamente conmovedor. Es como si el padre estuviera tan ansioso por perdonarlo que acepta cualquier cosa, incluso este patético discurso no sincero. Siendo el padre Dios mismo, sabe que el hijo nunca se arrepiente. El padre no deja que el hijo termine su discurso (no le importa este montón de trolas). Lo que le importa es: « Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y lo hemos encontrado».

El obispo concluyó: «El hijo no se ha arrepentido y dejará la casa de su padre una y otra vez en el futuro, no solo una vez, sino muchas veces. Pero el padre siempre estará ansioso por perdonarlo cuando el hijo tome la iniciativa de volver con su padre, incluso si los motivos del hijo no son puros. Y, después de muchos de estos ciclos de dejar a su padre y volver a su padre, el hijo terminará viviendo en la casa de su padre para siempre y nunca se irá» (por supuesto, esto se refiere al cielo) · Conmovedor

(Alguien piensa que la crisis actual es para hacer que las personas se arrepientan y se vuelvan a Dios. Pero no creo que las personas modernas se ARREPIENTAN, al ver las malas consecuencias de sus malos caminos. Pueden LAMENTARSE de las malas consecuencias y  volver temporalmente al buen comportamiento. Pero, una vez que se vuelvan a sentir seguros, volverán a sus malos caminos con energía renovada. Como el hijo pródigo)

 

The Parable of the Prodigal Son

The son never repents. I didn’t realize this until I heard a sermon about this parable by a Nicaraguan bishop on the radio, which made that point (among others).

The son never says: «I have been ungrateful and unfair with my father. He has suffered a lot because of me. I have insulted him (in the customs of that time, asking for your part of the inheritance was equivalent to say that you preferred your father to be dead). I have dishonored him and shamed him. I have made him suffer immensely». This is repentance

The son never says: «I have done wrong. I have done evil. I have devoted myself to pleasure and not to duty. I have violated God’s law committing sins against the Law of the Lord, both with my father and during the sinful life I have lived after leaving my father». This is repentance.

The son says: «How many of my father’s hired servants have food to spare, and here I am starving to death!». In other words: «I have no food. Where can I get food? My father has food even for his servants. If I can manipulate the old man, I will get a constant supply of food.». This is not repentance, but selfishness. The son only thinks about himself, not about the father, about God, about not being evil. It’s all about him.

The son may have REGRETTED having taken a decision that had bad consequences (although the parable never says this) but he never REPENTS. The focus of his actions is completely materialistic: the searching for food. The motivations to going back to his father are exactly the same as the motivations to leave his father: the search for pleasure and avoidance of pain. They are completely utilitarian. The son has not changed. He is not born again. He has no new heart. He is the same.

After this, the son does not go to the father and talks to him with sincerity and honesty. On the contrary, he rehearses a speech to manipulate the old man to get food from him: «I will set out and go back to my father and say to him: Father, I have sinned against heaven and against you. I am no longer worthy to be called your son; make me like one of your hired servants.»

Please take into account that this was not the real motivation of the son. The son only wants food. He has never thought of the pain of the father or the violation of the Law of God, he only knows that he can get food by saying these words. Since he is not sincere, he has to rehearse the words he has carefully chosen to manipulate the old man, like a cheap salesman rehearsing his speech.

Then he gets to his father’s house. Instead of speaking from the heart, he repeats his rehearsed speech word for word, like a cheap salesman: “The son said to him, ‘Father, I have sinned against heaven and against you. I am no longer worthy to be called your son.’

Even with that, the father rushes to forgive him. This seems immensely touching to me. It’s like the father is so eager to forgive him that he accepts anything, even this pathetic insincere speech. Being the father God Himself, He knows that the son never repents. The father doesn’t let the son finish his speech (he doesn’t care about this heap of BS). He cares about: «For this son of mine was dead and is alive again; he was lost and is found.»

The bishop concluded: «The son has not repented and he will leave his father’s house again and again in the future, not only once, but many times. But the father will always be eager to forgive him when the son takes the initiative to go back to his father, even if the son’s motives are not pure. And, after many of these cycles of leaving his father and coming back to his father, the son will end up dwelling in his father’s house forever and he will never leave» (of course, this refers to heaven)· Touching

(Somebody thinks that the current crisis is to get people to repentance so they go back to God. But I don’t think that modern people will repent, when seeing the bad consequences of their evil ways. They may regret the bad consequences and go back temporarily to good behavior. But, once they feel safe again, they will resume their evil ways with renewed energy. Like the prodigal son)

Medidas efectivas contra el coronavirus

Conferencia en Italia de ayer, resumida por infectologa ; Dra Olivato
1. Alto número de asintomáticos en personas jóvenes, lo que perpetúa la epidemia.
2. Necesidad de detectar y aislar asintomáticos.
3. En algunas comunidades de ciudades medianas, los testeos por cohortes dieron más de un 30% de asintomáticos.
4. Recirculación de virus alrededor de una persona (múltiples exposiciones, ambientes cerrados, ascensores repetidamente) serian factor de gravedad.
5. Los presintomaticos que son aislados evolucionan mejor que los expuestos a recirculación del virus.
6. Los leves que son internados en lugares comunes están en riesgo de agravarse por la recirculación del virus. Riesgo se agrava cuando hay muchos pacientes por personal de salud.
7. Mascarilla no quita riesgo de exposición de virus pero si disminuye la carga viral recibida o emitida.
8. Todos los países que lograron buena curva epidemiológica utilizaron entre otras medidas mascarillas en forma masivas.
9. Fundamental testeos repetidos en personal de geriátricos.
10. Zonas Rojas peligrosas de alta recirculación viral. Primero consultorios médicos, guardias y hospitales. Luego supermercados, farmacéuticos y fuerzas de seguridad.
11. Necesidad de realizar en estos grupos de cohortes de trabajo (ej. 7 días de trabajo y 7 días no) y testeos recurrentes.
12. Hospitales con uno o sin casos de covid, 5% de positividad de profesionales.
13. Necesidad de detección de anticuerpos protectores en estos grupos de alta transmisibilidad.
14. Error no testear personal de salud y no dividir hospitales en zonas Rojas y no Rojas.
15. Lo ideal en leves no internar en lugares no aislados o no internarlos y seguir su movimiento y contacto x otros medios (gps).
16. Éxito Corea del Sur, combinación de alto testeo en grupos de riesgo y asintomáticos, seguimiento por GPS y utilización de mascarillas.
17. Alta infección y mayor gravedad en médicos y enfermeros, 100 médicos muertos en Italia. Probablemente combinación de alta exposición viral y exposiciones anteriores a coronavirus con anticuerpos ADE. Recalca necesidad de «descanso de exposición» a profesionales porque el alto número de contagios hace que haya falta de profesionales para atención adecuada.
18. Critica algunas recomendación de OMS, como por ejemplo la recomendación de testear solo casos sospechosos y la no indicación de mascarilla.
19. Advierte del riesgo de no querer parar la actividad. Dice que regiones del Norte de Italia se quiso seguir trabajando y finalmente se terminó en un lockout de toda Italia con mayor costo final además del desastre sanitario.
20. Probable necesidad de unas 6 a 8 semanas de cuarentena, pero que la salida durará todo el año con necesidad de distancia social (no aislamiento), sin eventos masivos, suspensión prolongada de clases presenciales, mascarillas y partes transitorios por sectores de riesgo cada determinada unidad de tiempo o cuando aparece un caso.
21. Respuesta temprana y agresiva de países mejora curva y probablemente víctimas fatales.

El papel de Francisco en el Nuevo Orden Mundial

Tomado de https://religionlavozlibre.blogspot.com/2020/04/francisco-y-soros-coinciden-una-vez-mas.html

María Ferraz

Las metas de los globalistas y las del antipapa son las mismas. Bergoglio no defiende los intereses de Cristo ni de su Iglesia, sino los de los que quieren instaurar el Nuevo Orden Mundial, el cual necesita a la máxima autoridad religiosa del mundo para llegar a esa masa de población que jamás escucharía a la élite internacionalista. El Papa es otra `celebrity´ más que accede a ser usada para los propósitos nefastos del reino del Anticristo, y no sólo cuando cierra las iglesias o le dice a un homosexual: «Dios te ha hecho gay y te quiere
así».

Recordemos que Fco nos ha mandado obedecer a la organización masónica y abortista de la ONU, ha apoyado los Objetivos de la Agenda 2030, ha criticado los nacionalismos que defienden las fronteras tachando a dichos gobiernos de «nazis» y «no cristianos». Pero Fco también sueña con una fraternidad humanista que suprime a Cristo (Declaración de Abu Dhabi, próximos Pactos Globales de Economía y Educativo), mientras da apoyo a las tesis eugenésicas de Sachs, un invitado frecuente a pontificar en las academias vaticanas y que además es un antitrumpista acérrimo.

Bergoglio, entre otros, asume la farsa del calentamiento global, lo que conlleva crear organismos a nivel supranacional para lograr una reducción de nacimientos, o, últimamente que el coronavirus es una pataleta de la sufrida Madre Tierra, «que nos da la vida» por lo mal que la tratamos. ¿Lo veremos también declarándose en pro de las vacunación universal contra el virus de moda?

Al mismo tiempo es un defensor a ultranza de la invasión musulmana que asola a Europa de mano de los gobiernos antieuropeos y anticristianos.

Ésta es otra pequeña muestra de como las líneas de los masones dentro y fuera de la Iglesia se acoplan perfectamente:

El 06/04/2020, el periódico argentino Clarín.com publica:

El Papa Francisco mostró su preocupación por el problema de hacinamiento en las cárceles durante la epidemia de coronavirus​, y advirtió que si no se encuentra una solución “puede terminan en una calamidad grave».

Informa Breitbart:

Grupo financiado por George Soros a los gobernadores: Liberar a tantos prisioneros como sea posible debido al coronavirus

El Centro Brennan para la Justicia, que está fuertemente financiado por George Soros, ha presentado una carta a los gobernadores de los cincuenta estados instándoles a utilizar la acción ejecutiva para «liberar al mayor número posible de personas de la cárcel» debido a los temores de coronavirus «siempre que no supongan graves amenazas para la seguridad pública».

En la carta se citaba la preocupación de que la población carcelaria de los Estados Unidos pudiera enfrentarse a un mayor riesgo de enfermedad y muerte que el público en general debido a la pandemia del coronavirus chino.

El Centro Brennan recomendó que todos los gobernadores usen el poder de clemencia donde puedan.

 

Algunas profecías

Además de Fátima encontramos otras revelaciones privadas que coinciden con dicha profecía:
1- San Francisco de Asís: “Habrá un Papa electo no canónicamente que causará un gran cisma. Se predicarán diversas formas de pensar que causarán que muchos duden, aún aquellos en las distintas órdenes religiosas, hasta estar de acuerdo con aquellos herejes que causarán que mi Orden se divida. Entonces habrá tales disensiones y persecuciones a nivel universal que si esos días no se acortaran, aún los elegidos se perderían”.

Aquellos que preserven su fervor y se adhieran a la virtud con amor y celo por la verdad, han de sufrir injurias y persecuciones; serán considerados como rebeldes y cismáticos, porque sus perseguidores, empujados por los malos espíritus, dirán que están prestando un gran servicio a Dios mediante la destrucción de hombres tan pestilentes de la faz de la tierra.

Algunos predicadores mantendrán silencio sobre la verdad, y otros la hollarán bajo sus pies y la negarán. La santidad de vida se llevará a cabo en medio de burlas, proferidas incluso por aquellos que la profesarán hacia el exterior, PUES EN AQUELLOS DÍAS NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO NO LES ENVIARÁ A ÉSTOS UN VERDADERO PASTOR, SINO UN DESTRUCTOR.” 

2- Las palabras de la Virgen reveladas en La Salette a Melania: “Roma perderá la fe, y se convertirá en la sede del Anticristo”.
3- La beata Ana Catalina Emmerick, religiosa Agustina, en 1820: “Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del Anticristo, aparecerá una religión falsa que estará contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo.
Vi que muchos pastores se habían dejado seducir por ideas que eran peligrosas para la Iglesia. Estaban construyendo una iglesia grande, extraña y extravagante. Todos debían ser admitidos en ella para estar unidos y tener los mismos derechos: evangélicos, católicos y sectas de cualquier denominación. Así tenía que ser la nueva iglesia. Pero Dios tenía otros proyectos”.
4- Ntra. Señora de la Paz, Anguera, Brasil (1987):
El trono de Pedro caerá. Un Papa será amenazado y buscarán alejarlo de su trono”. La Iglesia se dividirá y surgirá otra iglesia, causando gran confusión. El pueblo de Dios perderá. Aquel que pudiera ser Pedro si convertirá en Judas. Llegará el día en que sobre el trono de Pedro se sentará aquel que cambiará para siempre las enseñanzas de la Iglesia. No os alejéis de la verdad.
Llegará el día en que surgirá un hombre aparentemente bueno y justo. Engañará a muchos porque utilizará grandes prodigios. Vendrá del hemisferio sur, y muchos lo considerarán como un salvador.
Muchos consagrados serán contaminados. Negarán los dogmas y se alejarán de la verdad. Surgirá un hombre aparentemente lleno de virtud, pero en realidad será un enviado del demonio. Engañará a muchos con su doctrina, pero encontrará una gran barrera en la fuerza y en la fidelidad de mis devotos y escogidos.
La Iglesia de mi Jesús llevará una pesada cruz. Llegará el día en que habrá dos tronos, pero solo sobre uno de ellos estará sentado el verdadero sucesor de Pedro.
5- Cardenal Karol Wojtyla: “Estamos ante la confrontación histórica más grande que la humanidad haya pasado. Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esta confrontación descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar”.
6- Juan de Vitiguero, en el Siglo XIII: “Cuando el mundo se encuentre perturbado, el Papa cambiará de residencia”.
7- Juan de Rocapartida, un siglo después: “Al acercarse el Fin de los Tiempos, el Papa y sus cardenales habrán de huir de Roma en trágicas consecuencias hacia un lugar donde permanecerán sin ser reconocidos, y el Papa sufrirá una muerte cruel en el exilio”.
8- Nicolas de Fluh, en el siglo XV: “El Papa con sus cardenales tendrá que huir de Roma en situación calamitosa a un lugar donde serán desconocidos. El Papa morirá de manera atroz durante su destierro. Los sufrimientos de la Iglesia serán mayores que cualquier momento histórico previo”.
9- El venerable Bartolomé Holzhauser, fundador de las sociedades de clérigos seculares en el Siglo XVIII: “Dios permitirá un gran mal contra su Iglesia: vendrán súbita e inesperadamente irrumpiendo mientras obispos y sacerdotes estén durmiendo. Entrarán en Italia y devastarán Roma, quemarán iglesias y destruirán todo”.
10- La revelación recibida por la Madre Elena Aiello, famosa estigmatizada que fuera consultada con frecuencia por el Papa Pio XII: “Italia será sacudida por una gran revolución (…) Rusia se impondrá sobre las naciones, de manera especial sobre Italia; se elevará una bandera roja sobre la cúpula de San Pedro”.
11- Elena Leonardi, asistida espiritual del Padre Pio: “El Vaticano será invadido por revolucionarios comunistas. Traicionarán al Papa. Italia sufrirá una gran revuelta y será purificada por una gran revolución. Rusia marchará sobre Roma y el Papa correrá un grave peligro”.
12- Enzo Alocci: “El Papa desaparecerá temporalmente y esto ocurrirá cuando haya una revolución en Italia”.
13- La Beata Ana María Taigi: “La religión será perseguida y los sacerdotes masacrados. El Santo Padre se verá obligado a salir de Roma”.
14- La mística María Steiner: “La santa Iglesia será perseguida, Roma estará sin pastor”.
15- Garabandal: “El Papa no podrá estar en Roma, se le perseguirá y tendrá que esconderse”.
16- El P. Stefano Gobbi, místico y fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal: “Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde vive y trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús. Se está realizando cuanto está contenido en la Tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido revelado, pero que ya se ha vuelto patente por los mismos sucesos que estáis viviendo”.
17- Akita, Japón: «Habrá cardenales contra cardenales y obispos contra obispos».