El enlace entre la igualdad y la destrucción de la civilización

Si todos los hombres son iguales, nuestra civilización va a ser borrada de la faz de la tierra y nuestros descendientes serán asesinados.

Si todos los hombres son iguales, entonces cada uno de los musulmanes negros de edad militar en el África subsahariana puede argumentar razonablemente que el hecho de que él está peor que yo demuestra que yo le he hecho daño y, por lo tanto, él puede y debe venir y tomar lo que yo tengo, que tiene un derecho de asilo que me obliga y que le da derechos.

«Todos los hombres son creados iguales» es lo que dices cuando estás intentando excitar a una turba para que derribe el árbol, con la esperanza de recoger algunas de las nueces.

Sobre el derecho de autoderminación

El problema que tenemos aquí es que, como de costumbre, los nacionalistas han pervertido el lenguaje. Cuando dicen «derecho a la autodeterminación» quieren decir «derecho a decidir si mi territorio quiere separarse del resto del país o no» o «derecho a la separación».

En realidad, el derecho a la autodeterminación (que es un derecho poco importante, ni siquiera aparece en la Declaración Universal de Derechos Humanos) se define en la ONU para dar soporte jurídico al proceso de descolonización que se acelera en los años 60 (por eso el texto habla de «poner fin rápidamente al colonialismo»). Por ejemplo, el Imperio Británico en África, donde sólo los británicos podían votar y los africanos (y otros territorios coloniales) eran súbditos. La idea es que todos los ciudadanos debían ser iguales. Por eso el texto habla de «PRINCIPIO DE IGUALDAD DE DERECHOS y libre determinación de los pueblos»

Esta igualdad de derechos podía conseguirse de dos maneras (pongo de nuevo el ejemplo del Imperio Británico): 1) Gran Bretaña podía hacer que los africanos estuvieran en igualdad de condiciones que los británicos, por ejemplo, dejándoles votar en igualdad de condiciones que los ingleses 2) Gran Bretaña podía dejar que los africanos se independizaran y formaran unas nuevas naciones donde ellos fueran iguales a los otros ciudadanos.

Fíjate que el problema que se tenía era que los africanos no podían votar las leyes y gobiernos británicos que les afectaban: eran súbditos, no ciudadanos. Ellos no podían autodeterminarse, determinar su propia vida votando las leyes y gobiernos que le afectaban. El derecho a la autodeterminación es el derecho a esto último y se puede conseguir por las dos maneras 1) y 2)

Obviamente, en un país donde todos los habitantes son iguales, la gente ya se autodetermina y no hay que hacer ni 1) y 2). Es el caso de España. Es por eso que dice esa resolución:

«Ninguna de las disposiciones de los párrafos precedentes se entenderá en el sentido de que autoriza o fomenta cualquier acción encaminada a quebrantar o menospreciar, total o parcialmente, la integridad territorial de Estados soberanos e independientes que se conduzcan de conformidad con el principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos antes descritos y estén, por tanto dotados de un gobierno que represente a la totalidad del pueblo perteneciente al territorio, sin distinción por motivo de raza, credo o color.»

Obviamente, si el gobierno representa a la totalidad del pueblo y no hay clases diferentes de individuos, no está autorizado quebrantar la integridad territorial de los Estados, pues estos territorios ya se autodeterminan.

El término pierde sentido si nos alejamos del contexto de la colonización. Si hablamos de los catalanes, el concepto no tiene ningún sentido. No sólo pueden votar las leyes del gobierno de España sino que tienen también un gobierno autonómico que pueden votar. Obviamente, si el derecho a la autodeterminación significara derecho a la separación, España nunca lo hubiera ratificado.

Pero esto no detendrá a los independentistas. ¿No fueron capaces de sacarse un derecho de la manga: el llamado «derecho a decidir»? ¿Por qué no deberían decir que la autodeterminación es lo que ellos quieren que diga? Como Humpty-Dumpty en «Alicia en el país de las maravillas» ellos pueden afirmar: «Cuando yo uso una palabra significa precisamente lo que yo decido que signifique: ni más ni menos.» Como es una ideología basada en la mentira, es necesario distorsionar el lenguaje.

Los independentistas no arriesgan nada.

«Para conseguir algo hace falta pelear y incluso llegar a la desobediencia civil si hace falta.»

Aún estoy esperando esa rebelión. Junqueras y Puigdemont creían que nada les pasaría: por eso violaron la ley. Pero Torra ya sabe de que va la cosa y, aunque pase todo el día con retórica independentista, se guardará mucho de violar la ley.

Sólo queréis hacer cosas que no tengan ningún riesgo y que no cuesten nada. Poner lazos amarillos no os cuesta nada, ir a las manis no cuesta nada, poner una silla vacía en Navidad no cuesta nada, comentar en las redes sociales no os cuesta nada, hacer la línea catalana no cuesta nada. Cada Diada os inventáis una nueva performance que no cuesta nada (acabaréis bailando la conga). Y después os creéis el Che Guevara.

Podríais hacer mil cosas para hacer la revolución de verdad. Renunciar a vuestros trabajos en la administración española (que incluye la Generalitat) o renunciar a vuestra nacionalidad española y convertiros en apátridas (al fin y al cabo, según vosotros, España es una mierda y vosotros odiáis ser españoles). Sólo con cien mil personas que hicieran eso (uno de cada 20 independentistas) pondríais al Estado Español en un grave aprieto, y sin violencia. ¿Qué tal que cuando se hubiera proclamado el 155, una décima parte de los funcionarios de la Generalitat hubieran dimitido en protesta? No dimitió ni uno. Mucho hablar todo el día de la independencia, pero no estáis dispuestos a arriesgar nada. Queréis que la independencia os la regalen a base de protestar y lloriquear, sin vosotros arriesgar y perder nada.

Revolucionarios que si pierden el iPhone se ponen a llorar. Comprendo que la vida cómoda y burguesa que vivís os resulte vacía y busquéis jugar a la revolución porque es divertido, como hay quien se disfraza de Star Trek. Pero no engañáis a nadie. La revolución es otra cosa. Lo que tenéis es mucho cuento y mucho lloriqueo.