Sobre el feminismo

El feminismo ha convencido a muchas mujeres (no todas) que las relaciones entre sexos son un juego de suma cero, de forma que fastidiar al hombre quiere decir obtener ventajas para la mujer.

En realidad, el hombre y la mujer forman parte de un sistema interconectado, tan entrelazado como los hilos de una tela. Así, cuando se fastidia a los hombres, las mujeres salen perjudicadas (y al revés), de la mateixa manera que el pulmón sufre cuando el corazón falla (y al revés). Es por eso que los estudios científicos demuestran que la mujer de hoy es más infeliz que la de hace 30 años.

Los hombres hemos visto con sorpresa, decepción y tristeza como aquellas que siempre hemos amado y protegido durante la historia (yendo a la guerra mientras ellas quedaban seguras o dándoles nuestro dinero o cediendo los botes del Titanic para que ellas vivieran y nosotros muriéramos o trabajando en trabajos peligrosos para formar familias), esas queridas mujeres estaban llenas de odio y rencor contra nosotros.

Durante décadas, nos han dicho que somos una m*erda, criticándonos desde cómo vamos al retrete hasta cómo la naturaleza nos hizo, haciéndonos sentir culpables porque no somos mujeres y por abusos imaginarios. Responsabilizándonos por todos los fracasos de las mujeres, criticándonos porque vamos hacia la derecha y cuando les hacemos caso y vamos hacia la izquierda, nos critican también. Diciéndonos que todos nosotros somos asesinos y violadores, porque hay un violador o asesino cada millón de hombres. Diciendo que nuestra naturaleza es tóxica o que la testosterona nos hace criminales. Uno no entiende de donde viene ese gran agujero negro de rencor y odio. Yo soy muy afortunado con mi esposa (que es una entre un millón), pero he visto muchos hombres buenos sufrir injustamente.