Sobre la posverdad

Empiezo mi comentario con una frase del libro “Dios no mola” de Ulrich Lehrner el cual recomiendo. “Los hijos de Dios sabrán la verdad y la verdad les hará raros. No debemos sorprendernos que nuestros vecinos consideren nuestra fe ofensiva o intolerable.”

Como indica el vídeo de Don Alfonso López vivimos en una época donde la verdad absoluta ha caducado, es algo pasado. Cada persona tiene su verdad siempre que esa verdad coincida con los valores políticamente correctos o sean anticristianos. La ideología laica afirma ser tolerante con las verdades de todo el mundo pero en realidad es una especie de culto evangelizador donde los valores cristianos son intolerables.

Por ejemplo, no se puede dudar que una persona nacida hombre se considere una mujer ya que así lo siente aunque la biología lo contradiga. Su verdad es que es una mujer y tu no puedes negarlo.

En cambio, un pastor protestante no puede predicar públicamente que “Dios sólo creo dos sexos, hombre y mujer”  o que el matrimonio sólo se puede dar entre un hombre y una mujer, como ha  sucedido el pasado mes de abril https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=40471 . Esa verdad no es tolerable. Es incluso denunciable por delito de odio.

Tampoco otro pastor protestante en Toronto puede “incitar a las personas a ir a la iglesia” y tiene como castigo la cárcel de la que está intentando salir haciendo crowfunding. Podéis ver el vídeo de la detención de esta persona peligrosa en este tweet https://twitter.com/ezralevant/status/1391171521692028929

Estoy de acuerdo con Vicente en que el objetivo es la destrucción de la sociedad y la cultura occidental cristiana y todo es permisible siempre que ayude a este fin. El fomento al multiculturalismo es un medio muy importante para conseguirlo. Cuando comprendes esto, te das cuenta porqué se fomenta la llegada de ciertas culturas con costumbres que denigran a la mujer o  matan a los homosexuales aunque el feminismo y el fomento de las personas LGTBI sean dos de los dogmas de fe de la ideología laica. Se fomenta porqué lo importante de estas culturas es que son anticristianas que es el verdadero enemigo a abatir.

Está claro que nuestros políticos están muy comprometidos en el objetivo de la destrucción de la sociedad occidental cristiana. Para ello, se pueden encontrar multitud de iniciativas que benefician a personas foráneas respecto a las autóctonas e iniciativas que desincentivan la familia como las subvenciones a familias monoparentales o la eliminación del libro de familia en favor al código personal de ciudadanía (https://www.infocatolica.com/blog/delapsis.php/1007240548-desaparece-el-llibro-de-famil)

Coincido también con Don Alfonso López en que vivimos en una sociedad donde se priman los sentimientos particulares aunque sean banales y se desprecian los grandes ideales como la verdad, la justicia, el amor o la belleza. Nosotros tenemos parte de culpa ya que muchas veces tememos negar la verdad de otra persona para no dañar sus sentimientos y también porqué eso nos puede comportar una condena social (ser tachado de intolerante o incluso hay casos que han perdido su trabajo como en este caso de Canada https://www.youtube.com/watch?v=n0bxMYlHM00 ).

Pero, en realidad, eso no le hace ningún bien a la persona porqué como indica también Don Alfonso, la persona que se aparta de la verdad, la justicia, el amor y la belleza enferma del espíritu y no puede tener una vida sana y equilibrada. Esto queda demostrado por el consumo creciente de antidepresivos y el aumento de suicidios.

Me ha gustado mucho su definición sobre que la verdad es el estado de plenitud al que se llega cuando tomamos como principios de vida los grandes valores como la verdad, la justicia, etc. Y eso se llega por un camino de renuncias: del egoísmo a la generosidad, del odio al amor, del individualismo a la comunidad. Eso requiere mucho esfuerzo cosa que la mayoría de las personas no está dispuesto a hacer.

Acabo con otra cita más del libro “Dios no mola” que se refiere a este tema:

«A no ser que estemos convencidos de que Dios existe y no huyamos de declarar esa verdad, nuestra fe estará perdida. Cuando las cosas se ponen feas, solo las personas con convicciones resisten.

Si no hay Dios, no hay principios absolutos porqué no hay bondad ni verdad objetiva.»