Rousseau y la libertad

Un comentario apresurado a este artículo

Rousseau fue un ser siniestro (leer «Intelectuales» de Paul Johnson) y sus consecuencias aún más siniestras. Pero el análisis de Berlin y la señora Delibes es muy superficial. Ellos se extrañan de la paradoja de que alguien que defendiera la libertad acabara siendo la justificación de regímenes totalitarios. Ahí se ve lo superficial del análisis. Ni Berlin ni Delibes pueden razonar bien, pues están bloqueados por la religión moderna, que es la adoración de la diosa «libertad». La gente tiene una devoción a la libertad que supera a la que contó la Virgen María en su tiempo. No se para a pensar qué es la libertad, si es posible y deseable.

Si ellos no estuvieran detenidos por este prejuicio religioso, verían que esta paradoja de Rousseau no es paradoja, pues la libertad y totalitarismo son dos caras de la misma moneda. Si no tienes ganas de leer, déjalo aquí, porque no puedo desmontar las mentiras de los últimos trescientos años en menos de nueve párrafos. Te daré un resumen de una frase. «Platón dijo que la democracia (lee «libertad») acababa produciendo caos porque cada uno hacía lo que le daba la gana y después producía una tiranía para acabar con el caos.»

Para comenzar, la libertad (también llamada «derechos») de uno es la obligación de otro. Si yo tengo libertad de la eutanasia, el médico tiene la obligación (legal) de matarme. Si yo tengo el derecho a la propiedad, los otros tienen la obligación de no tomar mi propiedad. Si yo tengo derecho a una asistencia social, los otros tienen obligación de pagarla vía impuestos. Igual que no hay acción sin reacción, no hay libertad sin obligación. Por eso, no hay ningún sistema político que se base en la libertad. Todo sistema político (a través de la ley) privilegia unas libertades para prohibir otras. Por eso, hablar de libertad es estúpido, porque en todo sistema político tú tienes libertad de hacer lo que no prohibe la ley. Esto es así aquí, en Arabia Saudita y en Corea del Norte.

¿Qué libertades se prohiben y qué libertades se permiten? Depende los valores de la sociedad, que están codificados en las leyes. Por ejemplo, la sociedad occidental permite la libertad de mujer de divorciarse (y, por lo tanto, la obligación del hombre de pagarle una pensión por los niños), pues el feminismo es parte de nuestros valores. La sociedad islámica permite la libertad del hombre la libertad del hombre de ver crecer a sus hijos y tener una familia de verdad (y, por lo tanto, la obligación de la mujer de no divorciarse), pues la familia es uno de los valores del Islam (nadie me acuse de pro-islámico, sólo ved los comentarios contra la immigración musulmana que hago en este medio).

La gente dice «libertad» y lo dice sin pensar, sólo porque siente yuyu dentro de ella. Es una reacción emocional pero no racional. Nadie somos libres. Si quieres ser libre, vete al Tibet a una montaña. Mientras vivas en sociedad, harás lo que permitan las leyes. Entonces, hablar de libertad es estúpido y desviar la atención, pues lo importante es saber cuáles son los valores de la sociedad y como las leyes los codifica en comportamientos prohibidos y permitidos.

Entonces, ahí se entiende lo que hace Rousseau, como querer la libertad produce la negación de la libertad. Si no viviéramos en sociedad, cada uno haría lo que le da la gana. ¿Qué nos impide hacerlo y fastidiar a los otros? Tres cosas: nuestra conciencia, la presión social y las leyes (sus incentivos y castigos).

Los sistemas derivados de Rousseau han sido ateos, por lo que la conciencia se ha debilitado. Rousseau dice que la voz interior del hombre le dicta las reglas justas, pero lo que pasa en la realidad, es que cada uno sólo hace lo que quiere y después busca excusas para justificarse («sí, le fui infiel a mi pareja, pero estaba pasando por una mala época y además ella no se enteró así que no estuvo mal»). Sólo si crees que el bien o el mal están fuera de ti, intentarás seguir algo diferente del puro egoísmo (hay excepciones, como ateos muy éticos, pero son una minoría).

También Rousseau veía mal la dependencia de otros seres humanos, por lo que la presión social también se ha debilitado («a quien me importa lo que yo haga»). Sin conciencia, ni presión social, la gente evidentemente se siente más libre y lleva a cabo comportamientos antisociales. Para evitarlo, la ley se expande y cada vez hay más leyes. Así, lo que antes se resolvía por la conciencia y la presión social, hoy tenemos una ley para resolverlo (de manera muy burda, pues la ley no llega donde la conciencia y la presión social sí llegan). Esta era la idea de Rousseau, para el cual el hombre no debía depender de Dios, ni de sus vecinos y familia, pero sí del Estado (que era el que expresaba la voluntad general) – lo que en la práctica quiere decir «de los políticos, jueces y funcionarios». La frase «El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. El pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.» es de Musolini pero el creador de la idea que expresa esta frase fue Rousseau.

¿Veis como la libertad tiene siempre una obligación? Así, dejar a la gente con libertad de su conciencia y la presión social lleva a obligaciones legales (un estado totalitario). Ahora se entiende porque se promulgan un millón de páginas de legislación españolas cada año. Conforme la inercia de la sociedad tradicional cristiana se vaya acabando y la gente haga lo que le dé la gana, Occidente pasará a sistemas cada vez más totalitarios. Leed el libro «Libido dominandi» para ver cómo la liberación sexual produce un control político cada vez más fuerte. Esto ya lo vio Platón, que dijo que la democracia acababa produciendo caos porque cada uno hacía lo que le daba la gana y después una tiranía para acabar con el caos.

Si tu quitas un policía dentro de la mente de cada persona (conciencia) y quitas un policía en la comunidad (la presión social, el qué dirán), debes poner policías pagados por el Estado para que la gente no lleve a cabo comportamientos antisociales. La libertad personal produce un estado totalitario. Esto es lo que quería Rousseau y no hay ninguna paradoja posible, sólo mentes obnubiladas con la palabra «libertad».

Para Eliza (2): Las divisiones del cristianismo

[Con un abrazo a Yessenia Rivas que sigue luchando por seguir el camino del Señor]

1. Diferentes divisiones del cristianismo

Escribí la primera entrega, querida Eliza, sobre todo lo que Jesús representa para todos los cristianos y cómo los estudiosos intentaron escribirlo de forma ordenada. En esta segunda entrega, intentaremos hablar de un tema mucho más desagradable: no de lo que nos une a los cristianos, sino de lo que nos separa. Es decir, cuáles son las principales diferencias entre los cristianos, es decir, qué es lo que distingue a las diferentes iglesias cristianas.

¿Sería posible describir las diferencias entre treinta mil iglesias diferentes en una publicación de blog? Estarás de acuerdo conmigo de que esto es imposible, no sólo por la falta de espacio sino también porque nacen nuevas iglesias cada día. Sin embargo, sí hay algo que podemos hacer. Las treinta mil iglesias se pueden agrupar en sólo cuatro grupos que constituyen las principales ramas del cristianismo y que son las que aparecen en el siguiente gráfico.

Los porcentajes del gráfico indican el porcentaje de creyentes sobre el total de cristianos.

Es decir, las cuatro ramas principales del cristianismo son:

  1. La Iglesia Católica (en azul oscuro en el gráfico). Sólo una. Es la iglesia cuyo jefe es el Papa de Roma. Incluye al 53% de los cristianos (1200 millones de personas). 
  2. Las iglesias orientales (en morado en el gráfico). Ocho iglesias (armenia, copta, etíope, eritrea, siria, malabar, asiria y antigua del este) ubicadas en el Oriente Medio y Norte de Africa. Se separaron pronto del resto de la cristiandad y sólo aceptan los tres primeros concilios o reuniones de obispos (Nicea en 325, Constantinopla en 431 y Efeso en 431). Son iglesias independientes unas de otras. Incluyen al 4% de los cristianos (75 millones). 
  3. Las iglesias ortodoxas (en verde en el gráfico). Son unas quince iglesias, divididas por países y no por doctrinas (así, las principales son la iglesia ortodoxa griega y la iglesia ortodoxa rusa). Son las iglesias que se separaron de la Iglesia Católica en el Gran Cisma (ellas dirían que la Iglesia Católica se separó de ellas). Aunque son iglesias separadas, comparten las mismas doctrinas y se coordinan en el Consejo Pan-Ortodoxo. Incluyen al 9% de los cristianos (210 millones). 
  4. Las iglesias protestantes (en rojo en el gráfico). Más de treinta mil. Son las iglesias que derivan de forma directa o indirecta de las doctrinas promulgadas por el monje Martín Lutero (1483-1546) y del movimiento religioso que él inicio (llamado «la Reforma»). Dentro de ellas se puede incluir la Iglesia Anglicana, que tiene un origen algo diferente al resto. Incluyen al 33% de los cristianos (750 millones). 

(Antes de continuar, querida Eliza, te diré que el nombre «protestante», que muchos de los fieles consideran desagradable, es el nombre histórico correcto para este tipo de iglesias, pues el nombre «evangélico» no se aplica a todas ellas.

Este nombre viene de que las iglesias de este tipo hicieron una declaración -«protestatio» en latín – oponiéndose a la Dieta de Speyer en 1529. Yo uso «protestante» de forma normal en este escrito y lo hago sin ningún desprecio sino con el más profundo respeto.

Verás también que los gráficos en inglés que incluyo en este artículo (que vienen de páginas protestantes) utilizan el nombre «protestante» sin ninguna vergüenza)

Podemos ubicar estas cuatro ramas del cristianismo en el espacio y en el tiempo. En lo que refiere al espacio, observamos en el siguiente mapa la rama cristiana que predomina en cada país. Es importante darse cuenta de que este mapa es una simplificación, pues hay países que tienen fieles de varias ramas cristianas diferentes. Así, por ejemplo, El Salvador es de mayoría católica como aparece en el mapa pero hay un 30% de población evangélica muy dinámica y activa.

La iglesia católica está en azul oscuro, las iglesias protestantes están en azul claro, las iglesias ortodoxas en color gris. Las iglesias orientales no se distinguen pero están localizadas en el Cáucaso, en el Oriente Medio y en el Norte de África.

Si ubicamos estas ramas del cristianismo en el tiempo en vez del espacio, podemos ver la división del cristianismo como un relato histórico, que puede resumirse en el gráfico siguiente, el cual está muy simplificado (por ejemplo, sólo se muestran cinco iglesias protestantes de las treinta mil que existen).

Como vemos, en el gráfico, la división del cristianismo es algo progresivo.

  • Los primeros cuatro siglos hubo una sola iglesia cristiana, la Iglesia Universal (en griego, «católica»), que es a la que se le refiere el Credo (que recordamos que fue escrito en 325 y 381, cuando sólo había una iglesia). En el gráfico se representa en gris. Si esa Iglesia Universal es la Iglesia Católica de hoy en día es motivo de polémica, que estudiaremos más adelante.
  • Después del concilio de Efeso en 431, se separan las iglesias orientales (en morado) por no querer aceptar el concilio de Calcedonia (como veremos más abajo).
  • El resto de la cristiandad sigue unido hasta 1054 (siglo XI), en el que se produce el Gran Cisma, es decir, la separación de las iglesias ortodoxas (en azul) de la Iglesia Católica (en rojo).
  • La última división importante se produce en el siglo XVI, en el que las iglesias protestantes (en verde y azul) se separan de la Iglesia Católica, en el proceso llamado «la Reforma».

Así se llega a la situación actual de cuatro ramas del cristianismo, que es la que está en el extremo derecho del gráfico.


2. Naturaleza de las divisiones

¿En qué se diferencian todas esas ramas del cristianismo? Se diferencian en las cosas que creen (que reciben el nombre de «creencias», «doctrinas» o «dogmas»).

Pero, ¿cómo es esto posible? ¿No habíamos dicho que todas las iglesias cristianas coincidían en las creencias que se resumían en el Credo? Así es, pero no es tan sencillo. Nada es sencillo cuando se lo mira con suficiente detalle. Hay que analizar el asunto con más detenimiento.

Con más detenimiento, se puede observar que las creencias o doctrinas de los cristianos cuentan con grados de importancia muy variados. Por ejemplo, una creencia como «Dios existe» tiene una importancia máxima. Una creencia como «se puede orar a la Virgen María» tiene menos importancia. Finalmente, una creencia como «el pueblo israelita salió de Egipto con el Éxodo» es mucho menos importante.

Por todo ello, como se muestra en el gráfico siguiente, podemos dividir las creencias cristianas en creencias primarias, secundarias y terciarias, según su importancia.

Si así lo hacemos, el Credo contiene las creencias primarias de la fe cristiana, que aparecen en el gráfico en color morado. Como vimos en la entrega anterior, en las creencias primarias (la del Credo), todos los cristianos estamos de acuerdo. De hecho, el Credo se elaboró con el principal objetivo de prevenir la división en la cristiandad.

Sin embargo, cuando más te alejas de los asuntos importantes, más diferencias de opinión vas a encontrar.

Así, hay un segundo nivel de doctrinas o creencias secundarias (en verde en el gráfico), en las que las diferentes iglesias discrepan. Ejemplos de estas doctrinas secundarias son las siguientes. ¿Cuál es el papel de la Virgen María? ¿Se puede orar a los santos? ¿Tienen las buenas obras un papel en la salvación? Sobre estos aspectos secundarios, las diferentes iglesias discreparon y se dividieron, dando lugar al panorama deprimente que tenemos hoy en día.

Finalmente, existe un tercer nivel de creencias terciarias, que son menos importantes todavía, sobre las cuales se discrepa dentro de las iglesias. Por ejemplo, yo tengo opiniones en ciertos aspectos que no coinciden con las de otros católicos. Cosas como la interpretación del relato de la Creación, el significado de ciertos versículos, etc. Cosas muy poco importantes para un cristiano pero sobre las que hay opiniones diferentes.

Vista esta situación, se puede decir que el Credo fue un éxito parcial pero no completo. Obviamente, el Credo fue un éxito en reducir las discrepancias en lo importante o primario. Después de elaborado, fue difícil que las iglesias se salieran de lo principal (a las pocas iglesias que salieron de las creencias principales resumidas en el Credo y que, por lo tanto, se convirtieron en no cristianas, se las llamó «herejías»).

Sin embargo, el Credo fue un fracaso a la hora de impedir la división entre las iglesias. Ya que las personas no podían discutir y dividirse sobre lo principal, pasaron a usar aspectos secundarios para discutir y dividirse.

¿Por qué no se escribieron todos estos aspectos secundarios en el Credo y se evitaron así estas divisiones? No es que los obispos de Nicea y Constantinopla no fueran cuidadosos y se dejaran detalles. Es que, en aquel tiempo, las creencias secundarias no estaban en disputa y los obispos no pudieron predecir qué creencias serían motivo de división y discrepancias en el futuro. Es una característica histórica de la Iglesia que sólo promulga un dogma cuando hay polémica sobre él.

Además, en mi humilde opinión, si los aspectos secundarios hubieran sido incluidos en el Credo, la gente hubiera comenzado a discutir sobre aspectos terciarios. Cuando uno quiere discutir, se inventa cualquier excusa.


3. Principales discrepancias entre ramas del cristianismo

Ya que en la anterior entrega de esta serie nos ocupamos de las creencias primarias (es decir, del contenido del Credo), en esta entrega vamos a ocuparnos de las creencias secundarias que dividen a las diferentes iglesias.

Antes que nada, haremos un cuadro con una lista breve de las principales de estas creencias secundarias, sin entrar en demasiadas profundidades. Este cuadro es un resumen de la que se encuentra en inglés en esta página neutral.

Así, el cuadro comparará la Iglesia Católica, con las iglesias protestantes y la Iglesia Ortodoxa. Como las iglesias orientales tienen doctrinas muy parecidas a las ortodoxas, las incluimos en una misma columna.

Además, es importante remarcar que las doctrinas de las iglesias protestantes varían mucho entre diferentes iglesias, por lo que la columna «Protestante» intenta explicar sólo las posiciones mayoritarias.

Finalmente, hay que tener en cuenta que las doctrinas están listadas en orden de importancia, de manera que las más importantes van primero.

Tema Protestante Católica Ortodoxas
Orientales
Revelación divina Sólo hay una fuente de revelación divina: la Biblia («Sola Scriptura»). Hay dos fuentes: la Biblia y la Tradición. Esta última son las ideas que vienen de los apóstoles pero no se incluyeron en la Biblia. Las dos fuentes son interpretadas por la Iglesia. La Biblia es más importante. Parecido a la posición católica, pero las fuentes son interpretadas por los padres de la Iglesia y santos.
Biblia – Libros admitidos Se admiten 66 libros (39 AT y 27 NT) Se admiten 73 libros (7 libros más en el AT, llamados «deuterocanónicos») Se admiten 73 libros (los mismos que la católica).
Salvación (cómo ir al cielo) Sólo por la fe («Sola Fide»). Suele ser un proceso puntual («aceptar a Cristo como Señor y Salvador»). Por la fe y las obras. Es un proceso de purificación que se extiende por toda la vida, llamado «santificación». Por la fe y las obras. Es un proceso de purificación que se extiende por toda la vida, llamado «theosis».
Purgatorio No existe. Sólo cielo e infierno. Estado intermedio entre la tierra y el cielo donde el alma se purifica antes de su encuentro con Dios. Lo mismo que la posición católica, aunque a veces se utilizan diferentes palabras.
Sacramentos Son sólo símbolos de la gracia y sólo dos: bautismo y Eucaristía. No sólo son símbolos sino que realmente proporcionan gracia divina. Son siete. Lo mismo que la posición católica, pero se llaman «misterios» y la Confirmación se llama «Crismación».
Eucaristía (Comunión, Cena del Señor) No es sacrificio, ni encuentro con Cristo, sino sólo un símbolo. No produce perdón de pecados. Es un encuentro real con Cristo, hace presente el sacrificio de Cristo y produce perdón de los pecados. Lo mismo que la posición católica
Sucesión apostólica Idea rechazada (excepto por anglicanos y algunos luteranos) Importante (se afirma que las autoridades son sucesoras de los apóstoles) Importante (lo mismo; la católica y ortodoxa se reconocen mutuamente algún grado de sucesión)
El Papa de Roma No es infalible ni tiene ninguna autoridad Primero de los obispos y de los patriarcas (obispos más importantes). Sucesor de San Pedro. En las raras ocasiones que habla ex cátedra (la última vez en 1950), es infalible y puede promulgar doctrina de forma unilateral. Primero de los obispos y de los patriarcas, pero no puede promulgar doctrina unilateralmente sino de común acuerdo con los otros patriarcas (es primero entre iguales o «primus inter pares»).
Espíritu Santo Proviene del Padre. Proviene del Padre y del Hijo («Filioque») Proviene del Padre.
María No es venerada, no es intercesora, no es siempre virgen. Se rechaza la Ascensión y la Inmaculada Concepción. Venerada con el título «Madre de Dios», es la primera de los santos e intercesora ante Dios. Es siempre virgen. Se acepta la Ascensión. Fue creada sin pecado («Inmaculada Concepción») Venerada con el título de «Theotokos» («la que dio a luz a Dios») es la primera de los santos e intercesora ante Dios. Es siempre virgen. Se acepta la Ascensión. NO fue creada sin pecado (se rechaza la «Inmaculada Concepción»)
Santos No hay santos ni intercesores en la oración. Son un grupo especial de gente santa, que son venerados. Pueden actuar como intercesores entre Dios y el hombre y pueden ser invocados en la oración. Lo mismo que la posición católica.
Divorcio. Permitido. No permitido, pero si el matrimonio no fue válido, puede pedirse anulación No permitido excepto en caso de adulterio.
Estado civil de los sacerdotes Puede ser casado. En la actualidad, debe ser soltero, excepto si es convertido desde la ortodoxia o el protestantismo. En el pasado, pudieron casarse y quizás lo hagan en el futuro, pues esto no es doctrina sino una regla temporal. Puede ser casado antes de ser ordenado como sacerdote pero no después.
Liturgia Una gran variedad. Desde el estilo emocional y espontáneo de las iglesias pentecostales hasta el estilo casi católico de la misa anglicana. Centrada en la misa, que se oficia en las lenguas vernáculas, aunque la misa en latín está permitida. Centrada en la «liturgia divina», que se oficia en las lenguas vernáculas aunque la misa en griego está permitida.

Si repasas esta lista, te darás cuenta que las iglesias protestantes son las iglesias más diferentes a todas las otras. Las iglesias orientales y ortodoxa comparten casi la totalidad de las doctrinas. Las doctrinas de la Iglesia Católica y la iglesia ortodoxa son muy parecidas. Pero son las iglesias protestantes las que son más originales respecto al resto de iglesias cristianas.


4. Efectos prácticos de estas discrepancias

Muy bien, hemos las principales discrepancias entre las principales ramas del cristianismo. Como todas las doctrinas, son fundamentalmente problemas teóricos.

Sin embargo, ¿qué importancia práctica tienen esas doctrinas en la vida cotidiana de los fieles de las diferentes iglesias?

Obviamente, aquí no tendremos tiempo de detenernos sobre todas las creencias secundarias que vimos en el cuadro anterior (aunque, en una futura entrega, hablaremos de las discrepancias entre la Iglesia Católica y las protestantes con bastante profundidad).

Sin embargo, sólo para tener una idea, veamos unos pocos ejemplos ilustrativos de la importancia práctica de las creencias secundarias por las que discrepan las diferentes ramas del cristianismo.

Comenzaremos con la diferencia entre las iglesias orientales y el resto. Como hemos visto, en casi todo, las doctrinas de las iglesias orientales son idénticas a las ortodoxas. La única excepción está relacionada con la cristología (es decir, el concepto que se tiene de Cristo).

Esta excepción consiste en que las iglesias orientales rechazan las doctrinas del Concilio de Calcedonia (451), que son aceptadas por todas las demás iglesias (católica, ortodoxas y protestantes). Este Concilio acordó que Cristo era un único ser con dos naturalezas unidas (la naturaleza divina y la naturaleza humana). Por el contrario, las iglesias orientales prefieren decir que Cristo es un sólo ser con una sola naturaleza, la cual es divina y humana a la vez.

Citando de Orthodoxwiki (una wiki dedicada a la Iglesia Ortodoxa), podemos añadir: «En el siglo XX, una serie de diálogos tuvieron lugar entre las iglesias orientales y ortodoxas que reveló que las dos ramas del cristianismo comparten ahora una misma cristología en común, con diferente terminología [palabras] […] Ha habido varias declaraciones cristológicas de las iglesias orientales en común con la Iglesia Católica y otras iglesias ortodoxas»

O sea, como se ve, mira si son diferentes las iglesias orientales de las ortodoxas, que su principal diferencia es cuestión de palabras. Por supuesto, el fiel común, que ora a Jesús, no se preocupa si tiene dos naturalezas (divina y humana por separado) o una sola naturaleza (divina y humana a la vez), por lo que esta diferencia no tiene efectos prácticos.

Veamos ahora un segundo ejemplo: la diferencia doctrinal más importante entre la Iglesia Católica y las iglesias ortodoxas (y orientales), que es la cuestión del Filioque (pronunciar «filiocue», que, en latín, quiere decir «y del Hijo») . Es sobre la doctrina de la Santísima Trinidad. Los ortodoxos (y los protestantes) afirman que el Espíritu Santo procede del Padre. Los católicos afirmamos que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.

Seguramente, como católico enterado, creerás que la cuestión del Filioque me obsesiona y perturba mis sueños. Pues no, siempre me ha valido completamente («me importa un pito» que decimos en España). Y estoy seguro que el 99.99% de fieles católicos y ortodoxos piensa igual que yo. Sí, hay unos pocos teólogos que discuten apasionadamente sobre el tema (un puñado en todo el mundo). Parece ser que últimamente están llegando a un acuerdo que dice que el Espíritu Santo procede del Padre a través del Hijo, por lo que se trataría, de nuevo, de decir los mismos conceptos con palabras diferentes.

Este ejemplo te puede enseñar lo cercanas que están la Iglesia Católica y las iglesias ortodoxas (y orientales), cuando esta es su principal discrepancia.  De hecho, el Gran Cisma entre la Iglesia Católica y las iglesias ortodoxas se dio más por cuestiones políticas que por cuestiones puramente doctrinales.

¿Será lo mismo con las iglesias protestantes, que están más alejadas? ¿También las diferencias son cuestiones de palabras? Como las iglesias protestantes son muy variadas, me centraré en  la Iglesia Luterana y la principal discrepancia con la Iglesia Católica que es la cuestión de Sola Fide (que, en latín, quiere decir «sólo la fe»). Esta discrepancia es compartida por casi todas las iglesias protestantes, pero me centraré en los luteranos porque los detalles son diferentes.

Los católicos afirmamos que los hombres se salvan por la fe y por las obras mientras que los luteranos (como la mayoría de protestantes) piensan que se salvan sólo por la fe.

Esto parecería tener muchas consecuencias prácticas, pero, en realidad, no tiene tantas.  Así, los católicos se dedican a cultivar la fe y hacer buenas obras. Y los luteranos se dedican a cultivar la fe y hacer buenas obras. ¿Pero cómo puede ser eso? ¿Por qué no se dedican los luteranos a tener fe y comportarse mal o, al menos, no preocuparse por las buenas obras? ¿No dijo Lutero «Ama a Dios y peca con atrevimiento»? Al menos, en Estados Unidos, son populares las camisetas que dicen «¡Peca con atrevimiento!» («Sin boldly!»).

Bueno, Lutero dijo exactamente «Sé un pecador y que tus pecados sean fuertes (peca con atrevimiento) pero que tu confianza en Cristo sea todavía más fuerte». Y hay mucha polémica por esa frase. Pero lo que es cierto es que los luteranos no se dedican a descuidar las buenas obras. Para los luteranos las obras no intervienen para conseguir la salvación pero se hacen como signo de que están salvados y para agradar a Dios y al prójimo.

Por lo tanto, las diferencias prácticas, aunque existen, no son tantas ni tan grandes como podría parecer desde el exterior. Es por eso, querida Eliza, que cuando tú eras evangélica y yo católico, estábamos hablando todo el tiempo de la fe con armonía y nunca sentimos que hubiera nada de la fe que nos separara.


5. Causas de las divisiones del cristianismo

Entonces, si las diferencias prácticas no son tantas, ¿por qué tanto problema? ¿por qué se dividen las Iglesias si la práctica del cristianismo no está tan alejada en unas de las otras?

Bueno, en realidad, la causa de las divisiones son dos, querida Eliza:

1. Los problemas de autoridad. ¿Quién tiene la autoridad en la Iglesia para definir doctrinas o para otros aspectos? Esto incluye desde lo más alto (argumentos teológicos sobre la autoridad) hasta lo más bajo (disputas políticas, es decir, peleas porque todos quieren mandar). Este será un tema que veremos en una entrega próxima.

 2. La diferencia de doctrinas, que es el tema que estamos tratando en esta entrega.

Pero, ¿de verdad tiene sentido dividirse a partir de diferencias doctrinales que no son tan radicales? A uno le cuesta entender cómo dos ramas cristianas como la católica y la ortodoxa sean iglesias diferentes. Pero aún le cuesta entender mucho más como las iglesias ortodoxas y orientales son diferentes, cuando sus diferencias doctrinales son mínimas (se reducen a una diferencia de palabras para el mismo concepto).

El problema, querida Eliza, es que el cristianismo da mucha importancia a las doctrinas. Recordarás que, en la entrega anterior de esta serie, vimos la definición de cristiano. Cristiano es aquel que cree en una serie de doctrinas que Jesús enseñó, que se encuentran desordenadas en la Biblia y que se encuentran ordenadas en el Credo. O, como diría Pascal, están con el orden del amor en la Biblia y con el orden de la inteligencia en el Credo.

Es decir, ser cristiano o no serlo depende de las creencias personales, de lo que uno cree. Quizás nunca te has parado a pensarlo, pero esto resulta de lo más curioso. Imagínate que el Papa de Roma deja de creer en Dios un día (quizás los salvadoreños le llevaron un poco de «mango twist» de obsequio y a él le sentó mal). Deja automáticamente de ser cristiano, aunque nadie lo sepa. No importa que los cardenales lo hayan elegido, que sea la cabeza de la Iglesia y que siga sus funciones rituales (misas, ordenaciones, salidas a la plaza de San Pedro…) sin que nadie note el mínimo cambio. Ya no es cristiano. Y lo mismo podía decirse del predicador evangélico Dante Gebel, que tanto te gusta. Por muchas conferencias que dé, por muchas aclamaciones que reciba como un predicador cristiano, si deja de creer en su fuero interno, dejó de ser cristiano.

En cambio, una persona que crea en Jesús y en las doctrinas resumidas en el Credo será cristiano, aunque no vaya a la iglesia en toda su vida. Será un pésimo cristiano y no se salvará, pero no se puede dudar que es cristiano.

Esto es así porque el cristianismo es una religión de la «ortodoxia» (que, en griego, quiere decir «de la doctrina correcta»). Es decir, lo más importante es lo que uno cree y la relación personal con Dios. Yo la llamaría: «una religión del interior» o «una religión individualista».

Pero este no es el único tipo de religión, querida Eliza. También hay las religiones llamadas de la «ortopraxia», que, en griego, quiere decir «de la práctica correcta» (estos griegos tenían unas formas bien raras de decir las cosas, ¿verdad?). En estas religiones lo importante es el exterior: los rituales, las leyes y la relación de la comunidad entera con Dios. Yo la llamaría: «una religión del exterior» o «una religión colectivista». Ejemplos de este tipo de religión son el Islam y el judaísmo.

Así, no importa que un musulmán no crea en Dios ni en el profeta Mahoma. Si no lo dice y sigue ejecutando los rituales que le manda su religión, él será de religión musulmana y nadie le dirá nada. Ni siquiera le dirá nada el mismísimo Alá cuando muera, pues, según la religión islámica, a Alá no le importa tanto que crea o no sino que se someta a sus reglas (por eso, «Islam» significa «sumisión»). En caso de tener dudas sobre su fe, lo único que pide a la persona la religión islámica es que no dé mal ejemplo, pues lo importante es la comunidad.

Así, mientras las oraciones más importantes del cristiano son oraciones individuales, las oraciones más importantes del Islam son las cinco oraciones diarias en que los fieles se reúnen para postrarse juntos como comunidad ante Alá. (Por supuesto, que hay oraciones individuales en el Islam y colectivas en el cristianismo, pero estamos hablando de cuáles son las más importantes).

De la misma manera, el historiador Paul Johnson observó que el judaísmo era una religión de la ortopraxia en estas páginas de su libro «Historia de los judíos» (como siempre, mis comentarios están entre corchetes).

Uno de los procesos más importantes en la historia de los judíos, uno de los modos en que el judaísmo discrepó más notablemente de la religión israelita primitiva, fue esta tendencia cada vez más marcada a destacar la importancia de la paz.[…] Pero la misma importancia tuvo otra característica del judaísmo: la relativa ausencia de una teología dogmática [es decir, de un conjunto de doctrinas]. Casi desde el principio el cristianismo se vio en graves dificultades en relación con el dogma [Aquí Johnson explica la historia de las divisiones del cristianismo, que nosotros hemos resumido más arriba] Los judíos evitaron este calvario. […]

En efecto, es significativo que mientras los cristianos comenzaron a elaborar formulaciones del credo en una etapa muy temprana de la historia de la Iglesia [el primer credo cristiano es 1 Corintios 3-5, que data entre 2 y 20 años después de la muerte de Jesús], el credo judío más temprano, que enuncia diez artículos de fe, fue formulado por Saadías Gaón (882-942) […]. Todavía pasó mucho tiempo antes de que los trece artículos de Maimónides se convirtieran en un enunciado definitivo de la fe, […]

La formulación original de los trece puntos […] enumera los siguientes artículos de fe: la existencia de un Ser perfecto, autor de toda la creación; la unidad de Dios; su incorporeidad; su preexistencia; el culto sin intermediarios [en esto se desvía de la religión israelita primitiva]; la creencia en la verdad de la profecía; el carácter único de Moisés; la Torá [es decir, los primeros 5 libros de la Biblia] en su totalidad es un don divino; la Torá es inmodificable; Dios es omnisciente; Dios castiga y recompensa en el más allá; la venida del Mesías; la resurrección.

Este credo, reformulado bajo la forma del Ani ma’amin («yo creo») […] ha provocado escasa controversia. Ciertamente, la formulación del credo no ha sido una preocupación importante de los eruditos judíos. El judaísmo no trata tanto de la doctrina —se la considera sobrentendida— como de la conducta. Por lo tanto, el logro duradero de los sabios fue transformar la Torá en una guía universal, atemporal, integral y coherente aplicable a todos los aspectos de la conducta humana.

Vemos como Paul Johnson explica que, más allá de unas creencias básicas, la doctrina no es importante en el judaísmo, sino que lo es la conducta. Esto es porque el judaísmo es una religión de la ortopraxia.

(Dicho sea de paso, en los últimos tiempos, esto se ha acentuado hasta extremos curiosos. Por ejemplo, como explica este artículo del periódico USA Today, muchos judíos que son activos en la sinagoga no creen en Dios.  Esto es muy difícil de concebir en una religión como el cristianismo (imagina que muchos cristianos de los que dan los ministerios en la iglesia no creyeran en Dios). Algunas citas del artículo son las siguientes:

«A un individuo que asiste a la sinagoga, participa en asuntos comunitarios judíos y contribuye fuertemente a organizaciones judías de caridad, lo considerarán sin duda un muy buen judío, sin hacer preguntas si esta persona cree en Dios o no.»

«Mi rabino me dijo ‘¿Sabes, Maxim? A Dios no le importa si crees en El o no. Todo lo que le importa es que hagas lo correcto. Nuestra acción en el mundo es mucho más importante».

Vemos en estas citas  una religión de la ortopraxia, llevada hasta el último extremo)

Ser una religión del interior (o de la «ortodoxia»), como el cristianismo, tiene muchas ventajas, entre las cuales es que puedes adaptarte a muchas culturas diferentes, sólo cristianizándolas.

Por el contrario, para poder prosperar, las religiones de la ortopraxia necesitan estar inmersas siempre en la misma cultura (una cultura que definen sus textos sagrados). Así, para funcionar, el judaísmo ortodoxo debe crear comunidades culturales judías cerradas dentro de la sociedad de no judíos. De la misma manera, el Islam debe conquistar las sociedades y convertirlas en una copia de una sociedad árabe medieval, que es aquella que ordenan el Corán y los hadices (textos religiosos islámicos). Por eso, las religiones de la ortopraxia siempre tienen consecuencias políticas.

Pero ser una religión de la ortodoxia también tiene un inconveniente. Si las religiones del interior se basan en las creencias y las religiones del exterior en los rituales, es fácil ver por qué las primeras tienen una tendencia y riesgo mayor de fragmentación.

En efecto, las creencias siempre son más variadas que los rituales. Así, como dijo la escritora Simon Elkeles, «las opiniones son como los traseros, cada persona tiene uno propio». Por el contrario, un mismo ritual une a personas que piensan de maneras diferentes y que interpretan el ritual de manera diferente. Así, varios judíos pueden tener diferencias sobre sus creencias religiosas, pero mientras sigan los mismos rituales judíos, se considerarán de la misma religión o secta. Sin embargo, en el cristianismo, la creencia es lo que cuenta y una creencia secundaria divide en iglesias diferentes a dos personas que concuerdan en todo lo demás.

Quizás esto parece muy abstracto, así que pondré un ejemplo. Las iglesias cristianas tenemos un ritual llamado Eucaristía, Comunión o Cena del Señor. El ritual se da en todas las iglesias porque Jesús así lo mandó: «Haced esto en memoria mía» (Lucas 22:19). Sin embargo, ¿cuál es el significado de este acto? Pues hay diferentes teorías: transustanciación, consustanciación, unión sacramental, realidad objetiva, presencia espiritual, memorialismo y suspensión.

Si el cristianismo fuera una religión de la ortopraxia como el judaísmo o el Islam (es decir, que da importancia a los rituales en vez de las doctrinas) todos practicaríamos el ritual en una sola iglesia, aunque discrepemos entre nosotros sobre su significado. Pero, en el cristianismo, como religión de la ortodoxia, las doctrinas son importantes y estas teorías sobre el ritual de la Eucaristía han dividido a los cristianos en diferentes iglesias, pues no puede ser que haya teorías diferentes en la misma iglesia.

Esta es la razón por la cual la diferencia de doctrinas es tan importante en el cristianismo y crea mucha división mientras que en el Islam y en el judaísmo es un problema menos grave.

Divisiones principales del Islam. Aunque el Islam chiíta (más parecido al cristianismo) está más fragmentado, en el Islam mayoritario (Islam sunita, en naranja en el gráfico), no hay divisiones religiosas importantes. Las divisiones que se muestran en los cuadraditos naranja de la tercera fila son divisiones entre escuelas legales y no divisiones religiosas propiamente dicha. Esto no quiere decir que no haya diferencia entre los musulmanes sunitas (pues es parte de ser humano tener diferencias de opinión). Sin embargo, al contrario del cristianismo, las diferencias de opinión no son tan importantes como los rituales y las personas de diferentes creencias pueden coexistir en la misma secta, siempre que compartan los mismos rituales.

6. ¿Y qué dijo Jesús?

Para cristianos como tú y yo, querida Eliza, resulta impensable que Jesús no haya previsto que había este riesgo de fragmentación en la Iglesia que él fundaba. Y en efecto, lo previó.

¿Pensáis que he venido para traer paz a la tierra? Os digo: no, sino enemistad.  De aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres; estará dividido el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra. (Lucas 12:51-53)

Si me permites una broma, estoy seguro, querida Eliza, que Jesús estaba pensando en tu familia, donde hay una hija católica en una familia evangélica. Yo creo que también pensaba en el malilla de Hugo, para descargar en él todo su castigo, jaja.

Sin embargo, Jesús miraba esta división como algo negativo, pues siempre quiso que sus seguidores estuvieran unidos. Así, orando al Padre, dijo.

No te ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí al oír el mensaje de ellos. Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. (Juan 17:20)

También San Pablo insistió en la unidad de todos los cristianos:

Digo esto, hermanos míos, porque he sabido por los de la familia de Cloe que hay discordias entre ustedes. Quiero decir, que algunos de ustedes afirman: «Yo soy de Pablo»; otros: «Yo soy de Apolo»; otros: «Yo soy de Cefas» [San Pedro]; y otros: «Yo soy de Cristo.» ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Fue crucificado Pablo en favor de ustedes? ¿O fueron ustedes bautizados en el nombre de Pablo? (1 Corintios 1, 10-13)

Para cristianos como nosotros, si Jesús previó la división de la Iglesia que fundaba y vio que era algo negativo, resulta impensable que no haya definido mecanismos para luchar contra la división. Y, en efecto, los definió, pero esto lo veremos en una entrega posterior. No se puede explicar todo al mismo tiempo.


7. Entonces, ¿quién tiene razón?

Entonces, ¿cuál es la Iglesia verdadera, la que fundó Jesús? Podemos investigar esta cuestión desde dos puntos de vista:

  • ¿Cuál es la Iglesia a quién Jesús dio la autoridad?
  • ¿Cuál es la Iglesia que enseña de forma correcta el mensaje de Jesús?

En próximas entregas examinaremos estos aspectos. Pero, en realidad, los dos aspectos son las dos caras de una misma moneda:

  • ¿Cuál es la iglesia que tiene las doctrinas correctas?

En efecto, cada iglesia tiene una doctrina sobre la autoridad y doctrinas sobre el mensaje de Jesús. Por lo tanto, al final, saber cuál es la Iglesia verdadera se reduce a conocer cuál es la Iglesia que tiene las doctrinas verdaderas. Esto no es extraño, pues, como vimos, el cristianismo es una religión de la ortodoxia y lo importante son las doctrinas.

Dicho de manera resumida, en el cristianismo, preguntar «¿cuál es la iglesia verdadera?» se reduce a preguntar «¿qué iglesia tiene la razón?».

Sin embargo, después de conocer todas estas diferencias entre iglesias, uno no puede dejar de sentirse abrumado. ¿Cómo saber quién tiene la razón si la gente discrepa tanto? Todo el mundo dice tener la verdad. De nuevo, Simone Elkele lo puso de una forma muy vulgar, pero muy elocuente: «Las opiniones son como los traseros, cada persona tiene el suyo propio y cree que los de los demás apestan».

Uno se ve tentado de abandonar el estudio de estos temas o pensar que nadie tiene la razón. Pero esto sería caer en una falacia o trampa lógica. Imaginemos que un paciente está enfermo y los médicos no se ponen de acuerdo en su enfermedad: unos creen que tiene gripe, otros que tiene SIDA, otros que tiene neumonía. ¿Estaría justificado decir «como no se ponen de acuerdo, el paciente no está enfermo»?

Es cierto que quizás el paciente no está enfermo, pero eso hay que justificarlo con la evidencia (como cualquier otra enfermedad que pudiera tener). Pues la ausencia de enfermedad es una opinión más y debe justificarse como cualquier otra opinión. No se puede deducir de la discrepancia de opiniones.

Y sin embargo, falacias como estas son frecuentes en grupos ateos, con el estilo: «Las diferentes religiones no se ponen de acuerdo entre ellas e, incluso dentro de cada religión, las diferentes iglesias no se ponen de acuerdo. Por lo tanto, todas las religiones son mentira».

Esto es un ejemplo de nivel lamentable de razonamiento lógico que se da en grupos ateos modernos, en los que la gente, en vez de estudiar los argumentos, sólo busca una excusa para desentenderse del tema lo más pronto posible. Lo peor es que es una excusa lamentable, que no se sostiene en absoluto.

¿Cuál sería la actitud lógica respecto a las divisiones del cristianismo? La actitud lógica es considerar todas las posibilidades y ver si alguna iglesia de las treinta mil tiene la razón. Si ninguna tiene razón, pues deberemos concluir que todas están equivocadas.

Pero, ¿cómo es esto posible? ¿Acaso tenemos tiempo para considerar las treinta mil iglesias? No, no lo tenemos. Pero para procesos de decisión con muchas opciones, existe la técnica llamada «árbol de decisión».

Imaginemos que un enfermo entra en un hospital. Hay que decidir qué enfermedad tiene entre las miles de enfermedades más comunes. Primero, decidiremos entre los grandes grupos de enfermedades. ¿Es un proceso infeccioso? ¿Es cáncer? ¿Es un trastorno de otro tipo?. Supongamos que es un proceso infeccioso. Entonces nos preguntaremos: ¿la infección es un virus? ¿es una bacteria? Si es una bacteria, deberemos preguntarnos qué tipo de bacteria. Continuando con este proceso de eliminación, podemos encontrar la enfermedad que tiene un paciente entre tantos miles de enfermedades posibles.

Lo mismo podemos hacer en el cristianismo. Hay que distinguir entre las diferentes ramas y después, dentro de cada rama, quien tiene la razón (si alguien la tiene).

¿Cuál sería el primer paso de la decisión? Podemos basarnos en este gráfico, que intenta representar las diferencias doctrinales entre iglesias:

Representación simplificada de las diferencias doctrinales entre iglesias. El eje arriba-abajo no tiene ninguna significación. El eje derecha-izquierda indica diferencias doctrinales, aunque no están a escala. Vemos que las doctrinas iglesias orientales y ortodoxas son casi idénticas y muy parecidas a la Iglesia Católica. Las iglesias protestantes son muy diferentes del resto y muy variadas en sus doctrinas (ya veremos por qué es eso), aunque más cercanas a la Iglesia Católica que a las orientales y ortodoxas. La Iglesia Anglicana es la iglesia protestante más cercana a la Católica.

Estamos claro que los grandes grupos en los que se define el cristianismo desde el punto de la doctrina son dos:

  • 1. Las iglesias protestantes.
  • 2. Las iglesias no protestantes.

En efecto, las iglesias católicas, ortodoxas y orientales se parecen mucho en las doctrinas, mientras que las protestantes divergen mucho de las anteriores y entre ellas (esto lo vimos en el punto 3 de este escrito). Es más, hay más diferencias entre las mismas iglesias protestantes, que entre la católica y las ortodoxas.

Si decidimos que las iglesias protestantes tienen la razón, el siguiente paso será distinguir entre las diferentes iglesias protestantes. Si decidimos que no tienen la razón, el siguiente paso será distinguir entre la Iglesia Católica, ortodoxas y orientales.

Pero, por ahora, nos limitaremos al primer paso. ¿Quién tiene la razón las iglesias protestantes o no protestantes? Como los detalles varían entre las diferentes iglesias tendré que tomar una muestra de cada uno de estos grupos,

  • tomaré como representante de las iglesias no protestantes a la Iglesia Católica (que es la iglesia no protestante más popular en el mundo y en El Salvador).
  • tomaré como la posición protestante la posición de las iglesias evangélicas, que son las mayoritarias en El Salvador y las de mayor crecimiento en el mundo. En cuestiones doctrinales, esto significa un término medio y mayoritario.

Pero antes de meternos en temas doctrinales, necesitamos un poco de contexto. Necesitamos conocer un poco de historia para comprender de donde se origina todo. ¿Cómo nacieron las iglesias protestantes? O como dijo Hillaire Belloc, ¿cómo aconteció la Reforma? A esto dedicaremos la próxima entrega de esta serie.