Filosofía de traducción

Se sigue la filosofía de traducción «idea por idea», que no pretende traducir literalmente el texto (como la filosofía «palabra por palabra») sino volcar las ideas de cada frase al idioma español. Además, se intenta conseguir la máxima comprensibilidad del texto traducido.

Para conseguir todo ello, se toman las siguientes licencias:

-1. En raras ocasiones se omite alguna palabra poco importante (por ejemplo, un adverbio que modifica un adjetivo) que transmite un matiz en inglés pero que, en español, haría la estructura gramatical demasiado complicada.

-2. De la misma manera, frases muy largas y complicadas gramaticalmente se dividen en varias poniendo puntos donde había comas. Asimismo, párrafos muy largos se dividen en varios teniendo en cuenta la estructura del contenido.

-3. De la misma manera, cuando se piensa que una frase es poco comprensible se le añade alguna palabra suelta (normalmente una repetición de una palabra que ya se había mencionado en el texto) para aclarar el sentido.

-4. Para frases hechas o metáforas, se intenta buscar una frase hecha o metáfora equivalente en español. Si no existe, se reemplaza por una frase normal que capture el sentido.

-5. Si los ejemplos son reales, se dejan como están. Si los ejemplos son ficticios, se dejan como están si son entendibles. Cuando se considera que los ejemplos ficticios no se entenderán por ser muy propios de  la cultura anglófona, se busca un ejemplo ficticio equivalente de la cultura hispana.

-6. Cuando todo esto falla, se hace una nota explicativa (normalmente entre corchetes) explicando el significado de la traducción. El texto entre corchetes se considera ajeno a la traducción y no sólo puede contener este tipo de notas explicativas, sino que también puede incluir apreciaciones personales del traductor.