Sobre las iglesias protestantes

Cada uno puede leer lo que la da la gana. Esto es el problema. Lutero dijo que cada uno podía interpretar la Biblia personalmente, inspirado por el Espíritu Santo. Como dijo un sacerdote argentino, desde entonces, el Espíritu Santo comenzó a decir estupideces.

Hay una Iglesia Católica y se calculan treinta mil iglesias protestantes. Ni entre ellos se ponen de acuerdo. ¿Cómo es eso? Quien ha leído la Biblia (yo lo hago diariamente), se dará cuenta de que no es un libro fácil (o mejor, un conjunto fácil de libros). Está escrito con una mentalidad y forma de expresión del siglo I, muy alejadas de las nuestras. A menudo, parece contradecirse a sí mismo. Es lo más normal del mundo que personas diferentes la interpreten de formas diferentes. ¿Cómo se soluciona esto?

En la Iglesia Católica, es la Iglesia quien dice cómo debe interpretarse. Si hay discrepancias, se queda uno con la interpretación de la Iglesia Católica, que lleva muchos siglos interpretando la Biblia. Si uno difiere de la interpretación, debe ajustarse a la interpretación de la Iglesia Católica. Esto es parecido a la Constitución española. Si hay discrepancias sobre la interpretación de la Constitución, es la interpretación del Tribunal Constitucional la que vale.

En las iglesias protestantes, si uno está en una iglesia y difiere de la interpretación de la Biblia, se sale de la Iglesia y funda otra Iglesia con su interpretación. Por eso, lo que comenzó siendo una iglesia (la Luterana), acaba convirtiéndose en treinta mil. Es como, si yo difiero de la interpretación que da el Tribunal Constitucional a la Constitución española, creo mi propio país y mi propio Tribunal Constitucional.

Entre ellos no se entienden. Lo único que une a las Iglesias Protestantes es el odio a la Iglesia Católica, «la ramera de Babilonia», como la llaman. Para eso, citan fragmentos de la Biblia, que ni ellos se ponen de acuerdo en interpretar. Pero es la Iglesia Católica la que les dio la Biblia, que no estuvo fijada definitivamente hasta el Concilio de Hipona, el año 393. La teoría protestante de Sola Scriptura (sólo hay que seguir la Biblia) es una estupidez. Para comenzar la Biblia no la recoge y recoge lo contrario (San Pablo habla de hacer caso a las tradiciones orales). Para seguir, la Biblia sale de la Iglesia Católica y no al revés. Finalmente, hubo 400 años sin la Biblia tal como la conocenos, lo que significa que los primeros cristianos no tenían la Biblia y no podían seguir la doctrina protestante, que fue una idea que inventó Lutero, mucho después.