Cómo levantar España

Ante la corrupción y el desmembramiento de España, ¿qué puede hacerse? ¿Qué podemos hacer nosotros cómo ciudadanos normales, alejados del poder? En un debate con amigos, se proponían varias medidas de reforma de nuestro sistema democrático. Si tuviéramos el sistema adecuado, seguramente todo se solucionaría.

Sin negar que mejorar el sistema es algo positivo (por ejemplo, nuestro sistema parece seleccionar los peores políticos), no es lo más importante, ni lo más factible (especialmente para nosotros). En mi opinión, el problema es que el sistema es tan bueno como las personas que lo usan. Para gente moral, ningún sistema es malo. Para gente corrupta, hasta el sistema más bueno es corrompido y se busca la trampa o doblar el sistema. Así, por ejemplo, cuando Guerra enterró a Montesquieu.

Comparemos por ejemplo el sistema democrático en Alemania y en Iraq. El sistema es el mismo, pero produce una sociedad ejemplar en un lado y un baño de sangre en otro. Yo he vivido en un país centroamericano media vida y las leyes son equiparables a cualquier país europeo (incluso hay listas abiertas) pero los resultados son diferentes.

Si la sociedad fuera un edificio, las personas serían los ladrillos y el sistema es la distribución de los ladrillos en el edificio. Si los ladrillos son de mala calidad, el edificio no puede ser bueno. Ya puedes inventarte formas diferentes de poner los ladrillos.

Ese fue el error de Rousseau. El pensó que el hombre era bueno por naturaleza (rechazo del pecado original) y que el sistema es el malo. Pero el sistema está hecho por hombres y operado por hombres, no es una construcción abstracta. No puede ser que un sistema tan pésimo sea hecho por gente tan buena. Desde entonces, la cultura occidental está encerrada en la cárcel mental de Rousseau.

Por ejemplo, todos los que entramos en debates políticos pensamos «¿qué podemos hacer para levantar España?». Y, en seguida, pensamos en medidas políticas. Es la maldición de Rousseau, que nos hizo creer que debemos mirar hacia afuera en vez de hacia adentro. Pero realmente no tenemos el poder de hacer cambios políticos (y no, con los votos no podemos hacer nada, dejo un enlace sobre por qué esto no es así). Lo que debemos hacer para mejorar España es ser buenas personas, criar buenos hijos, hablar la verdad y convencer a las personas cercanas de que hagan lo mismo. Ese es nuestro poder y ese es el jardín que se nos ha dado para cuidar. No se nos pide más ni podemos hacer más. Pero lo que podemos hacer es muy importante.

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