Reservar una habitación en una sociedad totalitaria

Nota: en este texto «burocracia» se usa en el sentido de «conjunto de empleados dedicados a la administración de una organización» (ya sea esta pública o privada)

En el espíritu del «test del poster» de Vaclav Havel (ensayo completo aquí), tuve una experiencia ilustradora hace una década, cuando intenté reservar una habitación para reuniones informales semanales.

Lo que mostró Havel es que se puede ver el totalitarismo de nuestra sociedad muchas veces al día en muchas experiencias aparentemente triviales. Sin embargo, apenas se identifican estas experiencias. Creo que es porque, al contrario que la sociedad checa durante el comunismo [en la que vivía Havel], las sociedades occidentales han sido corrompidas ampliamente y són cómplices de su propia opresión.

Inspirado por los Inklings [un grupo de conversación que tuvieron Tolkien, C.S.Lewis y otros] quería reservar una habitación para tener conversaciones semanales por la noche con una asistencia flotante y flexible de una media docena de personas, compuesta por mis amigos y colegas y los amigos y colegas de ellos. La idea es que podríamos leer y discutir trabajo aún no finalizado o ideas a medio cocinar y seguir la conversación a donde esta nos llevara, interrumpiéndola con tazas de té y café…

Encontré un espacio adecuado en las habitaciones adjuntas a una iglesia protestante inconformista [los inconformistas son los puritanos integrados en la iglesia anglicana, que no aceptan todas las regulaciones del anglicanismo]. Me dijeron que me reuniera con la persona cuyo rol era alquilar esas habitaciones (la persona era una mujer mayor algo maternal – una típica inconformista: probablemente era una voluntaria no remunerada).

Me sorprendió bastante que me dijeran que me reuniera con alguien, pero pensé que era un proceso de revisión, para asegurarse que las habitaciones no se dejaran a nadie que pudiera maltratarlas o dejarlas en mal estado. Como soy una persona «respetable», que ha vivido en los alrededores durante décadas y los participantes eran gente como doctores, profesores de Universidad, sacerdotes anglicanos… pensé que no habría ningún problema.

Pero era mucho más que eso. Antes de que permitieran alquilar la habitación, se me preguntó exactamente quien asistiría a la reunión y de qué discutiríamos.

Esto me dejó atónito – pero pude responder que no tenía ni idea, simplemente tendríamos una conversación. Pedí que me explicaran. Entonces, se hizo claro que la iglesia no quería ser asociada con cierto tipo de ideas, no quería que ese tipo de ideas se discutieran en sus instalaciones. El tipo de ideas que no se deseaban no fue definido, sino que se aludió de forma vaga y algo amenazante. Pero quedó claro que lo que les preocupaban eran las ideas «de derecha».

Así que la situación implícita era que no me iban a permitir alquilar una habitación para tener conversaciones, a no ser que se pudiera asegurar al representante de la iglesia que no se tratarían ideas (vagamente) «de derechas».

En este momento, ya había decidido desistir del asunto – pero el monto excesivamente elevado que se pidió para alquiler me sirvió como excusa fácil para salir de la situación.

Interpreto esta situación como un buen ejemplo de como funciona el poder totalitario a nivel micro

Para empezar, hoy en día todo se decide por comités [grupos de personas] – y los comités son intrínsecamente de izquierdas y ateos, porque se elimina la responsabilidad individual, por lo cual «no hay moral» en las decisiones de los comités. Dicho con otras palabras, las decisiones de los comités son siempre e intrínsecamente inmorales, que es otra forma de decir el simple hecho de que «los comités son malvados».

Todos los comités son malvados y así es como funciona…

Lo que pienso es que los comités de la iglesia (y sus representantes) están conectados con las burocracias de las iglesias y con las burocracias de los gobiernos locales y nacionales (incluyendo las burocracias que inspeccionan y dan permisos a las iglesias, las burocracias de las loterías nacionales (las cuales subsidian/sobornan a las iglesias) y las burocracias que dan premios, medallas y títulos).

En otra palabra, hay una densa maraña de burocracias (que regulan o dan permisos o reputación) rodeando todas y cada una de las instituciones que operan públicamente. Cualquiera de estas burocracias podría iniciar una avalancha de investigaciones respondiendo a unas pocas palabras acusatorias pronunciadas por…bueno, por cualquiera.

Todas las instituciones viven en miedo de las burocracias de los medios de masas, que pueden iniciar y orquestar y sostener odio masivo contra cualquiera en cualquier momento. Y las burocracias nacionales están enlazadas a la Unión Europea (y sus leyes, regulaciones y potencial financiamientos), las Naciones Unidas y más allá.

Funcionalmente, todas las burocracias públicas son partes de un único sistema. ¿Cuál es la característica de este sistema? ¿Son malvadas, pero de qué manera? Podemos (¡y debemos!) observar que (con independencia de los que los individuos crean y piensen) todas las burocracias que componen este sistema están en un acuerdo básico e ideológica sobre las prioridades sociales y las amenazas – y esto incluye incluso unidades de bajo nivel como los voluntarios que trabajan para iglesias inconformistas locales.

Esos son los hechos

These are the facts; but the implications are so far-reaching as to be unacceptable to almost everybody. Because if all bureaucracy is evil, then all institutions that engage with the social realm are compelled to become a part of the bureaucratic system, and therefore complicit in evil.

If I had gone ahead and booked the room, then my loose gathering of conversationalists would necessarily have become a public institution, a part of the global totalitarian system; existing only by the grace and favour of this system – which could be withdrawn at any time.

So – here and now, already-existing – all existing and possible public institutions are intrinsically corrupt, since they are part of the primary manifestation of evil in the world. If you are pinning your hope on Any institution.

The only way to avoid this is Not to be a part of the institutional world. Don’t rent rooms! All publicly recognised groups are institutions and all institutions are One.

The only exemptions are groups of family and friends whose cohesion is from Love and have no ‘official’ or organised reality.

And this is precisely why the family and (that rare thing) real friendship are under constant and vicious attack from The System; who constantly try to infiltrate legal concepts into these affectional relations (under excuses such as rights of children, payment for housework, protection against forms of abuse, limitation of freedoms etc) – and to make these primary and definitional.

Things are coming to a point; and the old individual-group compromises which served Christianity (more-or-less well) for two thousand years, are already impossible – and this will get worse. The world of true knowledge gets ever further divided from the pervasive lies of public discourse.

We are already confronted with multiple, daily situations in which our inner, intuitive knowledge is contradicted by institutional authority – and most people, most of the time (including Christians) are coping by denial of this reality; which is simply to side with The System: i.e. the primary manifestation of evil in the world.

Note added: The usual response to something like this is – But what should we do? Where, implicitly, the ‘do’ implies some ‘effective’ This-World sociopolitical action.

And with the (usually unconscious) assumption that ‘we’ already know how things ought-to be, and the only live question is how best to achieve this (within existing constraints of resources and time, given the supposed-probabilities of success and risks of failure… and so on).

The whole thing rapidly becomes absorbed into the question (seldom understood as such, however) of how to activate one part of The System (that we like) and set it against some other part of The System that we don’t like – because (we recognise) only The System has the power to compel and punish its errors and evils…

But the lesson we ought to be learning is that this only strengthens The System. It is just office politics, bureaucratic infighting. It is the ‘Boromir Strategy’ (as advocated by the Secular Right ‘Boromirosphere’ – «Hey lads, let’s use the One Ring to fight Sauron!» – https://charltonteaching.blogspot.com/2016/07/the-boromir-strategy-as-advocated-by.html

We need to see that this is precisely the triumph of bureaucratic totalitarianism. And then realise that the solution of rejecting totalitarianism in toto in a world where totalitarianism is Everywhere and doing Everythings… which is something so radical as to be almost unthinkable – yet that is what we must think (or else fail the test).